El pecado de Jerusalén, y su redención

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Sofonías > El pecado de Jerusalén, y su redención (36:3:1 - 36:3:20)

¡Ay de la ciudad rebelde, manchada y opresora!

No escucha la voz, ni recibe la corrección. No confía en Jehovah, ni se acerca a su Dios.

Sus magistrados en medio de ella son leones rugientes. Sus jueces son lobos vespertinos que no dejan hueso para la mañana.

Sus profetas son insolentes y hombres traicioneros. Sus sacerdotes han contaminado el santuario y hacen violencia a la ley.

Jehovah es justo en medio de ella; él no hará maldad. Cada mañana saca a luz su juicio; nunca falta. Pero el perverso no conoce la vergüenza.

“Yo exterminaré las naciones. Sus torreones quedarán desolados; dejaré desiertas sus calles hasta que no quede quien transite. Sus ciudades serán devastadas hasta que no quede hombre, hasta que no quede habitante.

Dije: Ciertamente me temerás, recibirás corrección. Y no será quitado de sus ojos todo lo que le he encomendado a ella. Pero ellos madrugaron para corromper todas sus obras.

¡Por tanto, dice Jehovah, esperad el día en que me levante para ser testigo! Porque tengo determinado reunir las naciones y juntar los reinos para derramar sobre ellos mi enojo, todo el furor de mi ira. Porque toda la tierra será consumida por el fuego de mi celo.

“Entonces daré a los pueblos un lenguaje puro para que todos invoquen el nombre de Jehovah y le sirvan de común acuerdo.

Desde más allá de los ríos de Etiopía me traerán ofrenda los que me invocan en medio de la dispersión.

“En aquel día no serás avergonzada por ninguno de tus actos con que te rebelaste contra mí, porque entonces quitaré de en medio de ti a los que se alegran en su soberbia. Y nunca más te ensoberbecerás en el monte de mi santidad.

En medio de ti dejaré un pueblo humilde y pobre, el cual se refugiará en el nombre de Jehovah.

El remanente de Israel no hará iniquidad ni dirá mentira, ni habrá lengua engañosa en boca de ellos. Ciertamente serán apacentados y se recostarán sin que haya quien los amedrente.”

¡Canta, oh hija de Sion; da voces de júbilo, oh Israel! ¡Gózate y regocíjate de todo corazón, oh hija de Jerusalén!

Jehovah ha quitado el juicio contra ti; ha echado fuera a tu enemigo. ¡Jehovah es el Rey de Israel en medio de ti! ¡Nunca más temerás el mal!

En aquel día se dirá a Jerusalén: “No temas, oh Sion; no se debiliten tus manos.”

Jehovah tu Dios está en medio de ti: ¡Es poderoso; él salvará! Con alegría se regocijará por causa de ti. Te renovará en su amor; por causa de ti se regocijará con cánticos.

“Yo quitaré de ti el pesar de la festividad que era para ti como una carga.

He aquí, en aquel tiempo yo convertiré en oprobio a todos tus opresores. Pero salvaré a la que cojea, y recogeré a la descarriada. Las pondré como objeto de alabanza y de renombre en todos los países donde han sido avergonzadas.

En aquel tiempo os traeré; en aquel tiempo os reuniré. Yo os haré objeto de renombre y de alabanza entre todos los pueblos de la tierra, cuando os restaure de la cautividad ante vuestros propios ojos,” ha dicho Jehovah.

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