Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Deuteronomio > El santuario único (5:12:1 - 5:12:28)
“Estas son las leyes y los decretos que cuidaréis de poner por obra en la tierra que Jehovah, Dios de vuestros padres, os ha dado, para que tengáis posesión de ella todos los días que viváis sobre la tierra.
Ciertamente destruiréis todos los lugares donde las naciones que vosotros habéis de desalojar han servido a sus dioses sobre los montes altos, sobre las colinas y debajo de todo árbol frondoso.
Derribaréis sus altares, romperéis sus piedras rituales y quemaréis en el fuego sus árboles de Asera; quebraréis las imágenes de sus dioses y haréis desaparecer sus nombres de aquel lugar.
“No haréis así para con Jehovah vuestro Dios,
sino que buscaréis el lugar que Jehovah vuestro Dios haya escogido de todas vuestras tribus para poner allí su nombre y morar en él, y allá iréis.
Allá llevaréis vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, la ofrenda alzada de vuestras manos, vuestras ofrendas votivas, vuestras ofrendas voluntarias y los primerizos de vuestras vacas y de vuestras ovejas.
Allí comeréis delante de Jehovah vuestro Dios, y os regocijaréis vosotros y vuestras familias por todo lo que vuestras manos hayan emprendido, conforme a lo que Jehovah vuestro Dios os haya bendecido.
“No haréis como todo lo que nosotros hacemos hoy aquí, cada uno como le parece bien;
porque hasta ahora no habéis entrado al reposo y a la heredad que os da Jehovah vuestro Dios.
Pero cruzaréis el Jordán y habitaréis en la tierra que Jehovah vuestro Dios os hace heredar, y él os dará reposo de todos vuestros enemigos de alrededor; y habitaréis seguros.
Entonces llevaréis al lugar que Jehovah vuestro Dios haya escogido para hacer habitar allí su nombre todas las cosas que yo os mando: vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, la ofrenda alzada de vuestras manos, y todas vuestras más selectas ofrendas votivas que hayáis hecho a Jehovah.
Y os regocijaréis delante de Jehovah vuestro Dios, vosotros, vuestros hijos, vuestras hijas, vuestros siervos, vuestras siervas y el levita que esté dentro de vuestras ciudades, ya que él no tiene parte ni heredad con vosotros.
“Ten cuidado de no ofrecer tus holocaustos en cualquier lugar que veas.
Más bien, sólo en el lugar que Jehovah haya escogido en una de tus tribus, allí ofrecerás tus holocaustos, y allí harás todo lo que yo te mando.
No obstante, en todas tus ciudades podrás matar y comer carne con todo tu apetito, según te haya bendecido Jehovah tu Dios. Tanto el que está impuro como el que está puro la podrán comer, como si se tratase de una gacela o de un venado.
Sólo que no comeréis la sangre; la derramaréis sobre la tierra como agua.
“Pero en tus ciudades no podrás comer el diezmo de tu grano, de tu vino nuevo, de tu aceite, ni de los primerizos de tus vacas y de tus ovejas, ni ninguna de las ofrendas votivas que prometes, ni tus ofrendas voluntarias, ni la ofrenda alzada de tu mano.
Más bien, delante de Jehovah tu Dios, en el lugar que Jehovah tu Dios haya escogido, la comerás, tú con tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva y el levita que está en tus ciudades, regocijándote delante de Jehovah tu Dios por todo lo que tu mano ha emprendido.
Ten cuidado de no desamparar al levita en todos tus días sobre tu tierra.
“Cuando Jehovah tu Dios ensanche tu territorio como te ha prometido y tú digas: Comeré carne, porque tienes deseo de ella, podrás comer la carne con todo tu apetito.
Si está muy lejos de ti el lugar que Jehovah tu Dios haya escogido para poner allí su nombre, entonces matarás de tus vacas y de tus ovejas que Jehovah te haya dado, como yo te he mandado. Comerás en tus ciudades con todo tu apetito.
La comerás de la misma manera que se come la carne de la gacela o del venado; tanto el que está impuro como el que está puro la podrán comer.
Sólo cuídate de no comer la sangre, porque la sangre es la vida; no comerás la vida junto con la carne.
No comerás la sangre, sino que la derramarás en la tierra como agua.
No comerás de ella, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, cuando hagas lo recto ante los ojos de Jehovah.
“Pero tomarás las cosas que hayas consagrado y tus ofrendas votivas, e irás al lugar que Jehovah haya escogido.
Ofrecerás tus holocaustos, la carne y la sangre, sobre el altar de Jehovah tu Dios. La sangre de tus sacrificios será derramada sobre el altar de Jehovah tu Dios, pero podrás comer la carne.
“Guarda y obedece todas estas palabras que yo te mando, para que cuando hagas lo bueno y recto ante los ojos de Jehovah tu Dios, te vaya bien a ti, y a tus hijos después de ti, para siempre.