Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > JeremÃas > Dios promete que los cautivos volverán (24:30:1 - 24:31:26)
La palabra de Jehovah que vino a JeremÃas, diciendo
“Asà ha dicho Jehovah Dios de Israel: Escribe en un libro todas estas palabras que te he hablado.
Porque he aquà vienen dÃas, dice Jehovah, en que restauraré de la cautividad a mi pueblo Israel y a Judá, ha dicho Jehovah. Los haré volver a la tierra que di a sus padres, y tomarán posesión de ella.”
Estas son las palabras que habló Jehovah acerca de Israel y de Judá.
Asà ha dicho Jehovah: “Hemos oÃdo una voz de estremecimiento; hay terror, y no hay paz.
Preguntad, pues, y mirad: ¿Acaso un varón da a luz? ¿Por qué he visto a todo hombre con las manos sobre las caderas como una mujer que da a luz, y todas las caras se han vuelto pálidas?
¡Oh, cuán grande será aquel dÃa; tanto, que no hay otro semejante a él! Será tiempo de angustia para Jacob, pero será librado de él.
“Sucederá en aquel dÃa, dice Jehovah de los Ejércitos, que yo quebraré el yugo de sobre su cuello y romperé sus coyundas. Los extraños no volverán a someterlo a servidumbre.
Más bien, servirán a Jehovah su Dios y a David su rey, a quien yo levantaré para ellos.
“Pero tú no temas, oh siervo mÃo Jacob, ni desmayes, oh Israel, dice Jehovah. Porque he aquÃ, yo soy el que te salva desde lejos; y a tu descendencia, de la tierra de su cautividad. Jacob volverá y estará tranquilo; estará confiado, y no habrá quien lo atemorice.
Porque yo estoy contigo para salvarte, dice Jehovah. Ciertamente haré exterminio en todas las naciones entre las cuales te he dispersado; pero en ti no haré exterminio, sino que te castigaré con justicia. De ninguna manera te daré por inocente.
Porque asà ha dicho Jehovah: Tu quebranto es incurable, y tu herida es grave.
No hay quien juzgue tu causa; no tienes remedio eficaz para tu úlcera.
Todos tus amantes se han olvidado de ti; ya no te buscan. Porque te he herido como a enemigo con castigo de hombre cruel, a causa del gran número de tus maldades y de la multitud de tus pecados.
¿Por qué gritas por tu quebranto? Tu dolor es incurable, porque por la grandeza de tu iniquidad y por tus muchos pecados te he hecho esto.
Pero todos los que te devoran serán devorados; y todos tus enemigos, todos ellos, irán en cautividad. Los que te saquean serán vÃctimas del saqueo, y a todos los que te despojan los entregaré al despojo.
Porque yo te traeré sanidad y curaré tus heridas, dice Jehovah; pues te han llamado Desechada, diciendo: Esta es Sion, a quien nadie busca.”
Asà ha dicho Jehovah: “He aquÃ, yo restauraré de la cautividad las tiendas de Jacob; de sus moradas tendré misericordia. La ciudad será reedificada sobre su montÃculo de escombros, y el palacio quedará en su lugar.
Acciones de gracias saldrán de ellos, y la voz de los que se regocijan. Los multiplicaré, y no serán disminuidos. Los honraré, y no serán insignificantes.
Sus hijos serán como en el pasado, y su congregación tendrá estabilidad delante de mÃ. Y castigaré a todos sus opresores.
“Uno de ellos será su soberano, y de en medio de ellos saldrá su gobernante. Yo le haré acercarse, y él se llegará a mÃ. Porque, ¿quién es aquel que arriesga su corazón para acercarse a mÃ?, dice Jehovah.
Vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios.
“He aquà que el huracán de Jehovah sale con furor. Es un huracán que gira e irrumpe sobre la cabeza de los impÃos.
No se apartará el ardor de la ira de Jehovah hasta que haya hecho y cumplido los propósitos de su corazón. Al final de los dÃas lo entenderéis.
“En aquel tiempo, dice Jehovah, yo seré el Dios de todas las familias de Israel; y ellos serán mi pueblo.
Asà ha dicho Jehovah: Cuando Israel iba en pos de su reposo, el pueblo que habÃa sobrevivido de la espada halló gracia en el desierto.”
Jehovah me ha aparecido desde hace mucho tiempo, diciendo: “Con amor eterno te he amado; por tanto, te he prolongado mi misericordia.
Otra vez he de edificarte, y serás edificada, oh virgen de Israel. Otra vez serás adornada con tus panderos y saldrás en las danzas de los que se regocijan.
Otra vez plantarás viñas en los montes de Samaria, y los que las planten gozarán del fruto.
Porque habrá un dÃa en que gritarán los guardias en la región montañosa de EfraÃn: ¡Levantaos, y subamos a Sion, a Jehovah, nuestro Dios!”
Porque asà ha dicho Jehovah: “Regocijaos con alegrÃa a causa de Jacob, y gritad de júbilo ante la cabeza de las naciones. Proclamad, alabad y decid: ¡Oh Jehovah, salva a tu pueblo, al remanente de Israel!
“He aquÃ, yo los traigo de la tierra del norte, y los reuniré de los confines de la tierra. Entre ellos vendrán los ciegos y los cojos, la mujer encinta y la que da a luz. Como una gran multitud volverán acá.
Vendrán con llanto, pero con consuelo los guiaré y los conduciré junto a los arroyos de aguas, por un camino parejo en el cual no tropezarán. Porque yo soy un Padre para Israel, y EfraÃn es mi primogénito.”
¡Oh naciones, escuchad la palabra de Jehovah y hacedlo saber en las costas lejanas! Decid: “El que dispersó a Israel lo reunirá y lo guardará, como el pastor guarda su rebaño.”
Porque Jehovah ha rescatado a Jacob; lo ha redimido de mano del que es más fuerte que él.
Vendrán y darán alabanza en la cumbre de Sion. Correrán hacia la bondad de Jehovah: al grano, al vino nuevo, al aceite y a las crÃas de las ovejas y de las vacas. Su vida será como huerto de riego; nunca más volverán a languidecer.
“Entonces la virgen se regocijará en la danza, y los jóvenes y los ancianos juntamente. Porque transformaré su duelo en regocijo; los consolaré y los alegraré en su dolor.
Colmaré de abundancia el alma del sacerdote, y mi pueblo se saciará de mi bondad,” dice Jehovah.
Asà ha dicho Jehovah: “Voz fue oÃda en Ramá; lamento y llanto amargo. Raquel lloraba por sus hijos, y no querÃa ser consolada por sus hijos, porque perecieron.”
Asà ha dicho Jehovah: “Reprime tu voz del llanto y tus ojos de las lágrimas, porque tu obra tiene recompensa, dice Jehovah. Ellos volverán de la tierra del enemigo.
Hay esperanza para tu porvenir; tus hijos volverán a su territorio, dice Jehovah.
“Ciertamente yo he oÃdo a EfraÃn que se lamentaba diciendo: Me azotaste, y fui castigado como novillo indómito. Hazme volver, y volveré; porque tú eres Jehovah mi Dios.
Porque después de desviarme, me arrepentÃ; y después de darme cuenta, golpeé mi muslo. Fui avergonzado y también afrentado, porque he llevado el oprobio de mi juventud.
“¿Acaso no es EfraÃn un hijo querido para mÃ? ¿Acaso no es un niño precioso? Porque cada vez que hablo contra él, lo recuerdo más. Por eso mis entrañas se enternecen por él. Ciertamente tendré misericordia de él, dice Jehovah.
“Levanta señales, pon indicadores de caminos. Pon atención al camino principal, el camino por el cual caminaste. Vuelve, oh virgen de Israel; vuelve a estas tus ciudades.
¿Hasta cuándo andarás de un lado para otro, oh hija rebelde? Pues Jehovah hará una novedad en la tierra: La mujer rodeará al hombre.”
Asà ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel: “Cuando yo los restaure de su cautividad, dirán otra vez estas palabras en la tierra de Judá y en sus ciudades: ¡Jehovah te bendiga, oh morada de justicia, oh monte santo!
Y habitarán juntos en ella Judá y todas sus ciudades, los labradores y los que se desplazan con los rebaños.
Porque he de saciar al alma fatigada, y he de llenar a toda alma que languidece.”
En esto desperté y vi que mi sueño habÃa sido placentero.