Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > JeremÃas > Denunciación de los falsos profetas (24:23:9 - 24:23:40)
Para los profetas: Mi corazón está quebrantado dentro de mÃ; todos mis huesos tiemblan. Estoy como un hombre ebrio y como un hombre dominado por el vino, a causa de Jehovah y a causa de sus santas palabras.
Porque la tierra está llena de adúlteros; porque por causa de éstos la tierra está enlutada, y los pastizales del desierto se han secado. La carrera de ellos es mala; su poderÃo no es recto.
“Tanto el profeta como el sacerdote son unos impÃos, dice Jehovah. Aun en mi casa he hallado su maldad.
Por tanto, como resbaladeros en la oscuridad será su camino. Serán empujados y caerán en él, porque yo traeré el mal sobre ellos en el año de su castigo, dice Jehovah.
“En los profetas de Samaria he visto algo repulsivo: Profetizan en nombre de Baal y hacen errar a mi pueblo Israel.
Y en los profetas de Jerusalén he visto algo horrible: Cometen adulterio, andan en la mentira y fortalecen las manos de los malhechores, de manera que ninguno se convierta de su maldad. Todos ellos son para mà como Sodoma, y sus habitantes como Gomorra.
Por tanto, asà ha dicho Jehovah de los Ejércitos acerca de los profetas: He aquà que les haré comer ajenjo y les haré beber aguas envenenadas, porque de los profetas de Jerusalén ha salido la corrupción a todo el paÃs.”
Asà ha dicho Jehovah de los Ejércitos: “No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan. Ellos os llenan de vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehovah.
Continuamente dicen a los que desprecian la palabra de Jehovah: Tendréis paz. Y a cualquiera que anda tras la porfÃa de su corazón dicen: No vendrá el mal sobre vosotros.”
Pero, ¿quién ha estado en el consejo secreto de Jehovah y ha percibido y oÃdo su palabra? ¿Quién ha estado atento a su palabra y la ha obedecido?
He aquà que el huracán de Jehovah sale con furor. Es un huracán que gira e irrumpe sobre la cabeza de los impÃos.
No se apartará la ira de Jehovah hasta que haya hecho y cumplido los propósitos de su corazón. Al final de los dÃas lo entenderéis claramente.
“Yo no enviaba a aquellos profetas, pero ellos corrÃan. Yo no les hablaba, pero ellos profetizaban.
Si hubieran estado en mi consejo secreto, entonces habrÃan hecho oÃr mis palabras a mi pueblo, y les habrÃan hecho volver de su mal camino y de la maldad de sus obras.
“¿Acaso soy yo Dios de cerca, y no Dios de lejos?, dice Jehovah.
¿Acaso podrá alguien ocultarse en escondrijos para que yo no lo vea?, dice Jehovah. ¿Acaso no lleno yo el cielo y la tierra?, dice Jehovah.
“He oÃdo lo que dijeron aquellos profetas que en mi nombre profetizan mentira, diciendo: ¡He soñado,
¿Hasta cuándo? ¿Qué hay en el corazón de los profetas que profetizan mentira y que profetizan el engaño de sus propios corazones?
¿Acaso con sus sueños que cada uno cuenta a su compañero, piensan hacer que mi pueblo se olvide de mi nombre, de la manera que sus padres se olvidaron de mi nombre por causa de Baal?
El profeta que tenga un sueño, que cuente el sueño; pero el que tenga mi palabra, que hable mi palabra con fidelidad. ¿Qué tiene que ver la paja con el trigo?, dice Jehovah.
¿No es mi palabra como el fuego y como el martillo que despedaza la roca?, dice Jehovah.
Por tanto, he aquÃ, yo estoy contra los profetas que hurtan mis palabras, cada uno de su vecino, dice Jehovah.
He aquÃ, yo estoy contra los profetas que con sus lenguas hablan lisonjas y proclaman: Jehovah dice.
He aquÃ, dice Jehovah, yo estoy contra los que profetizan sueños mentirosos y los cuentan, haciendo errar a mi pueblo con sus mentiras y con su liviandad. Yo no los envié ni les mandé. Ningún provecho traerán a este pueblo, dice Jehovah.
“Cuando este pueblo o algún profeta o sacerdote te pregunte diciendo: ¿Cuál es la profecÃa de Jehovah?, les dirás: ¿Vosotros sois la profecÃa, y yo os rechazaré, dice Jehovah.
“Al profeta, al sacerdote y a cualquiera del pueblo que diga: ProfecÃa de Jehovah, yo castigaré a tal hombre y a su casa.
Asà diréis cada cual a su compañero y cada uno a su hermano: ¿Qué ha respondido Jehovah? ¿Qué ha hablado?
Nunca más os acordaréis de decir: ProfecÃa de Jehovah. Porque, ¿acaso ha de ser profecÃa la palabra de cada hombre? Vosotros pervertÃs las palabras del Dios vivo, Jehovah de los Ejércitos, nuestro Dios.
“Asà dirás al profeta: ¿Qué te respondió Jehovah? ¿Qué habló Jehovah?
Pero si decÃs: ProfecÃa de Jehovah, por eso ha dicho Jehovah: Porque dijisteis: ProfecÃa de Jehovah, cuando yo os mandé decir: No digáis: ProfecÃa de Jehovah;
por eso, he aquà que os olvidaré por completo y os arrojaré de mi presencia a vosotros y a la ciudad que os habÃa dado.
Pondré sobre vosotros afrenta perpetua y eterna humillación que no serán olvidadas.”