Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Marcos > Señales antes del fin (41:13:3 - 41:13:23)
Estando él sentado en el monte de los Olivos frente al templo, Pedro, Jacobo, Juan y Andrés le preguntaban aparte:
—Dinos, ¿cuándo sucederán estas cosas? ¿Y qué señal habrá cuando todas estas cosas estén por cumplirse?
Jesús comenzó a decirles: —Mirad que nadie os engañe.
Muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Yo soy,” y engañarán a muchos.
Pero cuando oigáis de guerras y de rumores de guerras, no os turbéis. Es necesario que así suceda, pero todavía no es el fin.
Porque se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá terremotos por todas partes. Habrá hambres. Estos son principio de dolores.
Pero vosotros, mirad por vosotros mismos. Porque os entregarán en los concilios, y seréis azotados en las sinagogas. Por mi causa seréis llevados delante de gobernadores y de reyes, para testimonio a ellos.
Es necesario que primero el evangelio sea predicado a todas las naciones.
Cuando os lleven para entregaros, no os preocupéis por lo que hayáis de decir. Más bien, hablad lo que os sea dado en aquella hora; porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo.
El hermano entregará a muerte a su hermano, y el padre a su hijo. Se levantarán los hijos contra sus padres y los harán morir.
Y seréis aborrecidos de todos, por causa de mi nombre. Pero el que persevere hasta el fin, éste será salvo.
Pero cuando veáis que la abominación desoladora se ha establecido donde no debe estar (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea huyan a los montes.
El que esté en la azotea no descienda ni entre para sacar algo de su casa,
y el que esté en el campo no vuelva atrás para tomar su manto.
¡Ay de las que estén encintas y de las que críen en aquellos días!
Orad, pues, que no acontezca en invierno.
Porque aquellos días serán de tribulación como nunca ha habido desde el principio de la creación que Dios creó, hasta ahora, ni habrá jamás.
Si el Señor no hubiese acortado aquellos días, no se salvaría nadie; pero por causa de los escogidos que él eligió, él ha acortado aquellos días.
Entonces, si alguien os dice: “He aquí, aquí está el Cristo,” o “He allí, allí está,” no le creáis.
Porque se levantarán falsos cristos y falsos profetas, y harán señales y maravillas para engañar, de ser posible, a los escogidos.
Pero vosotros, ¡mirad! Os lo he dicho todo de antemano.