Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Amós > Juicio contra Israel (30:2:6 - 30:2:16)
Así ha dicho Jehovah: “Por tres pecados de Israel, y por cuatro, no revocaré su castigo. Porque venden por dinero al justo y al pobre por un par de zapatos,
codician hasta el polvo de la tierra que está sobre la cabeza de los empobrecidos y trastornan el camino de la gente humilde. Un hombre y su hijo tienen relaciones con la misma joven, profanando así mi santo nombre.
Sobre ropas retenidas en prenda se recuestan junto a cualquier altar, y en la casa de sus dioses beben el vino de los multados.
“Yo destruí delante de ellos al amorreo, cuya estatura era como la altura de los cedros y que era fuerte como una encina. Destruí su fruto arriba y sus raíces abajo.
Os hice subir de la tierra de Egipto y durante cuarenta años os hice caminar por el desierto y caminé con vosotros por el desierto para que poseyeseis la tierra del amorreo.
Levanté profetas de vuestros hijos, y nazareos de vuestros jóvenes. ¿No es esto así, hijos de Israel?, dice Jehovah.
Pero vosotros disteis de beber vino a los nazareos y a los profetas mandasteis diciendo: ¡No profeticéis!
Yo, pues, haré tambalear vuestros pies como se tambalea la carreta repleta de gavillas.
“El veloz no alcanzará refugio; al fuerte no le ayudará su fuerza, ni librará su vida el valiente.
El que toma el arco no resistirá, ni escapará el rápido de pies, ni el que monta a caballo salvará su vida.
El más valiente de los valientes huirá desnudo en aquel día,” dice Jehovah.
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