Antiguo Testamento

Iniquidad y rebelión de Israel

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Oseas > Iniquidad y rebelión de Israel (28:7:1 - 28:7:16)

cuando yo cure a Israel, se pondrá al descubierto la iniquidad de Efraín y las maldades de Samaria; porque obran con engaño. Mientras el ladrón se mete adentro, la pandilla despoja afuera,

y no consideran en su corazón que yo mantengo el recuerdo de toda su maldad. ¡Ahora los tienen cercados sus propias acciones; están delante de mí!

“Con su maldad alegran al rey, y a los gobernantes con sus mentiras.

Todos ellos son adúlteros. Son como un horno encendido por el panadero que cesa de avivar el fuego después que está hecha la masa, hasta que esté leudada.

En el día de nuestro rey, los gobernantes se enfermaron con el calor del vino; y él extendió su mano a los burladores.

Porque como un horno aplican su corazón a planear intrigas: Toda la noche dormita el furor de ellos, y al amanecer arde como llama de fuego.

Todos ellos arden como un horno y devoran a sus jueces. Todos sus reyes han caído; no hay entre ellos quien me invoque.

“Efraín se mezcla con los pueblos; Efraín es como una torta a la cual no se le ha dado la vuelta.

Los extraños han devorado sus fuerzas, pero él no se da cuenta. Aun las canas se han esparcido sobre él, pero él no se da cuenta.

La soberbia de Israel testifica contra él en su propia cara. Con todo eso, no se ha vuelto a Jehovah su Dios, ni lo ha buscado.

Efraín ha sido como una paloma, incauto y sin entendimiento, llamando a Egipto y acudiendo a Asiria.

Cuando vayan, extenderé sobre ellos mi red y los haré caer como aves del cielo. Los atraparé al escuchar su ruido de bandada en descenso.

¡Ay de ellos, porque se apartaron de mí! ¡Destrucción sobre ellos, porque contra mí se rebelaron! Yo los redimiría, pero ellos hablan mentiras contra mí,

y no claman a mí en sus corazones cuando gimen en sus camas. Por el trigo y el vino se amotinan y se rebelan contra mí.

Y aunque les instruí y fortalecí sus brazos, ellos traman el mal contra mí.

Se vuelven, pero no al Altísimo. Son como arco que falla. Sus dirigentes caerán a espada por la furia de su lengua. Esto será su escarnio en la tierra de Egipto.

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Reprensión de la idolatría de Israel

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Oseas > Reprensión de la idolatría de Israel (28:8:1 - 28:8:14)

“¡Lleva la corneta a tus labios! ¡Viene como un águila contra la casa de Jehovah! Porque quebrantaron mi pacto y se rebelaron contra mi ley.

Israel clamará a mí: ¡Dios mío, te conocemos!

“Israel ha rechazado el bien; el enemigo lo perseguirá.

Ellos establecieron reyes, pero no de parte mía. Constituyeron gobernantes, pero yo no tuve parte en ello. Con su plata y su oro se hicieron ídolos, para su propia destrucción.

“¡Oh Samaria, rechaza tu becerro! Mi enojo se encendió contra ellos. ¿Hasta cuándo serán incapaces de lograr purificación,

aunque son de Israel? Un escultor lo hizo, y eso no proviene de Dios. Por eso, el becerro de Samaria será hecho pedazos.

Porque han sembrado viento, cosecharán torbellino. No tendrás campos por segar, ni la espiga dará harina. Y si la diese, la comerían los extraños.

Israel será tragado; pronto ellos serán entre las naciones como un objeto que nadie aprecia.

Porque subirán a Asiria; Efraín será un asno montés solitario. “Han comprado amores;

pero aunque los compren entre las naciones, ahora los reuniré, y empezarán a menguar bajo la carga de un rey muy poderoso.

Porque Efraín multiplicó altares para pecar; para pecado le han sido los altares.

Yo escribí para él las grandezas de mi ley, pero han sido tenidas como cosas extrañas.

A ellos les gusta ofrecer sacrificios. Sacrifican y comen carne, pero Jehovah no los acepta. Ahora se acordará de su iniquidad y los castigará por sus pecados: ¡Volverán a Egipto!

“Israel olvidó a su Hacedor y edificó mansiones, y Judá multiplicó ciudades fortificadas. Pero enviaré fuego a sus ciudades, el cual devorará sus palacios.”

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Castigo de la persistente infidelidad de Israel

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Oseas > Castigo de la persistente infidelidad de Israel (28:9:1 - 28:10:4)

No te alegres, oh Israel; no te regocijes como otros pueblos, porque te has prostituido apartándote de tu Dios. Has amado la paga de prostituta en todas las eras del grano.

La era y el lagar no los mantendrán, y el vino nuevo les fallará.

No habitarán más en la tierra de Jehovah, sino que Efraín volverá a Egipto, y en Asiria comerán comida inmunda.

No harán libación de vino para Jehovah, ni sus sacrificios le serán gratos. Su pan será como pan de duelo. Todos los que coman de él serán inmundos. Su pan será para ellos mismos; no entrará en la casa de Jehovah.

¿Qué haréis en el día del festival, en el día de la fiesta de Jehovah?

Porque he aquí, ellos se irán a causa de la destrucción; Egipto los recogerá, y Menfis los enterrará. Los espinos heredarán sus codiciables tesoros de plata, y la ortiga crecerá en sus moradas.

¡Han llegado los días del castigo; han llegado los días de la retribución! ¡Que lo sepa Israel! El profeta es necio; el hombre inspirado está loco, a causa de la grandeza de tu pecado y de tu gran hostilidad.

El profeta es centinela de Efraín, el pueblo de mi Dios; pero ahora le pone trampas en todos sus caminos. Hay hostilidad en la casa de su Dios.

Profundizaron su corrupción, como en los días de Gabaa. Ahora se acordará Dios de su iniquidad y castigará su pecado.

“Como a uvas en el desierto, hallé a Israel; como el fruto temprano de una higuera primeriza, vi a vuestros padres. Pero ellos acudieron al Baal de Peor, se consagraron a la vergüenza y se volvieron tan detestables como aquello que les apasionaba.

Cual ave volará la gloria de Efraín: sin nacimiento, sin embarazo y sin concepción.

Aunque críen a sus hijos, les privaré de ellos sin dejarles uno solo. ¡Ay de ellos también cuando yo me aparte de ellos!”

Cuando vi a Efraín, él era una roca asentada en una pradera. Sin embargo, Efraín entregará sus hijos al verdugo.

Dales, oh Jehovah, lo que les has de dar: Dales matriz que aborte y pechos resecos.

“Toda la maldad de ellos ha tenido lugar en Gilgal. Allí, pues, les tomé aversión. Por la maldad de sus obras los echaré de mi casa; no los amaré más. Todos sus dirigentes son desleales.

Efraín ha sido herido; se ha secado su raíz y no dará más fruto. Aunque engendren hijos, yo mataré ese tesoro de sus vientres.”

Mi Dios los desechará, porque no le escucharon. Andarán errantes entre las naciones.

Israel era como una vid exuberante; y como él, era su fruto. Cuanto más se multiplicó su fruto, tanto más multiplicó sus altares. Conforme a la prosperidad de su tierra adornaron sus piedras rituales.

Su corazón es engañoso. ¡Ahora ellos serán hallados culpables! El Señor quebrantará sus altares y destruirá sus piedras rituales.

Entonces dirán: “No tenemos rey, porque no hemos temido a Jehovah. Y el rey, ¿qué haría por nosotros?”

Hablan sólo palabras; juran en vano y hacen contratos. Por tanto, el juicio brotará como hierba venenosa en los surcos de mis campos. fuego ha devorado los pastizales.

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Devastación de la tierra por la langosta

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Joel > Devastación de la tierra por la langosta (29:1:1 - 29:2:11)

La palabra de Jehovah que vino a Joel hijo de Petuel.

Escuchad esto, ancianos; y prestad atención, todos los habitantes de la tierra. ¿Ha sucedido algo semejante en vuestros días, o en los de vuestros padres?

Contaréis de esto a vuestros hijos, y vuestros hijos a sus hijos, y sus hijos a la otra generación.

Lo que dejó la oruga lo comió la langosta, y lo que dejó la langosta lo comió el pulgón, y lo que dejó el pulgón lo comió el saltón.

¡Despertad, borrachos, y llorad! ¡Gemid, todos los que bebéis vino, porque el mosto es quitado de vuestra boca!

Porque un pueblo ha subido a mi tierra, fuerte y sin número. Sus dientes son como dientes de león, y sus muelas son de leona.

Ha convertido mi vid en desolación y mi higuera en tronco. La ha desnudado por completo y la ha derribado; sus ramas han quedado blancas.

¡Suspira tú, como una joven ceñida de cilicio a causa del marido de su juventud!

Han sido eliminadas de la casa de Jehovah la ofrenda vegetal y la libación. Los sacerdotes que sirven a Jehovah están de duelo.

El campo es devastado, y la tierra se enluta; porque el trigo es destruido, se seca el mosto y se agota el aceite.

Consternaos, oh labradores; gemid, oh viñadores, por el trigo y la cebada; porque se ha perdido la cosecha del campo.

Se seca la vid, se echa a perder la higuera; también el granado, la palmera y el manzano. Se han secado todos los árboles del campo, por lo cual se ha desvanecido la alegría de los hijos del hombre.

¡Ceñíos y haced duelo, oh sacerdotes! ¡Gemid, oh servidores del altar! Venid, dormid sobre cilicio, oh servidores de mi Dios; porque la ofrenda vegetal y la libación han sido quitadas de la casa de vuestro Dios.

Pregonad ayuno, convocad a una asamblea, reunid a los ancianos y a todos los habitantes del país en la casa de Jehovah vuestro Dios, e invocad a Jehovah.

¡Ay por aquel día! Porque cercano está el día de Jehovah; vendrá como destrucción de parte del Todopoderoso.

¿No ha sido arrancado el sustento de delante de nuestros ojos, la alegría y el júbilo de la casa de nuestro Dios?

Del todo se han secado los higos. Sus eras están arruinadas. Han sido desolados los depósitos y destruidos los graneros, por haberse acabado el grano.

¡Cómo gimen los animales! ¡Cuán aturdidos andan los hatos de bueyes, porque no hay pastos para ellos! También están sufriendo los rebaños de ovejas.

A ti, oh Jehovah, clamaré, porque el fuego ha consumido los pastizales, y la llama ha abrasado a todos los árboles del campo.

También los animales del campo jadean detrás de ti, porque se han secado los arroyos de agua, y el habitarás en el campo y llegarás hasta Babilonia. Allí serás librada, y allí te redimirá Jehovah de la mano de tus enemigos.

¡Tocad la corneta en Sion y gritad en mi santo monte! ¡Tiemblen todos los habitantes de la tierra, porque viene el día de Jehovah!

¡Día de tinieblas y de oscuridad, día de nublado y de densa neblina! Como negrura que se despliega sobre las montañas, es un ejército grande y fuerte. ¡Nunca antes ha subido algo semejante, ni después de ello ocurrirá por años, de generación en generación!

Delante consume el fuego, y detrás abrasa la llama. La tierra que antes era como el jardín de Edén será después como desierto desolado. ¡No habrá quien escape!

Su aspecto es como el aspecto de caballos, y corren como gente de a caballo.

Con estruendo de carros saltan sobre las cumbres de los montes, con crepitar de llama de fuego que consume la hojarasca, como pueblo fuerte listo para la batalla.

Delante de él tiemblan los pueblos, y palidecen todos los semblantes.

Corren como valientes; como hombres de guerra escalan la muralla. Cada uno sigue su camino, y no abandonan sus sendas.

Ninguno tropieza con su compañero; cada uno va por su calzada. Aun cayendo a causa de la espada, no rompen su formación

en la ciudad. Van saltando por el muro, corren por las casas, suben por las ventanas y entran como ladrones.

Delante de ellos tiembla la tierra, y se estremecen los cielos. El sol y la luna se oscurecen, y las estrellas retiran su fulgor.

Jehovah da la voz delante de su ejército. Enorme es su campamento, y poderoso es el que ejecuta su palabra. Grande y temible es el día de Jehovah. ¿Quién lo podrá resistir?

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La misericordia de Jehová

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Joel > La misericordia de Jehová (29:2:12 - 29:2:27)

“Pero aun ahora,” dice Jehovah, “volveos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno, llanto y lamento.

Desgarrad vuestro corazón y no vuestros vestidos.” Volved a Jehovah, vuestro Dios, porque él es clemente y compasivo, lento para la ira, grande en misericordia, y desiste del castigo.

¿Quién sabe si desiste, cambia de parecer y deja tras sí bendición, es decir, ofrenda vegetal y libación para Jehovah vuestro Dios?

¡Tocad la corneta en Sion; pregonad ayuno! ¡Convocad a la asamblea!

¡Reunid al pueblo; santificad la congregación; agrupad a los ancianos; reunid a los pequeños y a los niños de pecho! ¡Salga el novio de su cámara nupcial y la novia de su dosel!

Los sacerdotes que sirven a Jehovah lloren entre el vestíbulo y el altar. Digan: “Perdona, oh Jehovah, a mi pueblo. No entregues tu heredad a la afrenta, para que las naciones se enseñoreen de ella. ¿Por qué han de decir entre los pueblos: ¿Dónde está su Dios?”

Entonces Jehovah tuvo celo por su tierra y se apiadó de su pueblo.

Jehovah respondió a su pueblo diciendo: “He aquí, yo os envío granos, vino nuevo y aceite; y seréis saciados. Nunca más os entregaré como afrenta en medio de las naciones.

Yo haré que se aleje de vosotros lo que viene del norte. Lo arrojaré a tierra seca y desierta; su vanguardia hacia el mar oriental, y su retaguardia hacia el mar occidental. Se levantará su hedor, y subirá su putrefacción.” ¡Porque ha hecho grandes cosas!

“¡Oh tierra, no temas! ¡Alégrate y regocíjate, porque Jehovah ha hecho grandes cosas!

No temáis, animales del campo, porque los pastizales reverdecerán; porque los árboles llevarán su fruto; la higuera y la vid darán su riqueza.

Vosotros también, oh hijos de Sion, alegraos y regocijaos en Jehovah vuestro Dios, porque os ha dado la lluvia primera en su justa medida. También hará descender sobre vosotros la lluvia temprana y la tardía, como antes.

Las eras se llenarán de trigo, y los lagares rebosarán de vino nuevo y de aceite.

Yo os restituiré los años que comieron la oruga, el pulgón, el saltón y la langosta; mi gran ejército que envié contra vosotros.

Comeréis hasta saciaros y alabaréis el nombre de Jehovah vuestro Dios, quien ha hecho maravillas con vosotros. Y nunca más será avergonzado mi pueblo.

Así sabréis que estoy en medio de Israel, que yo soy Jehovah vuestro Dios y que no hay otro. Y nunca más será avergonzado mi pueblo.

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