El amor de Jehová hacia su pueblo infiel
Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Oseas > El amor de Jehová hacia su pueblo infiel (28:2:1 - 28:2:23)
“Decid a vuestros hermanos: Ammí, y a vuestras hermanas: Rujama.
“¡Acusad a vuestra madre, acusadla! Porque ella ya no es mi mujer, ni yo soy su marido. Que quite sus fornicaciones de delante de su cara y sus adulterios de entre sus pechos.
No sea que yo la desnude por completo y la ponga como en el día en que nació. No sea que la vuelva como un desierto, que la deje como una tierra reseca y la mate de sed.
Tampoco me compadeceré de sus hijos, porque son hijos de prostitución.
Porque su madre se prostituyó; la que los concibió actuó desvergonzadamente, porque dijo: Iré tras mis amantes que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mi bebida.
Por tanto, he aquí que yo obstruyo su camino con espinos, y reforzaré su vallado, de manera que ella no encuentre sus senderos.
Ella irá tras sus amantes, pero no los alcanzará; los buscará, pero no los hallará. Entonces dirá: Iré y me volveré a mi primer marido, porque mejor me iba antes que ahora.
“Pero ella no reconoció que era yo el que le daba el trigo, el vino nuevo y el aceite. Yo le di abundancia de plata y de oro, que ellos usaron para Baal.
Por tanto, volveré a tomar mi trigo a su tiempo y mi vino en su época, y quitaré mi lana y mi lino que cubren su desnudez.
Ahora pondré al descubierto su locura ante los ojos de sus amantes, y nadie la librará de mi mano.
Haré cesar todo su regocijo: sus fiestas, sus lunas nuevas, sus sábados y todas sus festividades.
Arrasaré sus viñas y sus higueras de las cuales ha dicho: Son la paga que me han dado mis amantes. Yo las reduciré a matorral, y se las comerán los animales del campo.
La castigaré por los días dedicados a los Baales, a los cuales ha quemado incienso y para los cuales se ha adornado con sus aretes y sus joyas. Ella se ha ido tras sus amantes y se ha olvidado de mí,” dice Jehovah.
“Sin embargo, he aquí que yo la persuadiré, la llevaré al desierto y hablaré a su corazón.
Y desde allí le daré sus viñas, y el valle de Acor será como puerta de esperanza. Allí me responderá como en los días de su juventud, y como en el día en que subió de la tierra de Egipto.
Sucederá en aquel día, dice Jehovah, que me llamarás: Marido mío; y nunca más me llamarás: Señor mío.
Porque yo quitaré de su boca los nombres de los Baales, y nunca más serán mencionados sus nombres.
“En aquel día haré por ellos un pacto con los animales del campo, con las aves del cielo y con las serpientes de la tierra. Quebraré el arco y la espada, y anularé la guerra en la tierra. Y les haré dormir seguros.
“Te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia y derecho, en lealtad y compasión.
Yo te desposaré conmigo en fidelidad, y conocerás a Jehovah.
Y sucederá en aquel día, dice Jehovah, que responderé a los cielos, y ellos responderán a la tierra.
La tierra responderá al trigo, al vino y al aceite; y éstos responderán a Jezreel.
Yo la sembraré para mí en esta tierra, y tendré compasión de Lo-rujama. Diré a Lo-ammí: ¡Pueblo mío eres tú!, y él dirá: ¡Dios mío!”