Antiguo Testamento

Acción de gracias por la victoria. Al músico principal. Salmo de David, siervo de Jehová, el cual dirigió a Jehová las palabras de este cántico el día que le libró Jehová de mano de todos sus enemigos, y de mano de Saúl. Entonces dijo:

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Poéticos y Sapienciales > Salmos > Acción de gracias por la victoria. Al músico principal. Salmo de David, siervo de Jehová, el cual dirigió a Jehová las palabras de este cántico el día que le libró Jehová de mano de todos sus enemigos, y de mano de Saúl. Entonces dijo: (19:18:1 - 19:18:50)

(Al músico principal. De David, siervo de Jehovah, quien dirigió a Jehovah las palabras de este cántico, el día que Jehovah le libró de mano de todos sus enemigos, y de mano de Saúl. El dijo:) Te amo, oh Jehovah, fuerza mía.

Jehovah es mi roca, mi fortaleza y mi libertador. Mi Dios es mi peña; en él me refugiaré. El es mi escudo, el poder de mi liberación y mi baluarte.

Invocaré a Jehovah, quien es digno de ser alabado, y seré librado de mis enemigos.

Me rodearon los dolores de la muerte, y los torrentes de la perversidad me atemorizaron.

Me rodearon las ligaduras del Seol; me confrontaron los lazos de la muerte.

En mi angustia invoqué a Jehovah y clamé a mi Dios. El oyó mi voz desde su templo, y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos.

La tierra se estremeció y tembló; se conmovieron los cimientos de las montañas. Se estremecieron, porque él se airó.

Humo subió de su nariz; de su boca salió fuego consumidor, y carbones encendidos saltaban de él.

Inclinó los cielos y descendió; una densa oscuridad había debajo de sus pies.

Cabalgó sobre un querubín y voló; se remontó sobre las alas del viento.

Puso tinieblas alrededor de sí como su morada secreta; su cubierta es oscuridad de aguas y densas nubes.

Por el resplandor de su presencia fueron atravesadas las nubes, por el granizo y los carbones de fuego.

Jehovah tronó en los cielos; el Altísimo dio su voz: granizo y carbones de fuego.

Envió sus flechas y los dispersó; arrojó relámpagos y los desconcertó.

A tu reprensión, oh Jehovah, por el soplo del aliento de tu nariz, se hicieron visibles los lechos de las aguas, y se descubrieron los cimientos del mundo.

Envió desde lo alto y me tomó; me sacó de las aguas caudalosas.

Me libró de mi poderoso enemigo y de los que me aborrecían, pues eran más fuertes que yo.

Se enfrentaron a mí el día de mi desgracia, pero Jehovah fue mi apoyo.

El me sacó a un lugar espacioso; me libró, porque se agradó de mí.

Jehovah me ha pagado conforme a mi justicia; conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado.

Porque he guardado los caminos de Jehovah, y no me he apartado impíamente de mi Dios.

Porque delante de mí han estado todos sus juicios, y no he apartado de mí sus estatutos.

Fui íntegro para con él, y me guardé de mi maldad.

Por tanto, Jehovah me ha recompensado conforme a mi justicia, conforme a la limpieza de mis manos ante sus ojos.

Con el misericordioso te muestras misericordioso, e íntegro con el hombre íntegro.

Con el limpio te muestras limpio, y eres sagaz con el perverso.

Salvas al pueblo humilde, y humillas los ojos altivos.

Ciertamente haces que mi lámpara alumbre. Jehovah, mi Dios, ilumina mis tinieblas.

Contigo desbarataré ejércitos; con mi Dios saltaré murallas.

Perfecto es el camino de Dios; probada es la palabra de Jehovah. El es escudo a todos los que en él se refugian.

Porque, ¿quién es Dios fuera de Jehovah? ¿Quién es Roca aparte de nuestro Dios?

Dios es el que me ciñe de vigor, y hace perfecto mi camino.

Hace que mis pies sean ágiles como los del venado, y me mantiene firme sobre mis alturas.

Adiestra mis manos para la batalla; así mis brazos pueden tensar el arco de bronce.

Me has dado el escudo de tu salvación; tu mano derecha me ha sustentado, y tu condescendencia me ha engrandecido.

Tú has ensanchado mis pasos debajo de mí, para que no tiemblen mis tobillos.

Perseguí a mis enemigos y los alcancé; no volví sino hasta acabarlos.

Los golpeé, y no pudieron levantarse; cayeron debajo de mis pies.

Me ceñiste de poder para la batalla; doblegaste a mis enemigos debajo de mí.

Hiciste que mis enemigos me dieran las espaldas, y destruí a los que me aborrecían.

Clamaron, pero no hubo quien los salvase. Clamaron a Jehovah, pero él no les respondió.

Los desmenucé como polvo ante el viento; los deshice como lodo de la calle.

Tú me libraste de las contiendas del pueblo, y me pusiste como jefe de las naciones. Aun los pueblos que yo no conocía me sirvieron.

Apenas oían de mí, me rendían obediencia. Los hijos de los extranjeros me adulaban.

Los hijos de los extranjeros se desvanecían y salían temblando de sus escondrijos.

¡Viva Jehovah! ¡Bendita sea mi Roca! Sea ensalzado el Dios de mi salvación,

el Dios que ejecuta mi venganza; sujeta a los pueblos debajo de mí

y me libra de mis enemigos. Tú me has enaltecido sobre mis adversarios, y me has librado del hombre violento.

Por eso te confesaré entre las naciones, oh Jehovah, y cantaré salmos a tu nombre.

El engrandece las victorias de su rey y muestra misericordia a su ungido: a David y a sus descendientes, para siempre.

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Las obras y la palabra de Dios. Al músico principal. Salmo de David.

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Poéticos y Sapienciales > Salmos > Las obras y la palabra de Dios. Al músico principal. Salmo de David. (19:19:1 - 19:19:14)

(Al músico principal. Salmo de David) Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos.

Un día comunica su mensaje al otro día, y una noche a la otra declara sabiduría.

No es un lenguaje de palabras, ni se escucha su voz;

pero por toda la tierra salió su voz y hasta el extremo del mundo sus palabras. En ellos puso un tabernáculo para el sol;

y éste, como un novio que sale de su dosel, se alegra como un valiente que emprende la carrera.

En un extremo del cielo está su salida, y en el otro está su punto de retorno. ¡Nada hay que se esconda de su calor!

La ley de Jehovah es perfecta; restaura el alma. El testimonio de Jehovah es fiel; hace sabio al ingenuo.

Los preceptos de Jehovah son rectos; alegran el corazón. El mandamiento de Jehovah es puro; alumbra los ojos.

El temor de Jehovah es limpio; permanece para siempre. Los juicios de Jehovah son verdad; son todos justos.

Son más deseables que el oro, más que mucho oro fino. Son más dulces que la miel que destila del panal.

Además, con ellos es amonestado tu siervo; en guardarlos hay grande galardón.

¿Quién entenderá los errores? ¡Líbrame de los que me son ocultos!

Asimismo, guarda a tu siervo de los arrogantes, que ellos no se enseñoreen de mí. Entonces seré íntegro y limpio de gran rebelión.

Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Jehovah, Roca mía y Redentor mío.

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Oración pidiendo la victoria. Al músico principal. Salmo de David.

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Poéticos y Sapienciales > Salmos > Oración pidiendo la victoria. Al músico principal. Salmo de David. (19:20:1 - 19:20:9)

(Al músico principal. Salmo de David) Jehovah te responda en el día de angustia; el nombre del Dios de Jacob te defienda.

El te envíe ayuda desde su santuario, y te sostenga desde Sion.

Tenga él memoria de tus ofrendas y acepte tu holocausto. (Selah)

El te dé conforme a tu corazón, y cumpla todos tus planes.

Nosotros nos alegraremos por tu salvación, y en el nombre de nuestro Dios alzaremos bandera. Cumpla Jehovah todos tus anhelos.

Ahora reconozco que Jehovah da la victoria a su ungido; le responderá desde su santo cielo con la fuerza liberadora de su diestra.

Estos confían en carros, y aquéllos en caballos; pero nosotros confiamos en el nombre de Jehovah nuestro Dios.

Ellos se doblegan y caen, pero nosotros nos levantamos y estamos firmes.

¡Salva, oh Jehovah! ¡Que el Rey nos oiga el día en que le invoquemos!

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Alabanza por haber sido librado del enemigo. Al músico principal. Salmo de David.

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Poéticos y Sapienciales > Salmos > Alabanza por haber sido librado del enemigo. Al músico principal. Salmo de David. (19:21:1 - 19:21:13)

(Al músico principal. Salmo de David) ¡Oh Jehovah, el rey se alegra en tu poder! ¡Cuánto se goza en tu salvación!

Le has concedido el deseo de su corazón, y no le has negado la petición de sus labios. (Selah)

Le has salido al encuentro con las mejores bendiciones; corona de oro fino has puesto sobre su cabeza.

Te pidió vida, y se la concediste; vida extensa, eternamente y para siempre.

Gloria grande halla en tu liberación; honra y esplendor has puesto sobre él.

Porque le has dado bendiciones para siempre, y le has colmado con la alegría de tu rostro.

Por eso el rey confía en Jehovah; por la misericordia del Altísimo no será removido.

Tu mano alcanzará a todos tus enemigos; tu diestra alcanzará a los que te aborrecen.

Los pondrás como horno de fuego en el tiempo en que te presentes. Jehovah los destruirá en su furor, y el fuego los consumirá.

Destruirás el fruto de ellos en la tierra; sus descendientes, de entre los hijos del hombre.

Porque se volvieron contra ti para hacerte daño; idearon maquinaciones, pero no prevalecerán.

En la cuerda de tu arco alistarás las flechas contra sus caras; ciertamente les harás volver las espaldas.

¡Enaltécete, oh Jehovah, con tu poder! Cantaremos y alabaremos tu poderío.

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Un grito de angustia y un canto de alabanza. Al músico principal; sobre Ajelet-sahar. Salmo de David.

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Poéticos y Sapienciales > Salmos > Un grito de angustia y un canto de alabanza. Al músico principal; sobre Ajelet-sahar. Salmo de David. (19:22:1 - 19:22:31)

(Al músico principal. Sobre Ayélet ha-sájar. Salmo de David) ¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación y de las palabras de mi clamor?

Dios mío, clamo de día, y no respondes; clamo de noche, y no hay sosiego para mí.

Pero tú eres santo. ¡Tú, que habitas entre las alabanzas de Israel!

Nuestros padres esperaron en ti: Esperaron, y tú los libraste.

Clamaron a ti y fueron librados; confiaron en ti y no fueron defraudados.

Pero yo soy un gusano y no un hombre, objeto de la afrenta de los hombres y despreciado del pueblo.

Todos los que me ven se burlan de mí. Estiran los labios y mueven la cabeza diciendo:

“En Jehovah confió; que él lo rescate. Que lo libre, ya que de él se agradó.”

Pero tú eres el que me sacó del vientre; me has hecho estar confiado desde que estaba a los pechos de mi madre.

Sobre ti fui echado desde la matriz; desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios.

No te alejes de mí, porque la angustia está cerca, y no hay quien ayude.

Muchos toros me han rodeado; fuertes toros de Basán me han cercado.

Contra mí abrieron sus bocas, como león voraz y rugiente.

Soy derramado como el agua; todos mis huesos se han desarticulado. Mi corazón está como cera y se ha derretido en medio de mis entrañas.

Mi vigor se ha secado como un tiesto, y mi lengua se ha pegado a mi paladar. Me has puesto en el polvo de la muerte.

Los perros me han rodeado; me ha cercado una pandilla de malhechores, y horadaron mis manos y mis pies.

Puedo contar todos mis huesos; ellos me miran y me observan.

Reparten entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echan suertes.

Pero tú, oh Jehovah, no te alejes. Fortaleza mía, apresúrate para ayudarme.

Libra mi alma de la espada; libra mi única vida de las garras de los perros.

Sálvame de la boca del león y de los cuernos de los toros salvajes. ¡Me has respondido!

Anunciaré tu nombre a mis hermanos; en medio de la congregación te alabaré.

Los que teméis a Jehovah, alabadle; glorificadle, todos los descendientes de Jacob. Temedle vosotros, todos los descendientes de Israel.

Porque no despreció ni desdeñó la aflicción del afligido, ni de él escondió el rostro. Más bien, le oyó cuando clamó a él.

Tuya es mi alabanza en la gran congregación. Mis votos pagaré delante de los que le temen.

Los pobres comerán y serán saciados. Alabarán a Jehovah los que le buscan. ¡Que viva vuestro corazón para siempre!

Ellos se acordarán y volverán a Jehovah de todos los confines de la tierra. Delante de ti se postrarán todas las familias de las naciones.

Porque de Jehovah es el reino, y él se enseñoreará de las naciones.

Ciertamente ante él se postrarán todos los ricos de la tierra. Se doblegarán ante él todos los que descienden al polvo, los que no pueden conservar la vida a su propia alma.

La posteridad le servirá; esto le será referido al Señor por generaciones.

Vendrán y anunciarán su justicia a un pueblo que ha de nacer: “¡El hizo esto!”

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