Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Lucas > La entrada triunfal en Jerusalén (42:19:28 - 42:19:44)
Después de decir esto, iba delante subiendo a Jerusalén.
Y aconteció que llegando cerca de Betfagé y Betania, al monte que se llama de los Olivos, envió a dos de sus discípulos,
diciendo: —Id a la aldea de enfrente, y cuando entréis en ella, hallaréis atado un borriquillo, en el cual ningún hombre ha montado jamás. Desatadlo y traedlo.
Si alguien os pregunta: “¿Por qué lo desatáis?,” le responderéis así: “Porque el Señor lo necesita.”
Los que habían sido enviados fueron y hallaron como había dicho.
Cuando desataban el borriquillo, sus dueños les dijeron: —¿Por qué desatáis el borriquillo?
Y ellos dijeron: —Porque el Señor lo necesita.
Trajeron el borriquillo a Jesús, y echando sobre él sus mantos, hicieron que Jesús montara encima.
Y mientras él avanzaba, tendían sus mantos por el camino.
Cuando ya llegaba él cerca de la bajada del monte de los Olivos, toda la multitud de los discípulos, gozándose, comenzó a alabar a Dios a gran voz por todas las maravillas que habían visto.
Ellos decían: —¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor! ¡Paz en el cielo, y gloria en las alturas!
Entonces, algunos de los fariseos de entre la multitud le dijeron: —Maestro, reprende a tus discípulos.
El respondió diciéndoles: —Os digo que si éstos callan, las piedras gritarán.
Cuando llegó cerca, al ver la ciudad, lloró por ella
diciendo: —¡Oh, si conocieses tú también, por lo menos en éste tu día, lo que conduce a tu paz! Pero ahora está encubierto a tus ojos.
Porque vendrán sobre ti días en que tus enemigos te rodearán con baluarte y te pondrán sitio, y por todos lados te apretarán.
Te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti. No dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación.