Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Segundo Libro de Reyes > Jehú mata a Joram (12:9:14 - 12:9:26)
Así conspiró Jehú hijo de Josafat, hijo de Nimsi, contra Joram. Joram había estado guardando Ramot de Galaad con todo Israel, por causa de Hazael, rey de Siria.
Pero el rey Joram había regresado a Jezreel para curarse de las heridas que le habían ocasionado los sirios cuando combatía contra Hazael, rey de Siria. Entonces Jehú dijo: —Si es vuestro deseo, que nadie se escape de la ciudad para ir a dar las noticias en Jezreel.
Luego Jehú mismo cabalgó y fue a Jezreel, porque Joram estaba allí, en cama. También Ocozías, rey de Judá, había descendido para ver a Joram.
Entonces el centinela que estaba apostado en la torre de Jezreel vio al grupo de gente de Jehú que venía, y dijo: —¡Veo un grupo de gente! Joram dijo: —Toma un jinete y envíalo a su encuentro, y que les pregunte: “¿Hay paz?”
Fue el jinete a caballo a su encuentro, y le dijo: —Así ha dicho el rey: “¿Hay paz?” Y Jehú respondió: —¿Qué te importa a ti la paz? ¡Vuélvete conmigo! Entonces el centinela informó diciendo: —¡El mensajero llegó hasta ellos, pero no regresa!
Envió otro jinete a caballo, el cual llegó hasta ellos y dijo: —Así ha dicho el rey: “¿Hay paz?” Y Jehú respondió: —¿Qué te importa a ti la paz? ¡Vuélvete conmigo!
También el centinela informó diciendo: —¡Ese llegó hasta ellos, pero no regresa! Y la manera de conducir del que viene es como la de Jehú hijo de Nimsi, porque conduce como un loco.
Entonces Joram dijo: —¡Unce el carro! Cuando unció su carro, Joram rey de Israel y Ocozías rey de Judá, cada uno en su carro, salieron al encuentro de Jehú, y lo encontraron en la parcela de Nabot de Jezreel.
Y cuando Joram vio a Jehú, le preguntó: —¿Hay paz, Jehú? Y él respondió: —¿Cómo va a haber paz, mientras continúen las fornicaciones y las muchas hechicerías de tu madre Jezabel?
Entonces Joram, volviendo las riendas, huyó diciendo a Ocozías: —¡Traición, Ocozías!
Pero Jehú puso la flecha en su arco e hirió a Joram por la espalda. La flecha le atravesó el corazón, y él cayó sobre sus rodillas en su carro.
Luego Jehú dijo a Bidcar, uno de sus comandantes: —¡Tómalo y arrójalo en la parcela del campo de Nabot de Jezreel! Acuérdate que cuando tú y yo íbamos juntos cabalgando detrás de su padre Acab, Jehovah pronunció contra él esta sentencia:
“Ciertamente vi ayer la sangre de Nabot y la sangre de sus hijos, dice Jehovah. Y tengo que darte la retribución en esta parcela, dice Jehovah.” Ahora pues, tómalo y arrójalo en la parcela, conforme a la palabra de Jehovah.
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