Antiguo Testamento

Plegaria pidiendo ayuda contra el enemigo. Al músico principal; sobre Lirios. Testimonio. Mictam de David, para enseñar, cuando tuvo guerra contra Aram-Naharaim y contra Aram de Soba, y volvió Joab, y destrozó a doce mil de Edom en el valle de la Sal.

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Poéticos y Sapienciales > Salmos > Plegaria pidiendo ayuda contra el enemigo. Al músico principal; sobre Lirios. Testimonio. Mictam de David, para enseñar, cuando tuvo guerra contra Aram-Naharaim y contra Aram de Soba, y volvió Joab, y destrozó a doce mil de Edom en el valle de la Sal. (19:60:1 - 19:60:12)

(Al músico principal. Sobre “La Rosa del Testimonio”. Mictam de David, para ser enseñado. Compuesto cuando provocó la confrontación con Siria mesopotámica y Siria de Soba, y Joab volvió y derrotó a 12.000 de Edom en el valle de la Sal) Oh Dios, tú nos has desechado; has roto nuestras defensas. Te has airado. ¡Vuelve a nosotros!

Hiciste temblar la tierra; la has agrietado. Restaura sus fallas, porque se desmorona.

Has hecho ver duras cosas a tu pueblo; nos has hecho beber vino de aturdimiento.

Has dado bandera a los que te temen, para que alcancen seguridad ante el arco. (Selah)

Salva con tu diestra y respóndenos, de modo que sean librados tus amados.

Dios ha hablado en su santuario: “¡Cómo me regocijo! Repartiré Siquem y mediré el valle de Sucot.

Mío es Galaad, y mío es Manasés. Efraín es la fortaleza de mi cabeza; Judá es mi cetro.

Moab es la vasija en que me lavo; sobre Edom echaré mis sandalias, y sobre Filistea lanzaré mi grito de victoria.”

¿Quién me guiará a la ciudad fortificada? ¿Quién me conducirá hasta Edom?

¿No serás tú, oh Dios, que nos habías desechado, y que ya no sales, oh Dios, con nuestros ejércitos?

Danos socorro ante el enemigo, pues vana es la liberación que da el hombre.

Con Dios haremos proezas, y él aplastará a nuestros enemigos.

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Confianza en la protección de Dios. Al músico principal; sobre Neginot. Salmo de David.

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Poéticos y Sapienciales > Salmos > Confianza en la protección de Dios. Al músico principal; sobre Neginot. Salmo de David. (19:61:1 - 19:61:8)

(Al músico principal. Con Neguinot. Salmo de David) Escucha, oh Dios, mi clamor; atiende a mi oración.

Desde el extremo de la tierra clamaré a ti cuando mi corazón desmaye. Llévame a la roca que es más alta que yo.

Porque tú me has sido refugio y torre fortificada delante del enemigo.

Que yo habite en tu tabernáculo para siempre, y me refugie al amparo de tus alas. (Selah)

Pues tú, oh Dios, has oído mis votos; has dado heredad a los que temen tu nombre.

Días sobre días añadirás al rey; sus años serán como generación tras generación.

Estará para siempre delante de Dios; designa la misericordia y la verdad para que lo guarden.

Entonces cantaré salmos a tu nombre para siempre, para pagar mis votos día tras día.

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Dios, el único refugio. Al músico principal; a Jedutún. Salmo de David.

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Poéticos y Sapienciales > Salmos > Dios, el único refugio. Al músico principal; a Jedutún. Salmo de David. (19:62:1 - 19:62:12)

(Al músico principal. A Jedutún. Salmo de David) Sólo en Dios reposa mi alma; de él proviene mi salvación.

Sólo él es mi roca y mi salvación; él es mi refugio; no seré grandemente movido.

¿Hasta cuándo os ensañaréis contra un hombre? ¿Lo destrozaréis todos vosotros como a una pared inclinada o una cerca derribada?

Solamente consultan cómo derribarlo de su eminencia. Se complacen con la mentira. Con sus bocas bendicen, pero en su interior maldicen. (Selah)

Oh alma mía, reposa sólo en Dios, porque de él es mi esperanza.

Sólo él es mi roca y mi salvación; es mi alto refugio; no seré movido.

Dios es mi salvación y mi gloria; en Dios está la roca de mi fortaleza y mi refugio.

Oh pueblos, esperad en él en todo tiempo; derramad delante de él vuestro corazón, porque Dios es nuestro refugio. (Selah)

Por cierto, vanidad son los hombres comunes; mentira son los hombres notables. Si se los pesa a todos juntos en balanza, serán menos que un soplo.

No confiéis en la opresión, ni os envanezcáis con la rapiña. Aunque se incremente la riqueza, no pongáis en ella el corazón.

Una vez habló Dios; dos veces he oído esto: que en Dios hay fortaleza.

También en ti, oh Señor, hay misericordia; pues tú pagas a cada uno según su obra.

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Dios, satisfacción del alma. Salmo de David, cuando estaba en el desierto de Judá.

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Poéticos y Sapienciales > Salmos > Dios, satisfacción del alma. Salmo de David, cuando estaba en el desierto de Judá. (19:63:1 - 19:63:11)

(Salmo de David, compuesto cuando estaba en el desierto de Judá) ¡Oh Dios, tú eres mi Dios! Con diligencia te he buscado; mi alma tiene sed de ti. Mi cuerpo te anhela en tierra árida y sedienta, carente de agua.

Te he contemplado en el santuario, para admirar tu poder y tu gloria.

Porque mejor es tu misericordia que la vida; mis labios te alabarán.

Por eso te bendeciré en mi vida, y en tu nombre alzaré mis manos.

Como de sebo y de gordura se saciará mi alma; mi boca te alabará con labios de júbilo.

Cuando en mi cama me acuerdo de ti, medito en ti en las vigilias de la noche.

Porque tú eres mi socorro, bajo la sombra de tus alas cantaré de gozo.

Mi vida está apegada a ti; tu mano derecha me sostiene.

Los que buscan mi alma para destruirla caerán en las profundidades de la tierra.

Los destruirán a filo de espada, y serán la porción de las zorras.

Pero el rey se alegrará en Dios. Será alabado cualquiera que jura por él, pero será cerrada la boca de los que hablan mentira.

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Plegaria pidiendo protección contra enemigos ocultos. Al músico principal. Salmo de David.

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Poéticos y Sapienciales > Salmos > Plegaria pidiendo protección contra enemigos ocultos. Al músico principal. Salmo de David. (19:64:1 - 19:64:10)

(Al músico principal. Salmo de David) Escucha, oh Dios, mi voz en mi oración; guarda mi vida del miedo al enemigo.

Escóndeme del consejo secreto de los malhechores, del tumulto de los que obran iniquidad.

Ellos afilan sus lenguas como espadas, y disponen palabras amargas como flechas,

para tirarlas a escondidas contra el inocente. De repente tiran contra él, y no temen.

Se alientan unos a otros en perverso designio, y planean esconder trampas. Dicen: “¿Quién nos ha de ver?”

Traman maldad, hacen un minucioso complot, hasta el íntimo pensamiento de cada uno de ellos y lo profundo del corazón.

Pero Dios los herirá con sus propias flechas. De repente les sobrevendrán sus heridas.

Los hará caer por sus propias lenguas; todos los que los vean moverán la cabeza.

Todos los hombres temerán; anunciarán la obra de Dios y entenderán sus hechos.

El justo se alegrará en Jehovah y confiará en él. Se gloriarán todos los rectos de corazón.

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