Evangelios

El mundo os aborrecerá

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Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Juan > El mundo os aborrecerá (43:15:18 - 43:16:4)

“Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros.

Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo. Pero ya no sois del mundo, sino que yo os elegí del mundo; por eso el mundo os aborrece.

Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán. Si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.

Pero todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió.

Si yo no hubiera venido ni les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa por su pecado.

El que me aborrece, también aborrece a mi Padre.

Si yo no hubiese hecho entre ellos obras como ningún otro ha hecho, no tendrían pecado. Y ahora las han visto, y también han aborrecido tanto a mí como a mi Padre.

Pero esto sucedió para cumplir la palabra que está escrita en la ley de ellos: Sin causa me aborrecieron.

“Pero cuando venga el Consolador, el Espíritu de verdad que yo os enviaré de parte del Padre, el cual procede del Padre, él dará testimonio de mí.

Además, vosotros también testificaréis, porque habéis estado conmigo desde el principio.

“Os he dicho esto para que no os escandalicéis.

Os expulsarán de las sinagogas, y aun viene la hora cuando cualquiera que os mate pensará que rinde servicio a Dios.

Esto harán, porque no conocen ni al Padre ni a mí.

Sin embargo, os he dicho estas cosas, para que cuando venga su hora, os acordéis de ellas, que yo os las dije. “Sin embargo, no os dije esto al principio, porque yo estaba con vosotros.

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La obra del Espíritu Santo

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Juan > La obra del Espíritu Santo (43:16:5 - 43:16:15)

Pero ahora voy al que me envió, y ninguno de vosotros me pregunta: ¿A dónde vas?

Más bien, porque os he dicho esto, vuestro corazón se ha llenado de tristeza.

Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, el Consolador no vendrá a vosotros. Y si yo voy, os lo enviaré.

“Cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.

En cuanto a pecado, porque no creen en mí;

en cuanto a justicia, porque me voy al Padre, y no me veréis más;

y en cuanto a juicio, porque el príncipe de este mundo ha sido juzgado.

“Todavía tengo que deciros muchas cosas, pero ahora no las podéis sobrellevar.

Y cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; pues no hablará por sí solo, sino que hablará todo lo que oiga y os hará saber las cosas que han de venir.

El me glorificará, porque recibirá de lo mío y os lo hará saber.

Todo lo que tiene el Padre es mío. Por esta razón dije que recibirá de lo mío y os lo hará saber.

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La tristeza se convertirá en gozo

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Juan > La tristeza se convertirá en gozo (43:16:16 - 43:16:24)

“Un poquito, y no me veréis; de nuevo un poquito, y me veréis.”

Entonces algunos de sus discípulos se dijeron unos a otros: —¿Qué significa esto que nos dice: “Un poquito, y no me veréis; de nuevo un poquito, y me veréis” y “porque voy al Padre”?

—Decían, pues—: ¿Qué significa esto que dice: “un poquito”? No entendemos lo que está diciendo.

Jesús comprendió que le querían preguntar y les dijo: —¿Preguntáis entre vosotros de esto que dije: “Un poquito, y no me veréis; y de nuevo un poquito, y me veréis”?

De cierto, de cierto os digo que vosotros lloraréis y lamentaréis; pero el mundo se alegrará. Vosotros tendréis angustia, pero vuestra angustia se convertirá en gozo.

La mujer, cuando da a luz, tiene angustia, porque ha llegado su hora. Pero después que ha dado a luz un niño, ya no se acuerda del dolor, por el gozo de que ha nacido un hombre en el mundo.

También vosotros, por cierto, tenéis angustia ahora; pero yo os veré otra vez. Se gozará mucho vuestro corazón, y nadie os quitará vuestro gozo.

En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo que todo cuanto pidáis al Padre en mi nombre, él os lo dará.

Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre. Pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea completo.

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Yo he vencido al mundo

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Juan > Yo he vencido al mundo (43:16:25 - 43:16:33)

Os he hablado de estas cosas en figuras; pero viene la hora cuando ya no os hablaré más en figuras, sino claramente os anunciaré acerca del Padre.

En aquel día pediréis en mi nombre, y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros,

pues el Padre mismo os ama, porque vosotros me habéis amado y habéis creído que yo he salido de la presencia de Dios.

Yo salí de la presencia del Padre y he venido al mundo; otra vez dejo el mundo y voy al Padre.

Le dijeron sus discípulos: —He aquí, ahora hablas claramente y no hablas en ninguna figura.

Ahora entendemos que sabes todas las cosas, y no necesitas que nadie te pregunte. En esto creemos que has salido de Dios.

Jesús les respondió: —¿Ahora creéis?

He aquí la hora viene, y ha llegado ya, en que seréis esparcidos cada uno por su lado y me dejaréis solo. Pero no estoy solo, porque el Padre está conmigo.

Os he hablado de estas cosas para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción, pero ¡tened valor; yo he vencido al mundo!

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Jesús ora por sus discípulos

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Juan > Jesús ora por sus discípulos (43:17:1 - 43:17:26)

Jesús habló de estas cosas, y levantando los ojos al cielo, dijo: “Padre, la hora ha llegado. Glorifica a tu Hijo para que el Hijo te glorifique a ti,

así como le diste autoridad sobre todo hombre, para que dé vida eterna a todos los que le has dado.

Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien tú has enviado.

Yo te he glorificado en la tierra, habiendo acabado la obra que me has dado que hiciera.

Ahora pues, Padre, glorifícame tú en tu misma presencia, con la gloria que yo tenía en tu presencia antes que existiera el mundo.

“He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste. Tuyos eran, y me los diste; y han guardado tu palabra.

Ahora han conocido que todo lo que me has dado procede de ti;

porque les he dado las palabras que me diste, y ellos las recibieron; y conocieron verdaderamente que provengo de ti, y creyeron que tú me enviaste.

“Yo ruego por ellos. No ruego por el mundo, sino por los que me has dado; porque tuyos son.

Todo lo mío es tuyo, y todo lo tuyo es mío; y he sido glorificado en ellos.

Ya no estoy más en el mundo; pero ellos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, guárdalos en tu nombre que me has dado, para que sean una cosa, así como nosotros lo somos.

Cuando yo estaba con ellos, yo los guardaba en tu nombre que me has dado. Y los cuidé, y ninguno de ellos se perdió excepto el hijo de perdición, para que se cumpliese la Escritura.

Pero ahora voy a ti y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo completo en sí mismos.

“Yo les he dado tu palabra, y el mundo los aborreció; porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.

No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del maligno.

No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.

Santifícalos en la verdad; tu palabra es verdad.

Así como tú me enviaste al mundo, también yo los he enviado al mundo.

Por ellos yo me santifico a mí mismo, para que ellos también sean santificados en la verdad.

“Pero no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por medio de la palabra de ellos;

para que todos sean una cosa, así como tú, oh Padre, en mí y yo en ti, que también ellos lo sean en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.

Yo les he dado la gloria que tú me has dado, para que sean una cosa, así como también nosotros somos una cosa.

Yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente unidos; para que el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado, como también a mí me has amado.

“Padre, quiero que donde yo esté, también estén conmigo aquellos que me has dado, para que vean mi gloria que me has dado, porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.

Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste.

Yo les he dado a conocer tu nombre y se lo daré a conocer todavía, para que el amor con que me has amado esté en ellos, y yo en ellos.”

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