Números

La nube sobre el tabernáculo

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Números > La nube sobre el tabernáculo (4:9:15 - 4:9:23)

El día en que fue erigido el tabernáculo la nube cubrió el tabernáculo, la tienda del testimonio. Y desde el anochecer hasta el amanecer había algo semejante a fuego sobre el tabernáculo.

Así sucedía continuamente: La nube lo cubría de día, y la apariencia de fuego de noche.

Cuando la nube se levantaba de encima del tabernáculo, los hijos de Israel se ponían en marcha. Y en el lugar donde la nube se detenía, allí acampaban los hijos de Israel.

Al mandato de Jehovah los hijos de Israel partían, y al mandato de Jehovah acampaban. Ellos quedaban acampados todos los días que la nube permanecía sobre el tabernáculo.

Cuando la nube se detenía muchos días sobre el tabernáculo, los hijos de Israel guardaban la ordenanza de Jehovah y no se ponían en marcha.

Y cuando la nube estaba sobre el tabernáculo pocos días, al mandato de Jehovah quedaban acampados, y al mandato de Jehovah partían.

Cuando la nube se detenía desde el anochecer hasta el amanecer, y la nube se levantaba por la mañana, ellos se ponían en marcha. Cuando la nube se levantaba, ya fuera de día o ya fuera de noche, ellos se ponían en marcha.

Si la nube permanecía dos días, un mes o un año, mientras la nube se detenía sobre el tabernáculo, los hijos de Israel quedaban acampados y no partían. Pero cuando se levantaba, ellos partían.

Al mandato de Jehovah acampaban, y al mandato de Jehovah partían, guardando la ordenanza de Jehovah, de acuerdo con el mandato de Jehovah dado por medio de Moisés.

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Las trompetas de plata

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Números > Las trompetas de plata (4:10:1 - 4:10:10)

Jehovah habló a Moisés diciendo:

“Hazte dos trompetas de plata; las harás modeladas a martillo. Y te servirán para convocar a la congregación y para poner en marcha los campamentos.

Cuando se toque con ambas, se reunirá ante ti toda la congregación a la entrada del tabernáculo de reunión.

Pero cuando se toque sólo con una, se reunirán ante ti los dirigentes, los jefes de los millares de Israel.

“Cuando toquéis con estrépito, se pondrán en marcha los campamentos que acampan al este.

Y cuando toquéis con estrépito por segunda vez, se pondrán en marcha los campamentos que acampan al sur. Para ponerse en marcha se tocará con estrépito.

Sin embargo, cuando se convoque a la asamblea, tocaréis, pero no con estrépito.

Los hijos de Aarón, los sacerdotes, tocarán las trompetas. Las tendréis por estatuto perpetuo, a través de vuestras generaciones.

“Cuando en vuestra tierra vayáis a la guerra contra el adversario que os hostilice, tocaréis con estrépito las trompetas. Y seréis recordados por Jehovah vuestro Dios, y seréis librados de vuestros enemigos.

En el día de vuestro regocijo, es decir, en vuestras solemnidades y en vuestros días primeros de mes, tocaréis las trompetas en relación con vuestros holocaustos y con vuestros sacrificios de paz. Y os servirán de memorial en la presencia de vuestro Dios. Yo, Jehovah, vuestro Dios.”

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Los israelitas salen de Sinaí

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Números > Los israelitas salen de Sinaí (4:10:11 - 4:10:36)

El 20 del mes segundo del segundo año se levantó la nube de encima del tabernáculo del testimonio,

y los hijos de Israel se pusieron en marcha por etapas desde el desierto de Sinaí. La nube se detuvo en el desierto de Parán.

Así partieron por primera vez, de acuerdo con el mandato de Jehovah por medio de Moisés.

El estandarte del campamento de los hijos de Judá partió primero, según sus ejércitos. Najsón hijo de Aminadab estaba al frente de su ejército.

Al frente del ejército de la tribu de los hijos de Isacar estaba Natanael hijo de Zuar.

Y al frente del ejército de la tribu de los hijos de Zabulón estaba Eliab hijo de Helón.

Una vez desarmado el tabernáculo, partieron los hijos de Gersón y los hijos de Merari que lo llevaban.

Luego partió el estandarte del campamento de Rubén, según sus ejércitos. Elisur hijo de Sedeur estaba al frente de su ejército.

Al frente del ejército de la tribu de los hijos de Simeón estaba Selumiel hijo de Zurisadai.

Y al frente del ejército de la tribu de los hijos de Gad estaba Eliasaf hijo de Reuel.

Después partieron los cohatitas, llevando lo sagrado. Antes de que ellos llegasen, los otros erigían el tabernáculo.

Después partió el estandarte del campamento de los hijos de Efraín, según sus ejércitos. Elisama hijo de Amihud estaba al frente de su ejército.

Al frente del ejército de la tribu de los hijos de Manasés estaba Gamaliel hijo de Pedasur.

Y al frente del ejército de la tribu de los hijos de Benjamín estaba Abidán hijo de Gedeoni.

Después partió el estandarte del campamento de los hijos de Dan, según sus ejércitos, formando la retaguardia de todos los campamentos. Ajiezer hijo de Amisadai estaba al frente de su ejército.

Al frente del ejército de la tribu de los hijos de Aser estaba Paguiel hijo de Ocrán.

Y al frente del ejército de la tribu de los hijos de Neftalí estaba Ajira hijo de Enán.

Este es el orden en que partieron los hijos de Israel, según sus ejércitos. Así se pusieron en marcha.

Entonces Moisés dijo a Hobab hijo de Reuel el madianita, su suegro: —Nosotros partimos hacia el lugar del cual Jehovah ha dicho: “Yo os lo daré.” Ven con nosotros, y te haremos bien; porque Jehovah ha prometido el bien para Israel.

Pero él respondió: —No iré, sino que me iré a mi tierra y a mi parentela.

Y Moisés le dijo: —Por favor, no nos abandones, ya que tú conoces el lugar donde debemos acampar en el desierto y nos servirás de ojos.

Y será que, si vienes con nosotros, cuando logremos el bien que Jehovah nos ha de hacer, nosotros haremos el bien contigo.

Así partieron del monte de Jehovah para tres días de camino. El arca del pacto de Jehovah iba delante de ellos durante los tres días de camino, buscando para ellos un lugar donde descansar.

La nube de Jehovah estaba sobre ellos de día, cuando partían del campamento.

Cuando el arca partía, Moisés decía: “¡Levántate, oh Jehovah, y sean dispersados tus enemigos! ¡Huyan de tu presencia los que te aborrecen!”

Y cuando se asentaba, decía: “¡Vuelve, oh Jehovah, a las miríadas de millares de Israel!”

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Jehová envía codornices

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Números > Jehová envía codornices (4:11:1 - 4:11:22)

Aconteció que el pueblo se quejó amargamente a oídos de Jehovah. Lo oyó Jehovah, y se encendió su furor; y un fuego de Jehovah ardió contra ellos y consumió un extremo del campamento.

Entonces el pueblo clamó a Moisés, y Moisés oró a Jehovah; y el fuego se extinguió.

Y llamó a aquel lugar Tabera, porque el fuego de Jehovah ardió contra ellos.

Entonces el populacho que había entre ellos se dejó llevar por la gula. Y también los hijos de Israel volvieron a llorar diciendo: —¡Quién nos diera de comer carne!

Nos acordamos del pescado que comíamos gratis en Egipto, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos.

Pero ahora nuestro apetito se reseca, ya que no hay ante nuestros ojos más que el maná.

El maná era como la semilla del cilantro, y su aspecto era como el de la resina.

El pueblo se dispersaba para recogerlo, y lo molían en molinos de piedra o lo trituraban en morteros. Lo cocinaban en ollas y hacían de ello tortas que tenían sabor de tortas cocidas con aceite.

Cuando el rocío descendía de noche sobre el campamento, el maná descendía sobre él.

Moisés oyó al pueblo que lloraba, de familia en familia, cada una a la entrada de su tienda, y el furor de Jehovah se encendió en gran manera. También a Moisés le pareció mal,

y Moisés dijo a Jehovah: —¿Por qué has hecho mal a tu siervo? ¿Por qué no he hallado gracia ante tus ojos, para que hayas puesto la carga de todo este pueblo sobre mí?

¿Acaso concebí yo a todo este pueblo? ¿Acaso yo lo engendré, para que me digas: “Como una nodriza lleva a un bebé, llévalo en tu seno a la tierra que juré dar a sus padres”?

¿De dónde he de sacar yo carne para dar de comer a todo este pueblo, que llora ante mí diciendo: “Danos carne para que comamos”?

Yo solo no puedo llevar a todo este pueblo, porque es demasiado pesado para mí.

Si así vas a hacer tú conmigo, por favor concédeme la muerte, si he hallado gracia ante tus ojos, para que yo no vea mi desgracia.

Entonces Jehovah dijo a Moisés: —Reúneme a setenta hombres de los ancianos de Israel, a quienes tú conozcas como ancianos y oficiales del pueblo. Tráelos al tabernáculo de reunión, y que se presenten allí contigo.

Yo descenderé y hablaré allí contigo, tomaré del Espíritu que está en ti y lo pondré en ellos. Luego ellos llevarán contigo la carga del pueblo, y ya no la llevarás tú solo.

Y al pueblo dirás: “Santificaos para mañana, y comeréis carne. Pues habéis llorado a oídos de Jehovah diciendo: ¡Quién nos diera de comer carne! Porque nos iba mejor en Egipto. Jehovah, pues, os dará carne, y comeréis.

No comeréis un día, ni dos días, ni cinco días, ni diez días, ni veinte días,

sino hasta un mes; hasta que os salga por las narices, y tengáis náuseas. Por cuanto habéis menospreciado a Jehovah, que está en medio de vosotros, y habéis llorado delante de él diciendo: ¿Por qué salimos de Egipto?”

Entonces dijo Moisés: —Yo estoy en medio de un pueblo de 600.000 hombres de infantería, y tú dices: “Les daré carne, y comerán todo un mes.”

¿Se habrían de degollar para ellos las ovejas y las vacas para que les fuese suficiente? ¿Se habrían de Israel, provocando a ira a Jehovah Dios de Israel, con sus ídolos vanos.

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María y Aarón murmuran contra Moisés

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Números > María y Aarón murmuran contra Moisés (4:12:1 - 4:12:16)

María y Aarón hablaron contra Moisés a causa de la mujer cusita que había tomado, porque él había tomado por mujer a una cusita.

Ellos dijeron: —¿Acaso sólo por medio de Moisés ha hablado Jehovah? ¿No ha hablado también por medio de nosotros? Y lo oyó Jehovah.

Moisés era un hombre muy manso, más manso que todos los hombres que había sobre la faz de la tierra.

Repentinamente Jehovah dijo a Moisés, a Aarón y a María: —Id vosotros tres al tabernáculo de reunión. Y fueron los tres.

Entonces Jehovah descendió en una columna de nube, se detuvo a la entrada del tabernáculo y llamó a Aarón y a María. Ellos dos se acercaron,

y él les dijo: —Oíd mis palabras: Si tuvieseis un profeta de Jehovah, yo me manifestaría a él en visión o hablaría con él en sueños.

No es así con mi siervo Moisés, quien es fiel en toda mi casa.

Cara a cara hablo con él, en persona, y no por enigmas. Y él contempla la apariencia de Jehovah. ¿Por qué, pues, no tuvisteis temor de hablar contra mi siervo, contra Moisés?

Entonces el furor de Jehovah se encendió contra ellos. Y se fue.

Cuando la nube se apartó de encima del tabernáculo, he aquí que María quedó leprosa, blanca como la nieve. Aarón se volvió hacia María, y he aquí que estaba leprosa.

Entonces Aarón dijo a Moisés: —¡Ay, señor mío! Por favor, no pongas sobre nosotros el pecado, porque locamente hemos actuado y hemos pecado.

Por favor, no sea ella como el que sale muerto del vientre de su madre, con la mitad de su carne consumida.

Entonces Moisés clamó a Jehovah diciendo: —¡Oh Dios, sánala, por favor!

Jehovah respondió a Moisés: —Si su padre le hubiera escupido en su cara, ¿no quedaría avergonzada durante siete días? Que sea recluida fuera del campamento durante siete días, y después será readmitida.

Así María fue recluida fuera del campamento durante siete días. El pueblo no se puso en marcha hasta que María fuera readmitida.

Después partió el pueblo de Hazerot y acampó en el desierto de Parán.

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