Salida de Ezequiel en señal de la cautividad
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Vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo:
“Oh hijo de hombre, tú habitas en medio de una casa rebelde. Ellos tienen ojos para ver y no ven, y tienen oídos para oír y no oyen, porque son una casa rebelde.
Por tanto, tú, oh hijo de hombre, prepárate un equipaje de cautivo, y sal cautivo de día, ante su vista. Sal como cautivo de tu lugar a otro lugar, ante su vista. Quizás lo consideren, porque son una casa rebelde.
En pleno día, ante su vista, sacarás tu equipaje como si fuera equipaje de cautivo, y te irás al anochecer ante su vista, como los que son sacados en cautividad.
Perfora el muro ante su vista y sal por él.
Ante su vista llevarás el equipaje sobre tus hombros. Saldrás en la penumbra; cubrirás tu cara para no ver la tierra, porque te he puesto como señal para la casa de Israel.”
E hice así como me fue ordenado: Saqué de día mi equipaje, como equipaje de cautivo, y al anochecer perforé el muro con mis propias manos. Salí en la penumbra, y llevé mi equipaje sobre los hombros, ante su vista.
Entonces, por la mañana, vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo:
“Oh hijo de hombre, ¿no te han preguntado los de la casa de Israel, esa casa rebelde, qué estás haciendo?
Diles que así ha dicho el Señor Jehovah: Esta profecía es para el gobernante en Jerusalén, y para toda la casa de Israel que está en medio de ella.
Diles: Yo soy una señal para vosotros; así como yo he hecho, les será hecho a ellos. Irán en cautividad, en cautiverio.
El gobernante que está en medio de ellos alzará sus cosas al hombro en la penumbra y saldrá. Perforarán el muro para salir por él. Cubrirá su cara para no ver la tierra con sus ojos.
Pero extenderé mi red sobre él, y quedará atrapado en mi trampa. Lo traeré a Babilonia, a la tierra de los caldeos, pero no la verá, y allí morirá.
A todos los que estén alrededor de él, sus ayudantes y todas sus tropas, los esparciré a todos los vientos, y tras ellos desenvainaré la espada.
Y sabrán que yo soy Jehovah, cuando los disperse entre las naciones y los esparza por los países.
Pero haré que unos pocos de ellos escapen de la espada, del hambre y de la peste, para que cuenten acerca de todas sus abominaciones entre las naciones a donde lleguen. Y sabrán que yo soy Jehovah.”
Entonces vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo:
“Oh hijo de hombre, come tu pan con temblor y bebe tu agua con estremecimiento y angustia.
Dirás al pueblo de la tierra que así dice el Señor Jehovah a los habitantes de Jerusalén, acerca de la tierra de Israel: Comerán su pan con angustia, y beberán su agua con horror, porque la tierra será desolada de su plenitud a causa de la violencia de todos los que viven en ella.
Las ciudades habitadas serán arruinadas, y la tierra será una desolación. Y sabréis que yo soy Jehovah.”
Entonces vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo:
“Oh hijo de hombre, ¿qué refrán es éste que tenéis vosotros acerca de la tierra de Israel, que dice: Los días se prolongan, y toda visión se desvanece?
Por tanto, diles que así ha dicho el Señor Jehovah: Haré cesar este refrán, y no lo pronunciarán más en Israel. Más bien, diles que se han acercado los días y el cumplimiento de toda visión,
pues no habrá más falsa visión ni adivinación lisonjera en medio de la casa de Israel.
Porque yo, Jehovah, hablaré; la palabra que hablaré se cumplirá. No habrá más dilación, pues en vuestros días, oh casa rebelde, diré la palabra y la cumpliré,” dice el Señor Jehovah.
Y vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo:
“Oh hijo de hombre, he aquí que los de la casa de Israel dicen: La visión que éste ha visto es para después de muchos días; éste profetiza para tiempos remotos.
Por tanto, diles que así ha dicho el Señor Jehovah: No habrá más dilación para ninguna de mis palabras. La palabra que hable se cumplirá,” dice el Señor Jehovah.