Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Lucas > Parábola del sembrador (42:8:4 - 42:8:15)
Juntándose una gran multitud y los que de cada ciudad acudían a él, les habló por medio de una parábola:
“Un sembrador salió a sembrar su semilla. Mientras sembraba, una parte cayó junto al camino y fue pisoteada; y las aves del cielo la comieron.
Otra parte cayó sobre la roca, y cuando creció, se secó, porque no tenía humedad.
Otra parte cayó entre los espinos, y los espinos crecieron al mismo tiempo y la ahogaron.
Y otra parte cayó en buena tierra, y cuando creció, llevó fruto a ciento por uno.” Hablando de estas cosas, exclamó: “El que tiene oídos para oír, oiga.”
Sus discípulos le preguntaron qué significaba esta parábola.
Y él dijo: “A vosotros se os ha concedido conocer los misterios del reino de Dios; pero a los demás, en parábolas, para que viendo no vean, y oyendo no entiendan.
“Esta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra de Dios.
Los de junto al camino son los que oyen, pero luego viene el diablo y quita la palabra de sus corazones, para que no crean y sean salvos.
Los de sobre la roca son los que, cuando oyen, reciben la palabra con gozo. Pero éstos no tienen raíz; por un tiempo creen y en el tiempo de la prueba se apartan.
En cuanto a la parte que cayó entre los espinos, éstos son los que oyeron; pero mientras siguen su camino, son ahogados por las preocupaciones, las riquezas y los placeres de la vida, y no llegan a la madurez.
Pero en cuanto a la parte que cayó en buena tierra, éstos son los que, al oír con corazón bueno y recto, retienen la palabra oída; y llevan fruto con perseverancia.