Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Daniel > Los reyes del norte y del sur (27:11:2 - 27:11:45)
Ahora yo te declararé la verdad: He aquí que se levantarán tres reyes más en Persia, y el cuarto se hará de grandes riquezas, más que todos. Y cuando se haya fortalecido con sus riquezas, agitará a todos contra el reino de Grecia.
Entonces se levantará un rey valiente, el cual dominará con gran dominio y hará según su propia voluntad.
Pero cuando haya prevalecido, su reino será quebrantado y repartido por los cuatro vientos del cielo; pero no a sus descendientes, ni según el dominio con que él había dominado, porque su reino será arrancado y será para otros aparte de éstos.
El rey del sur se hará fuerte, pero uno de sus príncipes se hará más fuerte que él y dominará con un dominio mayor que el de aquél.
Al cabo de unos años harán alianza, y la hija del rey del sur irá al rey del norte para realizar el convenio. Pero ella no podrá retener la fuerza de su brazo, ni tampoco prevalecerá él ni su descendencia. Pero en aquel tiempo ella será entregada, junto con los que la habían traído, y con su progenitor y sus partidarios.
Entonces un renuevo de las raíces de ella se levantará en su lugar. Vendrá con un ejército y entrará en la fortaleza del rey del norte. El hará con ellos según su deseo y predominará.
Y aun llevará cautivos a Egipto los dioses de ellos, con sus imágenes y con sus utensilios preciosos de plata y de oro. Durante algunos años él se mantendrá a distancia del rey del norte.
Entonces éste invadirá el reino del sur, pero se volverá a su propia tierra.
Luego sus hijos se alistarán para la guerra y reunirán un ejército de una multitud de soldados que vendrá con su gran fuerza. Inundará, pasará y volverá; llevará la guerra hasta su fortaleza.
Por esto se enfurecerá el rey del sur y saldrá para combatir contra el rey del norte. Este se pondrá en campaña con una gran multitud, pero toda aquella gran multitud será entregada en su mano.
Y al llevar en cautiverio a la multitud, su corazón se enaltecerá. Derribará a muchos miles, pero no prevalecerá.
El rey del norte volverá a poner en campaña una multitud mayor que la primera vez, y al cabo de unos años vendrá con un gran ejército y con abundantes recursos.
En aquellos tiempos se levantarán muchos contra el rey del sur; y hombres violentos de tu pueblo se rebelarán cumpliendo la visión, pero fracasarán.
Vendrá, pues, el rey del norte, levantará terraplenes y tomará la ciudad fortificada. Las fuerzas del sur no resistirán; ni siquiera sus tropas escogidas podrán resistir.
El que vaya contra él hará según su voluntad; no habrá quien resista ante él. Estará en la tierra gloriosa, la cual será consumida bajo su poder.
Luego se dispondrá para venir con el poder de todo su reino y hará convenios con aquél. Le dará una hija de las mujeres para destruirlo, pero no permanecerá ni tendrá resultado.
Después volverá su rostro hacia las costas y tomará muchas de ellas, pero un gobernante pondrá freno a su afrenta y volverá su afrenta sobre él.
Luego volverá su rostro hacia las fortalezas de su tierra; pero tropezará y caerá, y no será hallado más.
Entonces le sucederá en el trono uno que hará pasar un exactor por lo mejor del reino. Pero en pocos días será quebrantado, no con ira ni en batalla.
Le sucederá en su lugar un hombre vil, al cual no se ha dado el esplendor del reino. Habiendo tranquilidad, vendrá y tomará el reino con intrigas.
Y las fuerzas serán completamente arrasadas y quebrantadas delante de él, inclusive el príncipe del pacto.
Y después que hayan hecho alianza con él, hará engaño: Subirá y saldrá vencedor con poca gente.
Y habiendo tranquilidad, entrará en las partes más fértiles de la provincia y hará lo que no hicieron sus padres, ni los padres de sus padres: A sus soldados les repartirá despojo, botín y riquezas; y contra las fortalezas maquinará planes, aunque sólo por un tiempo.
Despertará sus fuerzas y su corazón contra el rey del sur, con un gran ejército. El rey del sur se alistará para la guerra con un ejército grande y muy fuerte; pero no prevalecerá, porque le harán traición.
Aun los que comen de su pan le quebrantarán. Su ejército será destruido, y muchos caerán muertos.
El corazón de estos dos reyes estará dispuesto para hacer el mal, y en la misma mesa hablarán mentira. Pero no servirá de nada, porque el final del tiempo señalado aún no habrá llegado.
El volverá a su tierra con gran riqueza, y su corazón estará contra el pacto santo. Hará su voluntad y se volverá a su tierra.
Al tiempo señalado volverá al sur, pero esta vez no le sucederá como en la primera,
porque contra él vendrán naves de Quitim, y él se desanimará. Volverá y se enfurecerá contra el pacto santo y hará su voluntad. Volverá, pues, y se las entenderá con los que han abandonado el pacto santo.
Entonces se levantarán tropas de su parte y contaminarán el santuario, la fortaleza. Quitarán el sacrificio continuo y pondrán la abominación desoladora.
Con lisonjas hará pecar a los que violan el pacto, pero el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará.
Los sabios del pueblo darán sabiduría a muchos, pero caerán a espada y a fuego, en cautividad y despojo por algunos días.
Y cuando caigan, serán ayudados con poca ayuda; y muchos se juntarán a ellos con lisonjas.
Algunos de los sabios caerán para ser purificados, limpiados y emblanquecidos hasta el tiempo señalado; porque aún hay plazo para éstos.
El rey hará su voluntad. Se ensoberbecerá y se engrandecerá sobre todo dios. Contra el Dios de dioses hablará cosas sorprendentes. Será prosperado hasta que sea consumada la ira, porque lo que está determinado se cumplirá.
No hará caso del dios de sus padres, ni del más apreciado por las mujeres. No hará caso de dios alguno, porque se engrandecerá sobre todo.
Más bien, honrará al dios de las fortalezas, dios que sus padres no conocieron. Lo honrará con oro, plata, piedras preciosas y con cosas de gran precio.
Con un dios extraño actuará contra las fortalezas más fuertes y hará crecer en gloria a los que lo reconozcan. Les dará dominio sobre muchos, y por precio repartirá la tierra.
Pero al cabo del tiempo, el rey del sur le atacará. Y el rey del norte embestirá contra él como tempestad, con carros, gente de a caballo y muchos navíos. Entrará por las tierras, inundará y pasará.
Entonces penetrará en la tierra gloriosa, y muchas provincias caerán. Pero Edom, Moab y la mayoría de los hijos de Amón escaparán de su mano.
Asimismo, extenderá su mano a las otras tierras, y la tierra de Egipto no escapará.
Se apoderará de los tesoros de oro y de plata, y de todas las cosas preciosas de Egipto; y los de Libia y de Etiopía estarán a sus pies.
Pero las noticias del oriente y del norte lo espantarán. Saldrá con gran ira para destruir y aniquilar a muchos.
Instalará sus tiendas reales entre los mares, y en el glorioso monte santo. Entonces llegará a su fin y no tendrá quien le ayude.