Levítico

Santidad de las ofrendas

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Levítico > Santidad de las ofrendas (3:22:1 - 3:22:33)

Jehovah habló a Moisés diciendo:

“Di a Aarón y a sus hijos que traten con reverencia las cosas sagradas de los hijos de Israel, para que no profanen mi santo nombre en aquello que me han consagrado. Yo, Jehovah.

“Diles: A través de vuestras generaciones, todo hombre de vuestros descendientes, que estando impuro se acerque a las cosas sagradas que los hijos de Israel consagran a Jehovah, tal persona será excluida de delante de mí. Yo, Jehovah.

“El hombre de los descendientes de Aarón que sea leproso o padezca de flujo no comerá de las cosas sagradas hasta que esté purificado. El que toque alguna cosa inmunda por contacto con un cadáver, o la persona que haya tenido emisión de semen;

o quien haya tocado cualquier reptil y por tanto ha quedado impuro; o quien haya tocado a alguien impuro, fuese cual fuese su impureza;

la persona que lo toque quedará impura hasta el anochecer y no comerá de las cosas sagradas hasta que haya lavado su cuerpo con agua.

A la puesta del sol quedará purificado. Después podrá comer de las cosas sagradas, porque éstas son su alimento.

“No comerá un animal mortecino ni uno despedazado, contaminándose por ello. Yo, Jehovah.

“Ellos, pues, guardarán mi ordenanza para que no carguen con la culpa por esto, ni mueran por haberla profanado. Yo soy Jehovah, el que los santifico.

“Ningún extraño podrá comer de lo que es sagrado; ni el huésped del sacerdote, ni el asalariado lo podrán comer.

Pero la persona que el sacerdote haya comprado con su dinero podrá comer de ello. Y los que hayan nacido en su casa, éstos podrán comer de su alimento.

Si la hija del sacerdote se casa con un hombre extraño, ella no podrá comer de la ofrenda alzada de las cosas sagradas.

Pero si la hija del sacerdote ha quedado viuda o está divorciada, y no teniendo hijos ha vuelto a la casa de su padre como en su juventud, ella podrá comer del alimento de su padre. Pero ningún extraño comerá de él.

“El que por inadvertencia coma algo sagrado añadirá a ello un quinto de su valor y lo dará al sacerdote junto con lo sagrado.

No profanarán, pues, las cosas sagradas que los hijos de Israel apartan para Jehovah,

haciendo que ellos carguen con la culpabilidad cuando coman de sus cosas sagradas. Porque yo soy Jehovah, el que los santifico.”

Jehovah habló a Moisés diciendo:

“Habla a Aarón y a sus hijos, y a todos los hijos de Israel, y diles que si alguno de la casa de Israel o de los extranjeros en Israel presenta su sacrificio, en cumplimiento de cualquier voto o de cualquier ofrenda voluntaria que presenta en holocausto a Jehovah,

para que os sea aceptado será un macho sin defecto, ya sea toro, cordero o cabrito.

No ofreceréis ningún animal con defecto, porque no os será aceptado.

“Asimismo, cuando alguien ofrezca un sacrificio de paz a Jehovah, sea en cumplimiento de un voto o sea como una ofrenda voluntaria, para que sea aceptado será sin defecto, tanto de las vacas como de las ovejas. No ha de haber defecto en él.

El animal ciego, perniquebrado, mutilado, verrugoso, sarnoso o tiñoso, no lo ofreceréis a Jehovah. No pondréis de ellos una ofrenda quemada sobre el altar de Jehovah.

“Podrás presentar como ofrenda voluntaria el toro o el carnero que tenga un miembro desproporcionado o atrofiado, pero no será aceptado como cumplimiento de un voto.

“No ofreceréis a Jehovah un animal con los testículos heridos o dañados, arrancados o cortados. No haréis esto en vuestra tierra;

tampoco los aceptaréis de manos de los extranjeros para ofrecerlos como alimento de vuestro Dios. Porque están deformados y tienen defectos; no os serán aceptados.”

Jehovah habló a Moisés diciendo:

“Cuando nazca un ternero, un cordero o un cabrito, estará con su madre siete días. Desde el octavo día en adelante será aceptado en sacrificio, como ofrenda quemada a Jehovah.

“No degollaréis en el mismo día una vaca o una oveja junto con su cría.

“Cuando ofrezcáis a Jehovah un sacrificio de acción de gracias, lo sacrificaréis de manera que os sea aceptado.

El mismo día se comerá; no dejarás nada de él hasta la mañana. Yo, Jehovah.

“Guardad, pues, mis mandamientos y ponedlos por obra. Yo, Jehovah.

“No profanéis mi santo nombre, pues yo he de ser santificado en medio de los hijos de Israel. Yo soy Jehovah, el que os santifico,

que os saqué de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios. Yo, Jehovah.”

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Las fiestas solemnes

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Levítico > Las fiestas solemnes (3:23:1 - 3:23:44)

Jehovah habló a Moisés diciendo:

“Habla a los hijos de Israel y diles que las fiestas solemnes de Jehovah, mis fiestas solemnes que proclamaréis como asambleas sagradas, son éstas:

“Seis días se trabajará, pero el séptimo día será sábado de reposo, y habrá una asamblea sagrada. Ningún trabajo haréis; es el sábado consagrado a Jehovah, dondequiera que habitéis.

“Estas son las fiestas solemnes de Jehovah, las asambleas sagradas que convocaréis a su debido tiempo.

El día 14 del mes primero, al atardecer, es la Pascua de Jehovah.

El día 15 de este mes es la fiesta de los panes sin levadura, celebrada a Jehovah. Durante siete días comeréis panes sin levadura.

El primer día tendréis una asamblea sagrada; no haréis ningún trabajo laboral.

Presentaréis a Jehovah una ofrenda quemada durante siete días. El séptimo día habrá una asamblea sagrada; no haréis ningún trabajo laboral.”

Jehovah habló a Moisés diciendo:

“Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy y hayáis segado su mies, traeréis al sacerdote un manojo de espigas como primicia de vuestra siega.

Este mecerá el manojo delante de Jehovah, para que seáis aceptados. El sacerdote lo mecerá el día siguiente del sábado.

El día que presentéis el manojo, ofreceréis en holocausto a Jehovah un cordero de un año, sin defecto,

con su ofrenda vegetal de dos décimas de efa de harina fina amasada con aceite. Esta es una ofrenda quemada a Jehovah, de grato olor. Su libación será la cuarta parte de un hin de vino.

No comeréis pan, ni grano tostado, ni grano fresco hasta ese mismo día en que presentéis la ofrenda a vuestro Dios. Esto es un estatuto perpetuo a través de vuestras generaciones, dondequiera que habitéis.

“Contaréis siete semanas completas desde la mañana siguiente al sábado, desde el día en que presentasteis el manojo de espigas de la ofrenda mecida.

Contaréis cincuenta días hasta la mañana siguiente al séptimo sábado. Entonces presentaréis una ofrenda vegetal nueva a Jehovah.

Desde los lugares donde habitéis traeréis dos panes para ofrenda mecida, que serán de dos décimas de efa de harina fina, cocidos con levadura, como primicias a Jehovah.

Ofreceréis con el pan siete corderos de un año, sin defecto, un novillo y dos carneros. Serán el holocausto a Jehovah, junto con sus ofrendas vegetales y sus libaciones. Esta es una ofrenda quemada de grato olor a Jehovah.

Ofreceréis además un macho cabrío como sacrificio por el pecado y dos corderos de un año como sacrificio de paz.

El sacerdote los presentará como ofrenda mecida delante de Jehovah. Junto con el pan de las primicias, los dos corderos serán cosa sagrada a Jehovah, para el sacerdote.

En este mismo día convocaréis una asamblea sagrada; no haréis ningún trabajo laboral. Este es un estatuto perpetuo a través de vuestras generaciones, dondequiera que habitéis.

“Y cuando seguéis la mies de vuestra tierra, no segarás hasta el último rincón de tu campo, ni recogerás las espigas en tu campo segado. Las dejarás para el pobre y el extranjero. Yo, Jehovah, vuestro Dios.”

Jehovah habló a Moisés diciendo:

“Habla a los hijos de Israel y diles: El primer día del mes séptimo tendréis una fiesta sabática, una conmemoración con estrépito de trompetas y una asamblea sagrada.

No haréis ningún trabajo laboral, y presentaréis una ofrenda quemada a Jehovah.”

Jehovah habló a Moisés diciendo:

“El 10 de este mes séptimo será el día de la Expiación; tendréis asamblea sagrada. Os humillaréis a vosotros mismos y presentaréis una ofrenda quemada a Jehovah.

Ningún trabajo haréis en ese mismo día, porque es el día de la Expiación, para hacer expiación por vosotros delante de Jehovah vuestro Dios.

Ciertamente toda persona que no se humille en ese mismo día será excluida de su pueblo.

Toda persona que haga cualquier trabajo en ese mismo día, yo la destruiré de entre su pueblo.

Ningún trabajo haréis. Este es un estatuto perpetuo para vosotros, a través de vuestras generaciones, dondequiera que habitéis.

Será para vosotros una fiesta sabática solemne, y os humillaréis a vosotros mismos a partir del anochecer del noveno día del mes. Del anochecer al anochecer guardaréis vuestro reposo.”

Jehovah habló a Moisés diciendo:

“Habla a los hijos de Israel y diles que el día 15 de este mes séptimo será la fiesta de los Tabernáculos celebrada a Jehovah, durante siete días.

El primer día habrá asamblea sagrada. No haréis ningún trabajo laboral.

Siete días presentaréis una ofrenda quemada a Jehovah. El octavo día tendréis una asamblea sagrada y presentaréis una ofrenda quemada a Jehovah. Es asamblea festiva; no haréis ningún trabajo laboral.

“Estas son las fiestas solemnes de Jehovah en las que convocaréis asambleas sagradas para presentar ofrenda quemada a Jehovah: holocausto y ofrenda vegetal, sacrificios y libaciones; cada cosa en el día que corresponda.

Esto habrá, además de lo de los sábados de Jehovah, además de vuestros presentes, además de todas vuestras ofrendas votivas y además de todas vuestras ofrendas voluntarias que deis a Jehovah.

“Pero el día 15 del mes séptimo, cuando hayáis almacenado los productos de la tierra, celebraréis la fiesta de Jehovah durante siete días. El primer día será una fiesta sabática, y el octavo día será una fiesta sabática.

El primer día tomaréis para vosotros fruto de árbol hermoso: ramas de palmera, ramas de árboles frondosos y de sauces de los arroyos; y os regocijaréis delante de Jehovah vuestro Dios durante siete días.

Celebraréis fiesta a Jehovah durante siete días cada año. Esto es un estatuto perpetuo para vosotros, a través de vuestras generaciones. La celebraréis en el mes séptimo.

Siete días habitaréis en cabañas. Todo natural de Israel habitará en cabañas,

para que vuestros descendientes sepan que yo hice habitar a los hijos de Israel en cabañas cuando los saqué de la tierra de Egipto. Yo, Jehovah, vuestro Dios.”

Así habló Moisés a los hijos de Israel acerca de las fiestas solemnes de Jehovah.

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Aceite para las lámparas

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Levítico > Aceite para las lámparas (3:24:1 - 3:24:4)

Jehovah habló a Moisés diciendo:

“Manda a los hijos de Israel que te traigan aceite de olivas claro y puro para la iluminación, a fin de hacer arder continuamente las lámparas.

Aarón las dispondrá delante de Jehovah, fuera del velo del testimonio en el tabernáculo de reunión, continuamente desde el anochecer hasta el amanecer. Esto es un estatuto perpetuo, a través de vuestras generaciones.

Sobre el candelabro de oro puro pondrá continuamente en orden las lámparas delante de Jehovah.

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El pan de la proposición

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Levítico > El pan de la proposición (3:24:5 - 3:24:9)

“Toma harina fina, y haz con ella doce panes. Cada pan será de dos décimas de efa.

Los colocarás en dos hileras, seis en cada hilera, sobre la mesa de oro puro, delante de Jehovah.

Pondrás también sobre cada hilera incienso puro, y será para el pan como memorial, una ofrenda quemada a Jehovah.

Cada sábado los colocarás continuamente en orden delante de Jehovah, de parte de los hijos de Israel como pacto perpetuo.

Serán para Aarón y para sus hijos, quienes los comerán en un lugar santo, porque es cosa muy sagrada para él, de las ofrendas quemadas para Jehovah. Esto es un estatuto perpetuo.”

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Castigo del blasfemo

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Levítico > Castigo del blasfemo (3:24:10 - 3:24:23)

El hijo de una mujer israelita, cuyo padre era egipcio, salió entre los hijos de Israel. Y el hijo de la israelita y un hombre de Israel riñeron en el campamento.

Entonces el hijo de la mujer israelita blasfemó el Nombre, y lo maldijo. Luego lo llevaron a Moisés. (Su madre se llamaba Selomit hija de Dibri, de la tribu de Dan.)

Y lo pusieron bajo custodia, hasta que fuesen recibidas instrucciones exactas de parte de Jehovah.

Jehovah habló a Moisés diciendo:

“Saca al blasfemo fuera del campamento, y que todos los que le oyeron pongan sus manos sobre la cabeza de él. Luego apedréelo toda la congregación.

Después hablarás a los hijos de Israel, diciendo: Cuando una persona maldiga a su Dios, cargará con su pecado.

El que blasfeme el nombre de Jehovah morirá irremisiblemente. Toda la congregación lo apedreará. Sea extranjero o natural, morirá el que blasfeme el Nombre.

“Asimismo, el hombre que hiera de muerte a cualquier persona morirá irremisiblemente.

El que hiera de muerte a un animal deberá restituirlo, animal por animal.

Y el que cause lesión a su prójimo, según hizo, así le será hecho:

rotura por rotura, ojo por ojo, diente por diente. Según la lesión que haya hecho a otro, así se le hará a él.

El que mate a un animal lo restituirá, pero el que mate a un hombre morirá.

Habrá una misma ley para vosotros, tanto para el extranjero como para el natural; porque yo soy Jehovah vuestro Dios.”

Habló, pues, Moisés a los hijos de Israel, y ellos sacaron al blasfemo fuera del campamento y lo apedrearon. Así hicieron los hijos de Israel, como Jehovah había mandado a Moisés.

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