Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > JeremÃas > Jerusalén será destruida (24:21:1 - 24:21:14)
La palabra que vino a JeremÃas de parte de Jehovah, cuando el rey SedequÃas envió a él a Pasjur hijo de MalquÃas y al sacerdote SofonÃas hijo de MaasÃas, para que le dijesen:
“Por favor, consulta por nosotros a Jehovah, porque Nabucodonosor rey de Babilonia nos hace la guerra. Quizás Jehovah haga con nosotros según todas sus maravillas, y aquél se vaya de nosotros.”
Entonces JeremÃas les dijo: “Diréis a SedequÃas
que asà ha dicho Jehovah Dios de Israel: He aquà que yo haré volver atrás las armas de guerra que están en vuestras manos, con las cuales vosotros combatÃs contra el rey de Babilonia y contra los caldeos que os tienen sitiados fuera de la muralla. Y los reuniré en medio de esta ciudad.
Yo mismo combatiré contra vosotros con mano extendida y brazo fuerte, con furor, ira y gran indignación.
Heriré a los habitantes de esta ciudad, a los hombres y los animales; por una gran peste morirán.
Después de eso, dice Jehovah, entregaré en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, a SedequÃas rey de Judá, a sus servidores, al pueblo y a los que queden en la ciudad después de la peste, de la espada y del hambre. Los entregaré en mano de sus enemigos y en mano de los que buscan sus vidas. El los herirá a filo de espada. No les tendrá compasión, no tendrá lástima ni tendrá misericordia.
“Y dirás a este pueblo que asà ha dicho Jehovah: He aquÃ, yo pongo delante de vosotros el camino de la vida y el camino de la muerte:
El que se quede en esta ciudad morirá por la espada, por el hambre o por la peste. Pero el que salga y se pase a los caldeos, que os tienen sitiados, vivirá; su vida le será por botÃn.
Porque he puesto mi rostro contra esta ciudad para mal, no para bien, dice Jehovah. Será entregada en mano del rey de Babilonia, y él la incendiará.
“Y a la casa del rey de Judá dirás: OÃd la palabra de Jehovah,
oh casa de David. Asà ha dicho Jehovah: Juzgad cada mañana con justicia y librad a quien es despojado de mano del opresor, para que, por la maldad de vuestras obras, no salga mi ira como fuego y se encienda, y no haya quien la apague.
He aquÃ, yo estoy contra ti, oh moradora del valle, oh roca de la llanura. A vosotros que decÃs: ¿Quién marchará contra nosotros, o quién entrará en nuestras viviendas?, dice Jehovah,
yo os castigaré conforme al fruto de vuestras obras, dice Jehovah. Y prenderé fuego a su bosque, el cual devorará todos sus alrededores.”
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