Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Ezequiel > Predicción del sitio de Jerusalén (26:4:1 - 26:5:17)
Y tú, oh hijo de hombre, toma una tableta de arcilla, ponla delante de ti y graba sobre ella una ciudad: Jerusalén.
Luego pon asedio contra ella, construye contra ella un muro de asedio y levanta contra ella un terraplén. Pon contra ella campamentos y coloca arietes contra ella en derredor.
Y tú, toma una plancha de hierro y ponla como muro de hierro entre ti y la ciudad. Luego afirma tu rostro contra ella, y quedará bajo asedio. Tú la asediarás; es una señal para la casa de Israel.
Y tú, acuéstate sobre tu costado izquierdo y pon sobre él el pecado de la casa de Israel. Durante el número de días que estarás acostado así, cargarás con su pecado.
Yo te he asignado un número de días equivalente a los años del pecado de ellos: Durante 390 días cargarás con el pecado de la casa de Israel.
Y cumplidos éstos, te acostarás nuevamente sobre tu costado derecho, y cargarás con el pecado de la casa de Judá durante 40 días: Te he fijado un día por cada año.
Luego afirmarás tu rostro hacia el asedio de Jerusalén, y con tu brazo descubierto profetizarás contra ella.
He aquí, yo pongo cuerdas sobre ti, y no te podrás dar vuelta de un lado al otro, hasta que hayas cumplido los días de tu asedio.
Y tú, toma trigo, cebada, habas, lentejas, sorgo y centeno, y ponlos en una vasija. Con ellos te harás pan para el número de los días que estés acostado de lado: Durante 390 días comerás de él.
La comida que has de comer será racionada; será de 20 siclos al día. De tiempo en tiempo la comerás.
También beberás el agua por medida: la sexta parte de un hin. De tiempo en tiempo la beberás.
Comerás tortas de cebada; las cocerás sobre excremento humano, ante la vista de ellos.
—Jehovah dijo además—: Así los hijos de Israel comerán su pan inmundo, entre las naciones a donde los arrojaré.
Entonces yo dije: —¡Ay, Señor Jehovah! He aquí, yo nunca me he contaminado; desde mi juventud hasta ahora nunca he comido carne de animal mortecino ni despedazado, ni nunca ha entrado a mi boca carne inmunda.
Y él me respondió: —Mira, yo te concedo usar estiércol de buey en lugar de excremento humano, sobre el cual cocerás tu pan.
—Y añadió—: Oh hijo de hombre, he aquí yo quebrantaré la provisión de pan en Jerusalén. Comerán pan racionado y con angustia, y beberán el agua por medida y con horror.
Esto para que al faltarles el pan y el agua, queden desolados unos y otros, y se pudran en su iniquidad.
Y tú, oh hijo de hombre, toma una cuchilla afilada, una navaja de barbero. Tómala y hazla pasar sobre tu cabeza y sobre tu barba. Luego toma una balanza para pesar y reparte los pelos.
Una tercera parte la quemarás con fuego en medio de la ciudad, cuando se cumplan los días del asedio. Toma otra tercera parte, y golpéala con la espada alrededor de la ciudad. Y la otra tercera parte espárcela al viento. Y yo desenvainaré la espada tras ellos.
Toma también de ellos unos pocos en número, y átalos en el extremo de tu manto.
Y de ellos toma otra vez algunos y échalos dentro del fuego, y quémalos allí. Entonces saldrá fuego de ellos hacia toda la casa de Israel.
Así ha dicho el Señor Jehovah: “Esta es Jerusalén; yo la puse en medio de las naciones y de los países de su alrededor.
Pero ella se obstinó contra mis decretos con mayor culpabilidad que las demás naciones, y contra mis estatutos, más que los países que están alrededor de ella; porque desecharon mis decretos y no anduvieron según mis estatutos.
Por tanto, así ha dicho el Señor Jehovah, por haberos comportado con mayor turbulencia que las naciones que están alrededor de vosotros, y porque no habéis andado según mis estatutos ni habéis cumplido mis decretos, y ni siquiera habéis actuado según los decretos de las naciones que están a vuestro alrededor;
por tanto, así ha dicho el Señor Jehovah, he aquí que yo también estoy contra ti y ejecutaré actos justicieros en medio de ti, ante la vista de las naciones.
A causa de todas tus abominaciones haré en medio de ti lo que nunca he hecho, ni haré jamás cosa semejante.
Por tanto, en medio de ti los padres comerán a sus hijos, y los hijos comerán a sus padres. Ejecutaré actos justicieros contra ti, y esparciré a tus sobrevivientes hacia todos los vientos.”
Por tanto, dice el Señor Jehovah: “¡Vivo yo, que porque has profanado mi santuario con todos tus ídolos detestables y con todas tus abominaciones, también yo me apartaré; mi ojo no tendrá lástima, ni tendré compasión.
Una tercera parte de ti morirá de peste y será consumida de hambre en medio de ti. Otra tercera parte caerá a espada alrededor de ti, y la otra tercera parte esparciré a todos los vientos y tras ellos desenvainaré mi espada.
Así se consumará mi furor; haré que en ellos se asiente mi ira, y tomaré satisfacción. Y cuando haya consumado en ellos mi ira, sabrán que yo, Jehovah, he hablado en mi celo.
Además, te convertiré en ruinas y en afrenta entre las naciones que están alrededor de ti, ante los ojos de todo el que pase.
Cuando yo ejecute actos justicieros contra ti con furor, con ira y con reprensiones de mi ira, tú serás afrenta, escarnio, advertencia y objeto de horror a las naciones que están alrededor de ti. Yo, Jehovah, he hablado.
Cuando yo arroje contra vosotros las flechas malignas del hambre, que son para destrucción, las cuales enviaré para destruiros, entonces aumentaré el hambre sobre vosotros y quebrantaré vuestro sustento de pan.
Contra vosotros enviaré hambre y fieras dañinas que te privarán de hijos. Peste y sangre pasarán por en medio de ti, y traeré contra ti la espada. Yo, Jehovah, he hablado.”