Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Segundo Libro de Reyes > El aceite de la viuda (12:4:1 - 12:4:7)
Entonces una mujer, que fuera esposa de uno de los hijos de los profetas, clamó a Eliseo diciendo: —Tu siervo, mi marido, ha muerto. Tú sabes que tu siervo era temeroso de Jehovah, pero el acreedor ha venido para llevarse a mis dos hijos como esclavos suyos.
Y Eliseo le preguntó: —¿Qué puedo hacer por ti? Dime qué tienes en casa. Ella respondió: —Tu sierva no tiene ninguna cosa en casa, excepto un frasco de aceite.
El le dijo: —Vé y pide prestadas vasijas de fuera, de todas tus vecinas, vasijas vacías; no pidas pocas.
Luego entra, cierra la puerta detrás de ti y de tus hijos, y vierte el aceite en todas esas vasijas. Y cuando una esté llena, ponla aparte.
Ella se apartó de él y cerró la puerta detrás de sí y de sus hijos. Ellos le traían las vasijas, y ella vertía el aceite.
Y sucedió que cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo a un hijo suyo: —Tráeme otra vasija. Y le respondió: —No hay más vasijas. Entonces el aceite cesó.
Luego ella fue y se lo contó al hombre de Dios, quien dijo: —Anda, vende el aceite y paga tu deuda, y tú y tus hijos vivid de lo que quede.
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