Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Poéticos y Sapienciales > Job > Elifaz reprende a Job (18:4:1 - 18:5:27)
Entonces intervino Elifaz el temanita y dijo:
—Si alguien intentara hablarte, ¿te impacientarías? Pero, ¿quién podrá reprimir las palabras?
He aquí, tú instruías a muchos y afirmabas las manos debilitadas.
Tus palabras levantaban al que tropezaba; y fortalecías las rodillas que se doblaban.
Pero ahora te sucede a ti y te impacientas; ha llegado a ti, y te turbas.
¿Acaso tu confianza no es tu devoción; y la integridad de tus caminos, tu esperanza?
Recuerda, por favor, ¿quién ha perecido por ser inocente? ¿Dónde han sido destruidos los rectos?
Como he visto, los que aran iniquidad y siembran sufrimiento cosechan lo mismo.
Perecen por el aliento de Dios, y por el soplo de su ira son consumidos.
El rugido del león, el gruñido del cachorro, y los dientes de los leoncillos son quebrantados.
El león perece por falta de presa, y los hijos de la leona se dispersan.
Un mensaje me ha sido traído en secreto, y mi oído ha percibido un susurro de ello:
En medio de los inquietantes pensamientos de las visiones nocturnas, cuando el sueño profundo cae sobre los hombres,
me sobrevinieron espanto y estremecimiento que aterraron todos mis huesos.
Entonces un fantasma pasó frente a mí, e hizo que se erizara el vello de mi cuerpo.
Se detuvo, pero yo no reconocí su semblante. Ante mis ojos había una imagen, y oí una voz apacible:
“¿Será el hombre más justo que Dios? ¿Será el varón más puro que su Hacedor?
Si Dios no se fía ni de sus siervos y aun en sus ángeles halla errores,
¡cuánto más los que habitan en casas de barro, cuyos fundamentos están en el polvo, serán aplastados más pronto que la polilla!
De la mañana a la tarde son triturados; sin que nadie los considere, se pierden para siempre.
¿Acaso no serán arrancadas las cuerdas de sus tiendas? En ellas mueren, pero sin sabiduría.”
¡Clama, pues! ¿Habrá quien te responda? ¿A cuál de los santos acudirás?
Porque la angustia mata al necio, y el apasionamiento hace morir al simple.
Yo he visto al necio que echaba raíces y al instante maldije su morada.
Sus hijos están lejos de toda salvación; en la puerta de la ciudad serán aplastados, y no habrá quien los libre.
Lo que ellos cosechen lo comerá el hambriento, y aun de las espinas lo tomará. Y los sedientos absorberán sus riquezas.
Ciertamente la aflicción no sale del polvo, ni el sufrimiento brota de la tierra.
Pero el hombre nace para el sufrimiento, así como las chispas vuelan hacia arriba.
Pero yo, en cambio, apelaría a Dios y a la Divinidad confiaría mi causa.
El hace cosas grandes e inescrutables, y maravillas que no se pueden enumerar.
El da la lluvia sobre la faz de la tierra y envía las aguas sobre la faz de los campos.
El pone en alto a los humillados, y los enlutados logran gran liberación.
El frustra los planes de los astutos, para que sus manos no logren su propósito.
El atrapa a los sabios en sus argucias, y el designio de los sagaces es trastornado.
De día se encuentran con las tinieblas, y a mediodía andan a tientas como de noche.
El libra al desolado de la boca de ellos, y al pobre de la mano del fuerte.
Así habrá esperanza para el necesitado, y la perversidad cerrará su boca.
¡He aquí, bienaventurado es el hombre a quien Dios disciplina! No menosprecies la corrección del Todopoderoso.
Porque él hace doler, pero también venda; él golpea, pero sus manos sanan.
En seis tribulaciones te librará; y en siete no te tocará el mal.
En el hambre te redimirá de la muerte; y en la guerra, del poder de la espada.
Serás escondido del azote de la lengua, y no temerás cuando venga la destrucción.
De la destrucción y del hambre te reirás, y no temerás las fieras de la tierra.
Pues aun con las piedras del campo tendrás alianza, y los animales del campo tendrán paz contigo.
Sabrás que tu tienda está en paz; revisarás tu morada, y nada echarás de menos.
Sabrás que tu descendencia es mucha, que tu prole es como la hierba de la tierra.
Irás a la tumba lleno de vigor, cual gavilla de trigo que se recoge a su tiempo.
Esto es lo que hemos investigado, y así es. Escúchalo tú y conócelo para tu bien.