Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Primer Libro de Reyes > Mandato de David a Salomón (11:2:1 - 11:2:9)
Cuando se acercaban los días de la muerte de David, mandó a su hijo Salomón diciendo:
“Yo me voy por el camino de todo el mundo. Tú, esfuérzate y sé hombre.
Guarda lo que Jehovah tu Dios te ha encomendado, para andar en sus caminos y guardar sus estatutos, sus mandamientos, sus decretos y sus testimonios, como está escrito en la ley de Moisés, para que tengas éxito en todo lo que hagas y en todo lo que emprendas;
a fin de que Jehovah cumpla su promesa que hizo acerca de mí, diciendo: Si tus hijos guardan sus caminos andando delante de mí con fidelidad, con todo su corazón y con toda su alma, jamás te faltará un hombre sobre el trono de Israel.
“También tú sabes lo que me hizo Joab, hijo de Sarvia: lo que hizo a dos jefes del ejército de Israel, a Abner hijo de Ner y a Amasa hijo de Jeter, a quienes mató derramando sangre de guerra en tiempo de paz y poniendo sangre de guerra en el cinturón que llevaba sobre sus lomos y en el calzado que tenía en sus pies.
Tú harás conforme a tu sabiduría; no dejarás que sus canas desciendan en paz al Seol.
“Pero mostrarás benevolencia a los hijos de Barzilai el galadita. Que ellos estén entre los que comen a tu mesa, porque se pusieron a mi lado cuando yo iba huyendo de tu hermano Absalón.
“He aquí, tienes contigo a Simei hijo de Gera, el benjaminita de Bajurim, quien me maldijo con una cruel maldición el día que yo iba a Majanaim. Pero cuando él mismo descendió a recibirme al Jordán, le juré por Jehovah diciendo: No te mataré a espada.
Pero ahora no lo absolverás. Puesto que tú eres un hombre sabio, sabrás lo que debes hacer con él; harás descender sus canas con sangre al Seol.”
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29-02-2012 a las 15:11
Los dos grandes reyes de Israel: David y Salomón. Parece mentira como hace 3.000 años ya el pueblo de Dios había alcanzado el grado de obediencia y rectitud que el Creador deseaba y como todo se torció por los deslices del rey, la separación del reino y las deportaciones posteriores, algo que debió apenar mucho a Dios y cambió su hoja de ruta para enviarnos a Jesucristo tras 400 años de silencio y espera, pero ni con esas pudo doblegar a los judíos de entonces, que se atrevieron a dar la espalda al digno sucesor al trono de David por un vulgar ladrón como era Barrabás, no me extraña que haya mantenido 2.000 años de silencio hasta que haga cumplir el Apocalipsis, entonces se enterarán como las gasta Dios con quien se atreve a ultrajar su nombre y sus mandamientos divinos. ¡Noé fue el primero en conocer su ira!
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