Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Génesis > El diluvio (1:7:1 - 1:8:22)
Entonces Jehovah dijo a Noé: “Entra en el arca tú, y toda tu familia, porque he visto que tú eres justo delante de mí en esta generación.
De todo animal limpio toma contigo siete parejas, el macho y su hembra; pero de los animales que no son limpios sólo una pareja, el macho y su hembra.
De las aves del cielo toma también siete parejas, macho y hembra, para preservar la especie sobre la faz de la tierra.
Porque después de siete días yo haré llover sobre la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches, y arrasaré de la faz de la tierra todo ser viviente que he hecho.”
Y Noé hizo conforme a todo lo que Jehovah le mandó.
Noé tenía 600 años cuando vino el diluvio de aguas sobre la tierra.
Noé entró en el arca, y con él sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos, por causa de las aguas del diluvio.
De los animales limpios y de los animales no limpios, de las aves y de todo lo que se desplaza sobre la tierra,
de dos en dos entraron en el arca con Noé, macho y hembra, como Dios había mandado a Noé.
Y sucedió que a los siete días vinieron sobre la tierra las aguas del diluvio.
El día 17 del mes segundo del año 600 de la vida de Noé, en este día fueron rotas todas las fuentes del gran océano y fueron abiertas las ventanas de los cielos.
Y hubo lluvia sobre la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches.
En este mismo día entraron en el arca Noé, sus hijos Sem, Cam y Jafet, la mujer de Noé y las tres mujeres de sus hijos con ellos.
Entraron ellos y todos los animales según su especie, todos los animales domésticos según su especie, todos los animales que se desplazan sobre la tierra según su especie, todas las aves según su especie, y todo pájaro, todo lo que tiene alas.
Y vinieron al arca, a Noé, de dos en dos, de todos los seres que respiran.
Vinieron macho y hembra de todo animal, como Dios le había mandado. Y Jehovah le cerró la puerta.
El diluvio duró cuarenta días sobre la tierra. Las aguas crecieron y levantaron el arca, y se elevó sobre la tierra.
Las aguas crecieron y se incrementaron tanto sobre la tierra que el arca flotaba sobre la superficie de las aguas.
Las aguas subieron tanto sobre la tierra que las montañas más altas debajo de todos los cielos fueron cubiertas.
Las montañas fueron cubiertas, y las aguas crecieron quince codos por encima.
Y murió todo ser que se desplaza sobre la tierra, tanto las aves como el ganado, las fieras, los animales que se desplazan sobre la tierra y todos los hombres.
Murió todo cuanto tenía aliento de vida en sus narices, todo lo que había en la tierra seca.
Así fue arrasado de la faz de la tierra todo ser viviente. Fueron arrasados de la tierra desde el hombre hasta el ganado, los reptiles y las aves del cielo. Sólo quedaron Noé y los que estaban con él en el arca.
Y las aguas prevalecieron sobre la tierra durante 150 días.
Dios se acordó de Noé y de todos los animales y todo el ganado que estaban con él en el arca, e hizo soplar un viento sobre la tierra, y las aguas disminuyeron.
Fueron cerradas las fuentes del océano y las ventanas de los cielos, y se detuvo la lluvia de los cielos.
Las aguas decrecían gradualmente sobre la tierra, y después de 150 días las aguas habían menguado.
El día 17 del mes séptimo se asentó el arca sobre los montes de Ararat,
y las aguas siguieron decreciendo hasta el mes décimo. El primer día del mes décimo se hicieron visibles las cumbres de las montañas.
Y sucedió que cuarenta días después Noé abrió la ventana del arca que había hecho,
y envió un cuervo que iba y venía hasta que las aguas se secaron sobre la tierra.
También envió una paloma para ver si las aguas habían disminuido sobre la superficie de la tierra.
La paloma no halló donde asentar la planta de su pie y volvió a él, al arca, porque las aguas todavía cubrían la superficie de toda la tierra. Entonces él extendió su mano, la tomó y la hizo entrar consigo en el arca.
Esperó aún otros siete días y volvió a enviar la paloma fuera del arca.
La paloma volvió a él al atardecer, y he aquí que traía una hoja verde de olivo en el pico. Así entendió Noé que las aguas habían disminuido sobre la tierra.
Esperó aún otros siete días y envió la paloma, la cual no volvió más a él.
Y sucedió que el primer día del mes primero del año 601 de Noé se secaron las aguas sobre la tierra. Noé quitó la cubierta del arca y miró, y he aquí que la superficie de la tierra estaba seca.
El día 27 del mes segundo quedó seca la tierra.
Entonces dijo Dios a Noé:
“Sal del arca tú, tu mujer, tus hijos y las mujeres de tus hijos contigo.
Saca todos los animales de toda clase que están contigo: las aves, el ganado y los reptiles que se desplazan sobre la tierra. Que se esparzan por la tierra, que sean fecundos y que se multipliquen sobre la tierra.”
Entonces salieron del arca Noé, sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos con él,
y todos los animales, todos los reptiles, todas las aves y todo lo que se desplaza sobre la tierra, según sus familias.
Entonces edificó Noé un altar a Jehovah, y tomando de todo cuadrúpedo limpio y de toda ave limpia, ofreció holocaustos sobre el altar.
Jehovah percibió el grato olor, y dijo Jehovah en su corazón: “No volveré jamás a maldecir la tierra por causa del hombre, porque el instinto del corazón del hombre es malo desde su juventud. Tampoco volveré a destruir todo ser viviente, como he hecho.
Mientras exista la tierra, no cesarán la siembra y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, el día y la noche.”