Castigo de las naciones vecinas
Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > ZacarÃas > Castigo de las naciones vecinas (38:9:1 - 38:9:8)
ProfecÃa: La palabra de Jehovah contra la tierra de Hadrac y Damasco, el lugar de su reposo. Porque a Jehovah pertenecen el ojo del hombre y todas las tribus de Israel;
también Hamat, que colinda con ella; y Tiro y Sidón, aunque se hayan hecho muy sabias.
Tiro se edificó una fortaleza y acumuló plata como el polvo, y oro como el lodo de las calles.
Pero he aquà que el Señor se apoderará de ella y destruirá en el mar su poderÃo, y ella será consumida con fuego.
“Ascalón lo verá y temerá. Gaza también temblará en gran manera; lo mismo Ecrón, porque su esperanza ha sido avergonzada. Dejará de haber rey en Gaza, y Ascalón no será habitada.
En Asdod se sentará un bastardo, y destruiré la soberbia de los filisteos.
Apartaré la sangre de su boca y las abominaciones de sus dientes. El será también convertido en un remanente para nuestro Dios, y será como una familia más en Judá. Y Ecrón será como el jebuseo.
Yo defenderé mi casa del que acampa, del que pasa y del que vuelve. El opresor no pasará más sobre ellos, porque ahora yo vigilo por ella con mis propios ojos.”