Antiguo Testamento

Franjas en los vestidos

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Enviado por Franja

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Números > Franjas en los vestidos (4:15:37 - 4:15:41)

Jehovah habló a Moisés diciendo:

“Habla a los hijos de Israel y diles que a través de sus generaciones se hagan flecos en los bordes de sus vestiduras y que pongan un cordón azul en cada fleco del borde.

Los flecos servirán para que al verlos os acordéis de todos los mandamientos de Jehovah, a fin de ponerlos por obra, y para que no vayáis en pos de vuestro propio corazón y de vuestros propios ojos, tras los cuales os habéis prostituido.

Será para que os acordéis y cumpláis todos mis mandamientos, a fin de que seáis santos para vuestro Dios.

Yo, Jehovah, vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios. Yo, Jehovah, vuestro Dios.”

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La rebelión de Coré

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Números > La rebelión de Coré (4:16:1 - 4:16:50)

Coré hijo de Izjar, hijo de Cohat, hijo de Leví; Datán y Abiram, hijos de Eliab, y On hijo de Pelet, hijos de Rubén, tomaron gente

y se levantaron contra Moisés, junto con 250 hombres de los hijos de Israel, dirigentes de la congregación, nombrados de la asamblea y hombres de renombre.

Ellos se juntaron contra Moisés y contra Aarón, y les dijeron: —¡Basta ya de vosotros! Porque toda la congregación, todos ellos son santos, y Jehovah está en medio de ellos. ¿Por qué, pues, os enaltecéis vosotros sobre la asamblea de Jehovah?

Cuando Moisés lo oyó, se postró sobre su rostro,

y habló a Coré y a todo su grupo, diciendo: —Jehovah dará a conocer mañana por la mañana a los que son suyos. A quien sea santo lo hará que se acerque a él, y a quien escoja lo hará que se acerque a él.

Haced esto, Coré y todo tu grupo: Tomad incensarios.

Mañana poned fuego en ellos, y poned en ellos incienso delante de Jehovah. El hombre a quien Jehovah escoja, aquél será santo. ¡Basta ya de vosotros, oh hijos de Leví!

Moisés también dijo a Coré: —Escuchad, por favor, hijos de Leví:

¿Os parece poca cosa que el Dios de Israel os haya apartado de la congregación de Israel y os haya acercado a sí mismo para realizar el servicio del tabernáculo de Jehovah y para estar delante de la congregación a fin de servirles?

El te ha traído a su lado, y contigo a todos tus hermanos, los hijos de Leví. ¿Y procuráis también el sacerdocio?

Por tanto, contra Jehovah os habéis juntado tú y todo tu grupo, pues ¿quién es Aarón, para que murmuréis contra él?

Entonces Moisés mandó llamar a Datán y a Abiram, hijos de Eliab, pero ellos respondieron: —¡No iremos!

¿Te parece poca cosa que nos hayas hecho venir de una tierra que fluye leche y miel a fin de hacernos morir en el desierto, para que también insistas en enseñorearte sobre nosotros?

Tampoco nos has traído a una tierra que fluye leche y miel, ni nos has dado heredades de campos y viñas. ¿Vas a sacar los ojos a estos hombres? ¡No iremos!

Entonces Moisés se enojó muchísimo y dijo a Jehovah: —¡No aceptes su ofrenda! Ni siquiera un asno he tomado de ellos, ni a ninguno de ellos he hecho daño.

Después Moisés dijo a Coré: —Presentaos mañana tú y todo tu grupo delante de Jehovah; tú, ellos y Aarón.

Tomad cada uno su incensario y poned en ellos incienso. Y acercaos delante de Jehovah, cada uno con su incensario, 250 incensarios; también tú y Aarón, cada uno con su incensario.

Tomaron cada uno su incensario, pusieron en ellos fuego, echaron en ellos incienso, y se pusieron de pie con Moisés y Aarón a la entrada del tabernáculo de reunión.

Coré ya había reunido contra ellos a toda la congregación a la entrada del tabernáculo de reunión. Entonces la gloria de Jehovah apareció a toda la congregación.

Y Jehovah habló a Moisés y a Aarón diciendo:

—Apartaos de en medio de esta congregación, pues voy a consumirlos en un instante.

Ellos se postraron sobre sus rostros y dijeron: —Oh Dios, Dios de los espíritus de todo ser humano: Cuando un solo hombre peca, ¿te has de enfurecer contra toda la congregación?

Entonces Jehovah habló a Moisés y le dijo:

—Habla a la congregación diciendo: “Apartaos de los alrededores de las moradas de Coré, Datán y Abiram.”

Moisés se levantó y fue a donde estaban Datán y Abiram. Y los ancianos de Israel fueron tras él.

Luego habló a la congregación diciendo: —¡Apartaos, por favor, de las tiendas de estos hombres impíos! No toquéis ninguna cosa suya, no sea que perezcáis con todos sus pecados.

Se apartaron, pues, de alrededor de las moradas de Coré, Datán y Abiram. Entonces Datán y Abiram salieron y se pusieron de pie a la entrada de sus tiendas, junto con sus mujeres, sus hijos y sus niños pequeños.

Y Moisés dijo: —En esto conoceréis que Jehovah me ha enviado para que haga todas estas cosas, y que no las hice por mi propia voluntad:

Si éstos mueren como mueren todos los hombres, o si les acontece sólo la misma suerte de todos los hombres, entonces Jehovah no me ha enviado.

Pero si Jehovah hace algo nuevo y la tierra abre su boca y se los traga, junto con todo lo que les pertenece, y descienden vivos al Seol, entonces conoceréis que estos hombres han menospreciado a Jehovah.

Aconteció que al acabar él de hablar todas estas palabras, se rompió la tierra que estaba debajo de ellos.

La tierra abrió su boca y se los tragó a ellos, a sus familias y a todos los hombres que eran de Coré, junto con todos sus bienes.

Ellos con todo lo que tenían descendieron vivos al Seol. La tierra los cubrió, y perecieron en medio de la asamblea.

Y todo Israel, los que estaban a su alrededor, huyeron al grito de ellos, porque decían: “¡No sea que la tierra nos trague a nosotros también!”

Después salió fuego de parte de Jehovah y consumió a los 250 hombres que ofrecían el incienso.

Entonces Jehovah habló a Moisés diciendo:

“Di a Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, que tome los incensarios de en medio del incendio y que esparza las brasas a distancia; porque están santificados.

En lo que respecta a los incensarios de estos que pecaron a costa de sus vidas, de ellos se harán láminas para cubrir el altar. Por cuanto han sido presentados delante de Jehovah, están santificados; y servirán de advertencia a los hijos de Israel.”

Entonces el sacerdote Eleazar tomó los incensarios de bronce que habían presentado los que fueron quemados. Y los hicieron láminas para cubrir el altar,

como memorial para los hijos de Israel, de que ningún extraño, que no sea de la descendencia de Aarón, ha de acercarse para ofrecer incienso delante de Jehovah. No les suceda como a Coré y a su grupo, conforme a lo que había dicho Jehovah por medio de Moisés.

Al día siguiente toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón, diciendo: —¡Vosotros habéis matado al pueblo de Jehovah!

Y aconteció que cuando se juntó la congregación contra Moisés y contra Aarón, miraron hacia el tabernáculo de reunión, y he aquí que la nube lo había cubierto, y se manifestó la gloria de Jehovah.

Entonces Moisés y Aarón fueron al frente del tabernáculo de reunión,

y Jehovah habló a Moisés diciendo:

—¡Apartaos de en medio de esta congregación, porque voy a consumirlos en un momento! Ellos se postraron sobre sus rostros,

y Moisés dijo a Aarón: —Toma el incensario, pon fuego del altar en él y pon incienso en él; vé rápidamente hacia la congregación y haz expiación por ellos. Porque se ha encendido la ira de Jehovah, y la mortandad ha comenzado.

Entonces Aarón tomó el incensario, como le había dicho Moisés, y corrió al medio de la asamblea. Y he aquí que la mortandad ya había comenzado entre el pueblo. El puso incienso e hizo expiación por el pueblo,

y se puso de pie entre los muertos y los vivos. Así cesó la mortandad.

Los que murieron a causa de la mortandad fueron 14.700, además de los que murieron por causa de Coré.

Después, cuando la mortandad había sido detenida, Aarón volvió a donde estaba Moisés, a la entrada del tabernáculo de reunión.

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La vara de Aarón florece

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Enviado por OSWALDO

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Números > La vara de Aarón florece (4:17:1 - 4:17:13)

Entonces Jehovah habló a Moisés diciendo:

“Habla a los hijos de Israel y toma doce varas, una vara por cada casa paterna, de todos sus dirigentes de casas paternas. Escribe el nombre de cada uno en su vara,

y en la vara que corresponde a Leví escribe el nombre de Aarón; pues habrá una vara para cada jefe de su casa paterna.

Pondrás estas varas en el tabernáculo de reunión, delante del testimonio, donde yo me encontraré con vosotros.

Y sucederá que florecerá la vara del hombre que yo escoja. Así quitaré de sobre mí las quejas de los hijos de Israel con que murmuran contra vosotros.”

Moisés habló a los hijos de Israel, y todos sus dirigentes le dieron varas, una vara por cada dirigente de cada casa paterna, doce varas en total. Y la vara de Aarón estaba entre sus varas.

Luego Moisés puso las varas delante de Jehovah en el tabernáculo de reunión.

Y sucedió que al día siguiente Moisés entró en el tabernáculo de reunión y vio que la vara de Aarón, de la casa de Leví, había brotado, echado botones, dado flores y producido almendras maduras.

Entonces Moisés llevó de delante de Jehovah todas las varas a los hijos de Israel. Ellos las vieron y tomaron cada uno su vara.

Entonces Jehovah dijo a Moisés: “Vuelve a poner la vara de Aarón delante del testimonio, para que sea guardada como señal para los rebeldes. Así harás cesar sus quejas contra mí, para que ellos no mueran.”

Moisés hizo como le mandó Jehovah; así lo hizo.

Entonces los hijos de Israel hablaron a Moisés diciendo: “¡He aquí que perecemos! ¡Estamos perdidos! ¡Todos nosotros estamos perdidos!

Cualquiera que se acerque al tabernáculo de Jehovah, morirá. ¿Acabaremos pereciendo todos?”

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Sostenimiento de sacerdotes y levitas

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Números > Sostenimiento de sacerdotes y levitas (4:18:1 - 4:18:32)

Jehovah dijo a Aarón: “Tú, tus hijos y tu casa paterna contigo cargaréis con las ofensas contra el santuario. Y tú y tus hijos contigo cargaréis con las ofensas contra vuestro sacerdocio.

Haz también que se acerquen a ti tus hermanos, la tribu de Leví, la tribu de tu padre. Ellos te acompañarán y te servirán, mientras tú y tus hijos contigo serviréis delante del tabernáculo del testimonio.

Ellos cumplirán lo que tú ordenes y lo que ha sido ordenado con respecto a todo el tabernáculo, pero no se acercarán a los utensilios del santuario ni al altar, para que no mueran ellos y vosotros.

Ellos te acompañarán y tendrán el cuidado del tabernáculo de reunión en todo el servicio del tabernáculo. Ningún extraño se ha de acercar a vosotros.

“Vosotros tendréis el cuidado del santuario y el cuidado del altar, para que no haya más ira contra los hijos de Israel.

He aquí, yo he tomado a vuestros hermanos, los levitas, de entre los hijos de Israel, y os los he dado como un donativo; son dados a Jehovah, para llevar a cabo el servicio del tabernáculo de reunión.

Pero tú y tus hijos contigo cumpliréis con vuestro sacerdocio en todo asunto relacionado con el altar, y serviréis del velo adentro. Yo os entrego vuestro sacerdocio como servicio y obsequio, pero el extraño que se acerque será muerto.”

Jehovah dijo además a Aarón: “He aquí, yo te he dado el cuidado de mis ofrendas alzadas. Todas las cosas que los hijos de Israel consagran te las he dado a ti como porción, y a tus hijos como provisión perpetua.

“Esto te corresponderá de las cosas más sagradas reservadas del fuego. Toda ofrenda suya: cada ofrenda vegetal, cada sacrificio por el pecado o cada sacrificio por la culpa, que ellos me han de presentar, será cosa muy sagrada para ti y para tus hijos.

La comerás como cosa muy sagrada. Todo varón podrá comer de ella; será para ti algo sagrado.

“Esto también será para ti: la ofrenda alzada de los donativos y todas las ofrendas mecidas de los hijos de Israel las he dado a ti, a tus hijos y a tus hijas contigo, como provisión perpetua. Todo el que esté puro en tu casa, podrá comer de ellas.

“También será para ti lo mejor del aceite nuevo, lo mejor del vino nuevo y del grano, y las primicias que sean presentadas a Jehovah.

Las primicias de todos los productos de su tierra, las cuales ellos traerán a Jehovah, serán para ti. Todo el que esté puro en tu casa, podrá comer de ellas.

“Todo lo que en Israel es dedicado por completo será para ti.

“Todo el que abre la matriz de todo ser, ya sea de hombre o de animal, que se ofrece a Jehovah, será para ti. Pero sin falta rescatarás al primogénito del hombre; también rescatarás el primerizo del animal inmundo.

En cuanto al rescate, efectuarás el rescate de ellos al mes de nacidos, mediante el precio de 5 siclos de plata, según el siclo del santuario, el cual tiene 20 geras.

Pero no rescatarás el primerizo de la vaca, el primerizo de la oveja o el primerizo de la cabra, pues están consagrados. Rociarás su sangre sobre el altar, y quemarás su sebo como ofrenda quemada de grato olor a Jehovah.

Su carne será para ti, así como el pecho de la ofrenda mecida y el muslo derecho serán para ti.

“Todas las ofrendas alzadas de las cosas sagradas que los hijos de Israel presenten a Jehovah, las he dado para ti, para tus hijos y para tus hijas contigo, como provisión perpetua. Constituye un perpetuo pacto de sal delante de Jehovah, para ti y para tus descendientes contigo.”

Jehovah dijo también a Aarón: “No recibirás heredad en su tierra, ni parte entre ellos. Yo soy tu parte y tu heredad en medio de los hijos de Israel.”

“He aquí, he dado a los hijos de Leví todos los diezmos de Israel, como heredad, a cambio del servicio que llevan a cabo en el tabernáculo de reunión.

De aquí en adelante, los hijos de Israel no se acercarán al tabernáculo de reunión, para que no carguen con el pecado y mueran.

Sólo los levitas llevarán a cabo el servicio del tabernáculo de reunión y cargarán con las ofensas de ellos. Este es un estatuto perpetuo, a través de vuestras generaciones. “Ellos no poseerán heredad entre los hijos de Israel,

porque he dado a los levitas por heredad los diezmos, lo que los hijos de Israel presenten a Jehovah como ofrenda alzada. Por eso les he dicho: No recibirán heredad entre los hijos de Israel.”

Jehovah también habló a Moisés diciendo:

“Habla a los levitas y diles: Cuando toméis de los hijos de Israel los diezmos que os he dado de ellos como vuestra heredad, vosotros presentaréis, como ofrenda alzada a Jehovah, el diezmo del diezmo.

Y vuestra ofrenda alzada será considerada como el grano de la era o como el producto del lagar.

Así también vosotros presentaréis a Jehovah una ofrenda alzada de todos vuestros diezmos que hayáis recibido de los hijos de Israel. Daréis de ello la ofrenda alzada de Jehovah al sacerdote Aarón.

De todos los obsequios que recibáis, presentaréis cada ofrenda alzada a Jehovah; de todo lo mejor de ellos ofreceréis la porción que ha de ser consagrada.

“Además les dirás: Después de haber presentado lo mejor de ellos como ofrenda alzada, el diezmo les será contado a los levitas como el fruto de la era o como el fruto del lagar.

Lo podréis comer en cualquier lugar, vosotros y vuestras familias, pues es vuestra remuneración por vuestro trabajo en el tabernáculo de reunión.

Y después de que hayáis presentado lo mejor de ello como ofrenda alzada, no cargaréis por ello pecado. Así no profanaréis las cosas consagradas por los hijos de Israel, y no moriréis.”

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La purificación de los inmundos

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Números > La purificación de los inmundos (4:19:1 - 4:19:22)

Entonces Jehovah habló a Moisés y a Aarón, diciendo que

éste es el estatuto de la ley que Jehovah ha mandado diciendo: “Di a los hijos de Israel que te traigan una vaca roja, sin defecto, en la cual no haya mancha y sobre la cual nunca haya sido puesto yugo.

La daréis al sacerdote Eleazar, y él la sacará fuera del campamento y la hará degollar en su presencia.

“El sacerdote Eleazar tomará con su dedo parte de la sangre, y rociará siete veces hacia la parte frontal del tabernáculo de reunión.

Después hará que quemen la vaca en su presencia. Hará quemar su piel, su carne y su sangre junto con su estiércol.

Luego el sacerdote tomará madera de cedro, hisopo y lana carmesí, y los echará en el fuego en que arde la vaca.

“Luego el sacerdote lavará sus vestiduras y lavará su cuerpo con agua. Después entrará en el campamento, aunque quedará impuro hasta el anochecer.

Asimismo, el que quemó la vaca lavará su ropa con agua y lavará su cuerpo con agua, y quedará impuro hasta el anochecer.

“Después un hombre que esté puro recogerá las cenizas de la vaca y las pondrá fuera del campamento, en un lugar limpio. Y la congregación de los hijos de Israel las guardará; serán para el agua para la purificación de la impureza.

También el que recoja las cenizas de la vaca lavará su ropa, y quedará impuro hasta el anochecer. Esto será un estatuto perpetuo para los hijos de Israel y para el extranjero que resida entre ellos.

“El que toque el cadáver de cualquier persona quedará impuro durante siete días.

El deberá purificarse con aquella agua en el tercer día y en el séptimo día y quedará puro. Si no se purifica en el tercer día y en el séptimo día, no quedará puro.

Todo el que toque un cadáver, el cuerpo de alguien que ha muerto, y que no se purifica, contaminará el tabernáculo de Jehovah. Esa persona será excluida de Israel, por cuanto el agua para la impureza no fue rociada sobre él. Aún queda impuro, y su impureza permanece sobre él.

“Estas son las instrucciones para cuando alguno muera en una tienda: Todo el que entre en la tienda, y todo el que se encuentre en ella, quedará impuro durante siete días.

Toda vasija abierta que no tenga tapa ajustada será inmunda.

“Cualquiera que en campo abierto toque a quien haya sido muerto a espada, o un cadáver, o algún hueso humano, o alguna tumba, quedará impuro durante siete días.

Para el que esté impuro, tomarán parte de la ceniza de la vaca quemada por el pecado y sobre ella echarán agua fresca en una vasija.

Una persona que esté pura tomará hisopo y lo mojará en el agua. Luego rociará la tienda, todos los utensilios, a las personas presentes, y al que tocó un hueso o a uno que ha sido matado o un cadáver o una tumba.

El que esté puro rociará sobre el impuro en el tercero y en el séptimo día. Después de purificarlo en el séptimo día, éste lavará su ropa y lavará su cuerpo con agua; y al anochecer será puro.

“El hombre que estando impuro no se purifica, esa persona será excluida de la congregación, porque ha contaminado el santuario de Jehovah. Si no ha sido rociada sobre él el agua para la impureza, queda impuro.

Esto será para vosotros un estatuto perpetuo. “También el que rocíe el agua para la impureza lavará su ropa, y el que toque el agua para la impureza quedará impuro hasta el anochecer.

Todo lo que el impuro toque será inmundo. Y la persona que lo toque quedará impura hasta el anochecer.”

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