Libros Proféticos

Juicios contra las naciones vecinas

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Sofonías > Juicios contra las naciones vecinas (36:2:1 - 36:2:15)

Agrupaos y congregaos, oh nación que no tiene vergüenza,

antes que seáis desechados y el día pase como el tamo; antes que venga sobre vosotros el día de la ira de Jehovah.

Buscad a Jehovah, todos los mansos de la tierra que ejecutáis su decreto. Buscad justicia, buscad mansedumbre; quizás seréis protegidos en el día del furor de Jehovah.

“Porque Gaza quedará desamparada, y Ascalón desolada. Asdod será expulsada a mediodía, y Ecrón será desarraigada.

¡Ay de los que habitan en la zona del mar, la nación de los quereteos! La palabra de Jehovah está contra vosotros, oh Canaán, tierra de los filisteos; te haré destruir hasta que no quede morador.

La zona del mar será convertida en pradera de pastores y en rediles de ovejas.

Y aquella zona será para el remanente de la casa de Judá. Allí apacentarán, y en las casas de Ascalón se recostarán en la noche, porque Jehovah su Dios los visitará para hacer volver sus cautivos.

“He oído las afrentas de Moab y los insultos con que los hijos de Amón afrentaron a mi pueblo y se expandieron sobre sus territorios.

Por tanto, vivo yo, dice Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel, que Moab será como Sodoma, y los hijos de Amón como Gomorra: campo de ortigas, salinas y perpetua desolación. El remanente de mi pueblo los saqueará, y el resto de mi gente los heredará.

Esto les sucederá por su soberbia, porque afrentaron y se engrandecieron a costa del pueblo de Jehovah de los Ejércitos.

Temible será Jehovah contra ellos, porque hará que todos los dioses de la tierra vengan a menos. Cada uno se postrará ante él desde su lugar, en todas las costas de las naciones.

“También vosotros, los de Etiopía, seréis muertos con mi espada.”

Después extenderá su mano contra el norte y destruirá a Asiria. Convertirá a Nínive en desolación y en sequedal, como un desierto.

En medio de ella se recostarán las manadas y todo animal del campo: Tanto el búho como el erizo pernoctarán en sus capiteles. La lechuza cantará en la ventana, y el cuervo en el umbral; pues su enmaderado de cedro quedará expuesto.

Esta es la ciudad alegre que habitaba confiadamente, la que decía en su corazón: “Sólo yo y nadie más.” ¡Cómo ha sido convertida en horror, en guarida de fieras! Cualquiera que pase junto a ella silbará y agitará la mano.

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El pecado de Jerusalén, y su redención

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Sofonías > El pecado de Jerusalén, y su redención (36:3:1 - 36:3:20)

¡Ay de la ciudad rebelde, manchada y opresora!

No escucha la voz, ni recibe la corrección. No confía en Jehovah, ni se acerca a su Dios.

Sus magistrados en medio de ella son leones rugientes. Sus jueces son lobos vespertinos que no dejan hueso para la mañana.

Sus profetas son insolentes y hombres traicioneros. Sus sacerdotes han contaminado el santuario y hacen violencia a la ley.

Jehovah es justo en medio de ella; él no hará maldad. Cada mañana saca a luz su juicio; nunca falta. Pero el perverso no conoce la vergüenza.

“Yo exterminaré las naciones. Sus torreones quedarán desolados; dejaré desiertas sus calles hasta que no quede quien transite. Sus ciudades serán devastadas hasta que no quede hombre, hasta que no quede habitante.

Dije: Ciertamente me temerás, recibirás corrección. Y no será quitado de sus ojos todo lo que le he encomendado a ella. Pero ellos madrugaron para corromper todas sus obras.

¡Por tanto, dice Jehovah, esperad el día en que me levante para ser testigo! Porque tengo determinado reunir las naciones y juntar los reinos para derramar sobre ellos mi enojo, todo el furor de mi ira. Porque toda la tierra será consumida por el fuego de mi celo.

“Entonces daré a los pueblos un lenguaje puro para que todos invoquen el nombre de Jehovah y le sirvan de común acuerdo.

Desde más allá de los ríos de Etiopía me traerán ofrenda los que me invocan en medio de la dispersión.

“En aquel día no serás avergonzada por ninguno de tus actos con que te rebelaste contra mí, porque entonces quitaré de en medio de ti a los que se alegran en su soberbia. Y nunca más te ensoberbecerás en el monte de mi santidad.

En medio de ti dejaré un pueblo humilde y pobre, el cual se refugiará en el nombre de Jehovah.

El remanente de Israel no hará iniquidad ni dirá mentira, ni habrá lengua engañosa en boca de ellos. Ciertamente serán apacentados y se recostarán sin que haya quien los amedrente.”

¡Canta, oh hija de Sion; da voces de júbilo, oh Israel! ¡Gózate y regocíjate de todo corazón, oh hija de Jerusalén!

Jehovah ha quitado el juicio contra ti; ha echado fuera a tu enemigo. ¡Jehovah es el Rey de Israel en medio de ti! ¡Nunca más temerás el mal!

En aquel día se dirá a Jerusalén: “No temas, oh Sion; no se debiliten tus manos.”

Jehovah tu Dios está en medio de ti: ¡Es poderoso; él salvará! Con alegría se regocijará por causa de ti. Te renovará en su amor; por causa de ti se regocijará con cánticos.

“Yo quitaré de ti el pesar de la festividad que era para ti como una carga.

He aquí, en aquel tiempo yo convertiré en oprobio a todos tus opresores. Pero salvaré a la que cojea, y recogeré a la descarriada. Las pondré como objeto de alabanza y de renombre en todos los países donde han sido avergonzadas.

En aquel tiempo os traeré; en aquel tiempo os reuniré. Yo os haré objeto de renombre y de alabanza entre todos los pueblos de la tierra, cuando os restaure de la cautividad ante vuestros propios ojos,” ha dicho Jehovah.

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Exhortación a edificar el templo

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Hageo > Exhortación a edificar el templo (37:1:1 - 37:1:15)

En el primer día del mes sexto del segundo año del rey Darío, vino por medio del profeta Hageo la palabra de Jehovah para Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y para Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, diciendo:

“Así ha dicho Jehovah de los Ejércitos: Este pueblo dice que aún no ha llegado el tiempo en que sea reedificada la casa de Jehovah.”

Vino, pues, la palabra de Jehovah por medio del profeta Hageo, diciendo:

“¿Acaso es tiempo de que vosotros habitéis en vuestras casas enmaderadas mientras que esta casa está en ruinas?

Así ha dicho Jehovah de los Ejércitos: Reflexionad acerca de vuestros caminos.

Habéis sembrado mucho, pero habéis recogido poco; coméis, pero no os saciáis; bebéis, pero no quedáis satisfechos; os vestís, pero no os abrigáis; y el jornalero recibe su jornal en bolsa rota.”

Así ha dicho Jehovah de los Ejércitos: “Reflexionad acerca de vuestros caminos.

Subid al monte, traed madera y reedificad el templo. Yo tendré satisfacción en ello y seré honrado, ha dicho Jehovah.

Pero vosotros buscáis mucho y halláis poco; y lo que lleváis a casa, de un soplo yo lo hago desaparecer. ¿Por qué?, dice Jehovah de los Ejércitos. Porque mi casa está en ruinas, mientras que cada uno de vosotros se ocupa de su propia casa.

Por eso, por causa vuestra, los cielos retuvieron la lluvia, y la tierra retuvo su fruto.

Además, llamé la sequía sobre la tierra y sobre los montes; sobre el trigo, sobre el vino nuevo, sobre el aceite y sobre todo lo que la tierra produce; sobre los hombres, sobre el ganado y sobre todo trabajo de las manos.”

Zorobabel hijo de Salatiel, el sumo sacerdote Josué hijo de Josadac, y todo el remanente del pueblo escucharon la voz de Jehovah su Dios y las palabras del profeta Hageo, como lo había enviado Jehovah su Dios. Y el pueblo temió ante la presencia de Jehovah.

Entonces Hageo, mensajero de Jehovah, habló al pueblo con el mensaje de Jehovah, diciendo: “Yo estoy con vosotros,” dice Jehovah.

Y Jehovah despertó el espíritu de Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, el espíritu de Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y el espíritu de todo el remanente del pueblo, y ellos acudieron y emprendieron la obra de la casa de Jehovah de los Ejércitos, su Dios,

en el día 24 del mes sexto del segundo año del rey Darío.

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La gloria del nuevo templo

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Hageo > La gloria del nuevo templo (37:2:1 - 37:2:9)

En el día 21 del mes séptimo, vino la palabra de Jehovah por medio del profeta Hageo, diciendo:

“Habla, pues, a Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá; a Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote; y al resto del pueblo, diciendo:

¿Quién de los que han quedado entre vosotros vio este templo en su primera gloria? ¿Y cómo lo veis ahora? ¿No es éste como nada delante de vuestros ojos?

Ahora pues, esfuérzate, oh Zorobabel, dice Jehovah; esfuérzate también tú, oh Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote. Esfuércese todo el pueblo de la tierra, dice Jehovah, y actuad; porque yo estoy con vosotros, dice Jehovah de los Ejércitos.

Según el pacto que hice con vosotros cuando salisteis de Egipto, mi Espíritu estará en medio de vosotros. No temáis,

porque así ha dicho Jehovah de los Ejércitos: Dentro de poco yo estremeceré los cielos y la tierra, el mar y la parte seca.

Estremeceré todas las naciones, y vendrán los tesoros deseados de las naciones. Y llenaré este templo de gloria, ha dicho Jehovah de los Ejércitos.

Mía es la plata y mío es el oro, dice Jehovah de los Ejércitos.

La gloria de este último templo será mayor que la del primero, ha dicho Jehovah de los Ejércitos. Y daré la paz en este lugar,” dice Jehovah de los Ejércitos.

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La infidelidad del pueblo es reprendida

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Hageo > La infidelidad del pueblo es reprendida (37:2:10 - 37:2:19)

En el día 24 del mes noveno del segundo año de Darío, vino la palabra de Jehovah por medio del profeta Hageo, diciendo:

“Así ha dicho Jehovah de los Ejércitos: Pregunta, pues, a los sacerdotes acerca de la ley, diciendo:

Si alguien lleva carne sagrada en el extremo de su vestidura y con el extremo de la misma toca pan, guiso, vino, aceite o cualquier otra comida, ¿llegarán estas cosas a ser sagradas?” Los sacerdotes respondieron diciendo: —No.

Hageo dijo: —Si alguna persona impura a causa de contacto con un cadáver toca alguna de estas cosas, ¿llegará ésta a ser impura? Le respondieron: —Sí, será impura.

Y Hageo respondió: —”Lo mismo sucede delante de mí con este pueblo y con esta nación,” dice Jehovah, “de manera que toda la obra de sus manos y todo lo que ofrecen aquí es impuro.

Ahora pues, reflexionad desde este día en adelante, antes de poner piedra sobre piedra en el templo de Jehovah:

¿Qué os pasa? Venís a un montón de veinte medidas, y hay sólo diez; y venís al lagar para sacar cincuenta medidas, y hay sólo veinte.

Os he golpeado en toda la obra de vuestras manos con tizón, añublo y granizo, pero no os habéis vuelto a mí, dice Jehovah.

Reflexionad desde este día en adelante, desde el día 24 del mes noveno, el día en que son puestos los cimientos del templo de Jehovah. Reflexionad:

¿Todavía hay semilla en el granero? Si bien ni la vid, ni la higuera, ni el granado, ni el árbol de olivo han producido todavía, desde este día os daré bendición.”

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