Antiguo Testamento

Cántico de Moisés

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Deuteronomio > Cántico de Moisés (5:31:30 - 5:32:47)

Entonces Moisés pronunció a oídos de toda la congregación de Israel las palabras de este cántico, hasta terminarlas:

“Prestad atención, oh cielos, y hablaré; escuche la tierra los dichos de mi boca.

Goteará como lluvia mi enseñanza, destilará cual rocío mi palabra, como lloviznas sobre el pasto, como aguaceros sobre la hierba.

Porque el nombre de Jehovah proclamaré. ¡Engrandeced a nuestro Dios!

“El es la Roca, cuya obra es perfecta, porque todos sus caminos son rectitud. El es un Dios fiel, en quien no hay iniquidad; es justo y recto.

La corrupción no es suya; de sus hijos es la mancha, generación torcida y perversa.

¿Así pagáis a Jehovah, pueblo necio e insensato? ¿Acaso no es él tu Padre, tu Creador, quien te hizo y te estableció?

“Acuérdate de los días antiguos; considera los años de muchas generaciones. Pregunta a tu padre, y él te declarará; a tus ancianos, y ellos te dirán.

Cuando el Altísimo repartió heredades a las naciones, cuando separó a los hijos del hombre, estableció las fronteras de los pueblos según el número de los hijos de Israel.

Porque la porción de Jehovah es su pueblo; Jacob es la parcela de su heredad.

“Lo halló en tierra desértica, en medio de la soledad rugiente del desierto. Lo rodeó, lo cuidó, lo guardó como a la niña de sus ojos;

como el águila que agita su nidada, revolotea sobre sus polluelos, extiende sus alas, los toma, y los lleva sobre sus plumas.

Jehovah solo le guió; no hubo dioses extraños con él.

Le hizo cabalgar sobre las alturas de la tierra, y le hizo comer los productos del campo. Hizo que chupara miel de la peña, aceite del duro pedernal,

mantequilla de las vacas, leche de las ovejas, con sebo de corderos y carneros, y machos cabríos de Basán. Con lo mejor del trigo y de la sangre de uvas bebiste vino.

“Jesurún se engordó y dio coces. (Te hiciste gordo, grueso y rollizo.) Y abandonó al Dios que lo hizo; desdeñó a la Roca de su salvación.

Le provocaron a celos con dioses ajenos; le enojaron con abominaciones.

Ofrecieron sacrificios a los demonios, no a Dios; a dioses que no habían conocido, a dioses nuevos, llegados de cerca, a los cuales vuestros padres no temieron.

Te has olvidado de la Roca que te procreó; te has olvidado del Dios que te hizo nacer.

“Jehovah lo vio, e indignado desdeñó a sus hijos y a sus hijas.

Entonces dijo: Esconderé de ellos mi rostro, y veré cuál será su final; porque son una generación perversa, hijos en quienes no hay fidelidad.

Ellos me provocaron a celos con lo que no es Dios; me indignaron con sus vanidades. También yo les provocaré a celos con uno que no es pueblo; con una nación insensata les causaré indignación.

Porque fuego se ha encendido en mi furor y arderá hasta el fondo del Seol. Devorará la tierra y sus frutos, e inflamará los fundamentos de las montañas.

Yo añadiré males sobre ellos; con mis flechas los acabaré.

Serán abatidos por el hambre, y consumidos por la fiebre ardiente y por la amarga plaga. Contra ellos enviaré dientes de fieras junto con el veneno de serpientes que se arrastran en el polvo.

Afuera desolará la espada, y adentro el espanto, tanto a los jóvenes como a las vírgenes, al que mama y al hombre con canas.

Yo dije: Yo los dispersaría; haría cesar su memoria de entre los hombres,

si no temiera la saña del enemigo, y que sus adversarios entiendan mal. No sea que ellos digan: Nuestra mano enaltecida hizo todo esto, y no Jehovah.

“Son un pueblo al cual le falta juicio; no hay en ellos entendimiento.

Si fueran sabios, entenderían esto; comprenderían cuál sería su final.

¿Cómo podrá perseguir uno a mil? ¿Cómo harán huir dos a diez mil, si su Roca no los hubiese vendido, si Jehovah no los hubiese entregado?

La roca de ellos no es como nuestra Roca; nuestros mismos enemigos lo han de reconocer.

La vid de ellos proviene de la vid de Sodoma, y de los campos de Gomorra. Sus uvas son uvas venenosas; sus racimos son amargos.

Su vino es veneno de serpientes y veneno cruel de cobras.

“¿Acaso no tengo reservado esto conmigo, sellado entre mis tesoros?

Mía es la venganza, yo pagaré; a su debido tiempo su pie resbalará. Porque está cercano el día de su calamidad, y lo que les está preparado se apresura.

“Ciertamente Jehovah juzgará a su pueblo y tendrá misericordia de sus siervos, cuando vea que se agota su fuerza y que no queda nadie, ni preso ni abandonado.

El dirá: ¿Dónde están sus dioses, la roca en que se refugiaban,

los que comían el sebo de sus sacrificios y bebían el vino de sus libaciones? ¡Que se levanten y os socorran! ¡Que os sirvan de refugio!

“Ved ahora que yo, Yo Soy, y conmigo no hay más dioses. Yo hago morir y hago vivir; yo hiero y también sano; no hay quien pueda librar de mi mano.

Ciertamente levantaré mis manos a los cielos y diré: ¡Viva yo para siempre!

Cuando afile mi reluciente espada y mi mano arrebate el juicio, tomaré venganza de mis enemigos y retribuiré a los que me aborrecen.

Mi espada devorará carne, y mis flechas embriagaré con sangre: con la sangre de muertos y cautivos, y de las cabezas melenudas del enemigo.

“¡Regocijaos, oh naciones, con su pueblo! Porque él vengará la sangre de sus siervos. El tomará venganza de sus enemigos y expiará la tierra de su pueblo.”

Moisés fue con Josué hijo de Nun y pronunció todas las palabras de este cántico a oídos del pueblo.

Cuando Moisés acabó de pronunciar todas estas palabras a todo Israel,

les dijo: “Aplicad vuestro corazón a todas las palabras con que yo os advierto hoy, para que las encarguéis a vuestros hijos a fin de guardar y poner por obra todas las palabras de esta ley.

Porque no son palabras vanas; pues son vuestra vida, y a causa de estas palabras prolongaréis vuestros días en la tierra que para tomarla en posesión cruzáis el Jordán.”

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Se le permite a Moisés contemplar la tierra de Canaán

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Deuteronomio > Se le permite a Moisés contemplar la tierra de Canaán (5:32:48 - 5:32:52)

Aquel mismo día Jehovah habló a Moisés diciendo:

“Sube a este monte de Abarim, al monte Nebo, que está en la tierra de Moab, frente a Jericó, y mira la tierra de Canaán que yo doy en posesión a los hijos de Israel.

Allí en el monte a donde subas, morirás y serás reunido con tu pueblo, así como murió Aarón tu hermano en el monte Hor y fue reunido con su pueblo.

Porque actuasteis contra mí en medio de los hijos de Israel en las aguas de Meriba en Cades, en el desierto de Zin; y no me tratasteis como santo en medio de los hijos de Israel.

Por eso verás la tierra delante de ti, pero no irás allá, a la tierra que doy a los hijos de Israel.”

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Moisés bendice a las doce tribus de Israel

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Enviado por TuBiblia

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Deuteronomio > Moisés bendice a las doce tribus de Israel (5:33:1 - 5:33:29)

Esta es la bendición con la cual Moisés, hombre de Dios, bendijo a los hijos de Israel, antes de morir.

El dijo: “Jehovah vino de Sinaí y de Seír les resplandeció. Apareció desde los montes de Parán y vino con miríadas de santos, y a su diestra fuego refulgente.

Ciertamente él ama a los pueblos; Todos sus santos están en sus manos. Ellos se postran a tus pies y reciben tus palabras.

“Moisés nos prescribió la ley, la heredad de la congregación de Jacob.

El ha sido rey en Jesurún, cuando se congregaban los jefes del pueblo, la comunidad de las tribus de Israel.

“¡Viva Rubén, y no muera! Y sean numerosos sus hombres.”

Esto dijo acerca de Judá: “Escucha, oh Jehovah, la voz de Judá; tráelo a su pueblo. Sus manos le basten, y séle ayuda contra sus enemigos.

Dijo acerca de Leví: “Dale a Leví tu Tumim y tu Urim a tu hombre piadoso al cual probaste en Masá, y con quien contendiste en las aguas de Meriba.

El que dijo de su padre y de su madre: No los conozco. No reconoció a sus hermanos, ni conoció a sus propios hijos. Pues ellos guardaron tu palabra y observaron tu pacto.

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Enviado por TuBiblia

Ellos enseñarán tus juicios a Jacob, y tu ley a Israel. Pondrán delante de ti el incienso y sobre tu altar la ofrenda del todo quemada.

¡Bendice, oh Jehovah, lo que ellos hagan! ¡Recibe con agrado la obra de sus manos! Hiere las espaldas de sus enemigos y de los que le aborrecen, de modo que no se levanten.”

Dijo acerca de Benjamín: “El amado de Jehovah habitará confiado cerca de él. El lo protegerá todo el día, y entre sus hombros morará.”

Dijo acerca de José: “Bendita de Jehovah sea su tierra con lo mejor del cielo, con el rocío y con el océano que se extiende abajo,

con lo mejor que produce el sol, y con lo mejor que da la luna,

con lo principal de las montañas antiguas, con lo mejor de las colinas eternas,

con lo mejor de la tierra y de su plenitud, y el favor de aquel que moraba en la zarza. Que esto venga sobre la cabeza de José, y sobre la coronilla del príncipe de sus hermanos.

El tiene el esplendor del primogénito del toro; sus cuernos son como los del toro salvaje. Con ellos embestirá a los pueblos hasta los confines de la tierra. ¡Estas son las miríadas de Efraín! ¡Estos son los millares de Manasés!”

Dijo acerca de Zabulón: “¡Alégrate, oh Zabulón, en tus salidas; y tú, oh Isacar, en tus tiendas!

Convocarán a los pueblos al monte, y allí ofrecerán sacrificios de justicia. Porque absorberán la abundancia de los mares, y los tesoros escondidos de la arena.”

Dijo acerca de Gad: “¡Bendito el que hizo ensanchar a Gad! Como león habita, y arrebata el brazo y aun la coronilla.

Escogió lo mejor de la tierra para sí, pues allí estaba la parte del legislador. Cuando se congregaron los jefes del pueblo, realizó la justicia de Jehovah, sus juicios acerca de Israel.”

Dijo acerca de Dan: “Dan es un cachorro de león que salta desde Basán.”

Dijo acerca de Neftalí: “Neftalí, satisfecho con favores y lleno de las bendiciones de Jehovah, posee la región del mar y del sur.”

Dijo acerca de Aser: “¡Bendito más que los hijos sea Aser! Sea querido por sus hermanos y moje su pie en aceite.

De hierro y bronce sean tus cerrojos, y tu fuerza sea como tus días.”

“¡No hay como el Dios de Jesurún! El cabalga sobre los cielos en tu ayuda, y sobre las nubes en su majestad.

El eterno Dios es tu refugio, y abajo están los brazos eternos. El echará de delante de ti al enemigo, diciendo: ¡Destruye!

Israel habitará confiado; el manantial de Jacob estará solitario en tierra de grano y de vino nuevo. También sus cielos gotearán rocío.

¡Bienaventurado eres tú, oh Israel! ¿Quién como tú, oh pueblo salvo por Jehovah, escudo de tu socorro y espada de tu excelencia? Tus enemigos tratarán de engañarte, pero tú pisotearás sus lugares altos.”

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Muerte y sepultura de Moisés

Imagen Muerte y sepultura de Moisés 1
Enviado por Carlos

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Deuteronomio > Muerte y sepultura de Moisés (5:34:1 - 5:34:12)

Entonces subió Moisés de la llanura de Moab al monte Nebo, en la cumbre del Pisga, que está frente a Jericó. Y Jehovah le mostró toda la tierra: desde Galaad hasta Dan,

todo Neftalí, la tierra de Efraín y de Manasés, toda la tierra de Judá hasta el mar Grande,

el Néguev y la llanura del valle de Jericó (la ciudad de las palmeras), hasta Zoar.

Y Jehovah le dijo: “Esta es la tierra de la cual juré a Abraham, a Isaac y a Jacob, diciendo: A tus descendientes la daré. Yo te he permitido que la mires con tus ojos, pero tú no cruzarás allá.”

Y allí murió Moisés, siervo de Jehovah, en la tierra de Moab, conforme al dicho de Jehovah.

Y él lo sepultó en el valle, en la tierra de Moab, frente a Bet-peor. Nadie conoce su sepulcro, hasta el día de hoy.

Moisés tenía 120 años cuando murió. Sus ojos nunca se debilitaron, ni perdió su vigor.

Los hijos de Israel hicieron duelo por Moisés en las llanuras de Moab durante treinta días, hasta que se cumplieron los días del llanto y de duelo por Moisés.

Y Josué hijo de Nun estaba lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él. Así que los hijos de Israel le obedecieron e hicieron como Jehovah había mandado a Moisés.

Nunca en Israel se levantó otro profeta como Moisés, a quien Jehovah conociera cara a cara.

Nadie fue como él, ni por todas las señales y prodigios que Jehovah le mandó hacer en la tierra de Egipto contra el faraón, contra todos sus servidores y contra toda su tierra,

ni por la mano poderosa y los hechos asombrosos, como los que Moisés hizo ante los ojos de todo Israel.

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Preparativos para la conquista

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Josué > Preparativos para la conquista (6:1:1 - 6:1:18)

Aconteció después de la muerte de Moisés, siervo de Jehovah, que Jehovah habló a Josué hijo de Nun, ayudante de Moisés, diciendo:

—Mi siervo Moisés ha muerto. Ahora, levántate, pasa el Jordán tú con todo este pueblo, a la tierra que yo doy a los hijos de Israel.

Yo os he dado, como lo había prometido a Moisés, todo lugar que pise la planta de vuestro pie.

Vuestro territorio será desde el desierto y el Líbano hasta el gran río, el río Eufrates, toda la tierra de los heteos hasta el mar Grande, donde se pone el sol.

Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida. Como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te desampararé.

Esfuérzate y sé valiente, porque tú harás que este pueblo tome posesión de la tierra que juré a sus padres que les daría.

Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de cumplir toda la ley que mi siervo Moisés te mandó. No te apartes de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que tengas éxito en todo lo que emprendas.

Nunca se aparte de tu boca este libro de la Ley; más bien, medita en él de día y de noche, para que guardes y cumplas todo lo que está escrito en él. Así tendrás éxito, y todo te saldrá bien.

¿No te he mandado que te esfuerces y seas valiente? No temas ni desmayes, porque Jehovah tu Dios estará contigo dondequiera que vayas.

Entonces Josué mandó a los oficiales del pueblo, diciendo:

—Pasad por en medio del campamento y mandad al pueblo diciendo: “Preparaos alimentos, porque dentro de tres días cruzaréis el Jordán para entrar a tomar posesión de la tierra que Jehovah vuestro Dios os da para que la poseáis.”

Josué también habló a los rubenitas, a los gaditas y a la media tribu de Manasés, diciendo:

—Acordaos de lo que os mandó Moisés, siervo de Jehovah, diciendo: “Jehovah vuestro Dios os ha dado reposo y os ha dado esta tierra.

Vuestras mujeres, vuestros niños y vuestros ganados se quedarán en la tierra que Moisés os ha dado a este lado del Jordán. Pero vosotros, todos los guerreros valientes, cruzaréis armados al frente de vuestros hermanos y les ayudaréis,

hasta que Jehovah haya dado reposo a vuestros hermanos como a vosotros, y ellos también tomen posesión de la tierra que les da Jehovah vuestro Dios. Después volveréis a la tierra que tenéis como posesión, que os ha dado Moisés, siervo de Jehovah, a este lado del Jordán, donde se levanta el sol.”

Y ellos respondieron a Josué diciendo: —Nosotros haremos todas las cosas que nos has mandado, e iremos a dondequiera que nos envíes.

De la manera que hemos obedecido a Moisés en todas las cosas, así te obedeceremos a ti. Sólo que Jehovah tu Dios esté contigo, como estuvo con Moisés.

Cualquiera que sea rebelde a tu mandato y que no obedezca tus palabras en todo lo que le mandes, que muera. ¡Solamente esfuérzate y sé valiente!

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