Libros Proféticos

Justicia del castigo de Jerusalén

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Ezequiel > Justicia del castigo de Jerusalén (26:14:12 - 26:14:23)

Entonces vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo:

“Oh hijo de hombre, si una tierra peca contra mí cometiendo grave infidelidad, y yo extiendo sobre ella mi mano y quebranto su sustento de pan, y le envío hambre, y extermino en ella a hombres y animales;

si en medio de ella estuviesen estos tres hombres: Noé, Daniel y Job, por su justicia ellos librarán sólo sus propias vidas, dice el Señor Jehovah.

Si yo hago pasar fieras dañinas por la tierra, y éstas la privan de sus habitantes, y ella queda desolada, de modo que no haya quien pase por ella a causa de las fieras;

si estos tres hombres estuviesen en medio de ella, ¡vivo yo, que ni a sus hijos ni a sus hijas librarían!, dice el Señor Jehovah. Ellos solos se librarían, pero la tierra sería una desolación.

Y si os traigo espada sobre la tierra y le digo: ¡Espada, pasa por la tierra!, y extermino en ella a hombres y animales;

aunque estos tres hombres estuviesen en medio de ella, ¡vivo yo, que no librarían ni a sus hijos ni a sus hijas!, dice el Señor Jehovah. Ellos solos se librarían.

Y si envío peste sobre la tierra, y sobre ella derramo mi ira con sangre, para exterminar en ella a hombres y animales,

aun si Noé, Daniel y Job estuviesen en medio de ella, ¡vivo yo, que no librarían ni un solo hijo ni una sola hija!, dice el Señor Jehovah. Ellos, por su justicia, librarían sólo sus propias vidas.”

Porque así ha dicho el Señor Jehovah: “¡Con mayor razón, si yo envío mis cuatro juicios terribles—espada, hambre, fieras dañinas y peste— contra Jerusalén, para exterminar en ella a hombres y animales!

Sin embargo, he aquí todavía quedarán en ella sobrevivientes, hombres y mujeres, que serán sacados fuera. He aquí que ellos saldrán a vosotros, y veréis su conducta y sus hechos. Y seréis consolados del mal que habré traído sobre Jerusalén, de todas las cosas que habré traído sobre ella.

Ellos os consolarán cuando veáis su conducta y sus hechos, y conoceréis que no es sin causa todo lo que habré hecho en ella,” dice el Señor Jehovah.

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Jerusalén es como una vid inútil

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Ezequiel > Jerusalén es como una vid inútil (26:15:1 - 26:15:8)

Entonces vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo:

“Oh hijo de hombre, ¿qué es la madera de la vid, comparada con la madera de cualquier otra rama de los árboles del bosque?

¿Tomarán de su madera para hacer algún objeto? ¿Tomarán de ella siquiera una estaca para colgar de ella cualquier utensilio?

He aquí que más bien es echada al fuego para ser consumida; el fuego consume sus dos extremos, y su parte de en medio es abrasada. ¿Servirá para hacer algún objeto?

He aquí que cuando estaba íntegra, no servía para hacer ningún objeto; ¡cuánto menos podrá servir para hacer algún objeto después que el fuego la haya abrasado y haya sido consumida!

“Por tanto, así ha dicho el Señor Jehovah: Como a la madera de la vid entre los árboles del bosque, que eché al fuego para ser consumida, así haré a los habitantes de Jerusalén.

Pondré mi rostro contra ellos; salieron del fuego, pero el fuego los devorará. Y sabréis que soy Jehovah, cuando ponga mi rostro contra ellos.

Convertiré la tierra en desolación, porque cometieron infidelidad,” dice el Señor Jehovah.

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Infidelidad de Jerusalén

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Ezequiel > Infidelidad de Jerusalén (26:16:1 - 26:16:63)

Entonces vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo:

“Oh hijo de hombre, haz conocer sus abominaciones a Jerusalén.

Dile que así ha dicho el Señor Jehovah a Jerusalén: En cuanto a tu origen y a tu nacimiento, eres de la tierra de los cananeos; tu padre fue un amorreo y tu madre una hetea.

Y en cuanto a tu nacimiento, el día en que naciste no fue cortado tu cordón umbilical, ni fuiste lavada con agua por higiene. No fuiste frotada con sal, ni envuelta en pañales.

No hubo ojo que te tuviese lástima, para hacer por ti alguna de estas cosas, teniendo compasión de ti. Al contrario, el día en que naciste, fuiste echada sobre la superficie del campo con repulsión por tu vida.

“Pero pasé junto a ti y te vi revolcándote en tu sangre. Y estando tú en tu sangre, te dije: ¡Vive! Te dije: ¡Sí, vive en tu sangre!

“Te hice crecer como la hierba del campo. Creciste, te desarrollaste y llegaste a la flor de la juventud. Tus pechos se afirmaron, y tu cabello creció; pero estabas desnuda y descubierta.

“Pasé junto a ti y te miré, y he aquí que estabas en tu tiempo de amar. Entonces extendí sobre ti mis alas y cubrí tu desnudez. Te hice juramento y entré en pacto contigo; y fuiste mía, dice el Señor Jehovah.

Te lavé con agua, limpié la sangre que tenías sobre ti y te ungí con aceite.

Te vestí con un vestido de colores variados, y te calcé con sandalias de cuero fino. Te ceñí de lino y te cubrí de seda.

Te adorné con joyas; puse brazaletes en tus manos y un collar en tu cuello.

Puse un zarcillo en tu nariz, aretes en tus orejas y una corona de hermosura sobre tu cabeza.

Fuiste adornada con oro y plata; tu vestido era de lino, de seda y de tela bordada. Comiste harina fina, miel y aceite. Llegaste a ser sumamente bella y alcanzaste la realeza.

Y tu fama se difundió entre las naciones, a causa de tu belleza, que era perfecta por el esplendor que puse en ti, dice el Señor Jehovah.

“Pero confiaste en tu belleza y te prostituiste a causa de tu fama; vertiste tu lujuria sobre todo el que pasaba, fuera quien fuese.

Tomaste algunos de tus vestidos y te hiciste lugares altos de vivos colores, y sobre ellos te prostituiste. ¡Cosa semejante no ha sucedido ni volverá a suceder!

Asimismo, tomaste las bellas joyas de mi oro y de mi plata que yo te había dado, y te hiciste símbolos de varón, y con ellos te prostituías.

Tomaste tus vestidos bordados para cubrirlos, y pusiste ante ellos mi aceite y mi incienso.

También tomaste mi pan que yo te había dado—la harina fina, el aceite y la miel con que yo te alimentaba— y lo pusiste delante de ellos como grato olor, dice el Señor Jehovah.

“Además de esto, tomaste a tus hijos y a tus hijas que me habías dado a luz, y los sacrificaste ante ellos para que fuesen consumidos. ¿Eran poca cosa tus prostituciones?

Pues degollaste a mis hijos y los diste para hacerlos pasar por fuego ante ellos.

En medio de tus abominaciones y de tus prostituciones, no te acordaste de los días de tu juventud, cuando estabas desnuda y descubierta, revolcándote en tu sangre.

Y sucedió que después de toda tu maldad (¡Ay, ay de ti! dice el Señor Jehovah),

construiste plataformas e hiciste lugares altos en todas las plazas.

En cada comienzo de camino construiste lugares altos y convertiste tu hermosura en abominación, ofreciéndote a cuantos pasaban y multiplicando tus prostituciones.

“Te prostituiste con los hijos de Egipto, tus vecinos de grandes carnes; multiplicaste tus prostituciones, provocándome a ira.

Por tanto, he aquí que extendí mi mano contra ti y disminuí tu ración. Te entregué a la voluntad de quienes te aborrecen, las hijas de los filisteos, las cuales se avergüenzan de tu conducta infame.

Y como no te quedaste satisfecha, te prostituiste también con los hijos de Asiria. Te prostituiste con ellos, pero tampoco te quedaste satisfecha.

Igualmente, multiplicaste tus prostituciones con una tierra de mercaderes, con Caldea. Pero tampoco con esto te quedaste satisfecha.

“¡Cuán débil es tu corazón!, dice el Señor Jehovah. Porque has hecho todas estas cosas, obras de una prostituta atrevida,

al edificar tus plataformas en el comienzo de cada camino, y tus altares que hiciste en todas las plazas. No has sido como una prostituta, porque tú despreciaste la paga.

¡Mujer adúltera! ¡En lugar de su marido recibe a los extraños!

A todas las prostitutas les dan obsequios; en cambio, tú diste regalos a todos tus amantes y los sobornaste para que vinieran a ti de todas partes para tus prostituciones.

Cuando te prostituiste, contigo sucedió lo contrario de las otras mujeres. A ti no se te solicitó para la prostitución; y eres diferente, porque diste tú la paga, y no te fue dada la paga a ti.

“Por tanto, oh prostituta, escucha la palabra de Jehovah.

Así ha dicho el Señor Jehovah: Por cuanto han sido vertidos tus recursos, ha sido descubierta tu desnudez en tus prostituciones con tus amantes y con todos tus ídolos abominables, y les has dado la sangre de tus hijos,

por eso, he aquí que voy a reunir a todos tus amantes con quienes tuviste placer. A todos los que amaste y a todos los que aborreciste, los reuniré contra ti de los alrededores. Ante ellos descubriré tu desnudez, y verán toda tu desnudez.

Luego te aplicaré la sentencia de las mujeres adúlteras y de las que derraman sangre. Traeré sobre ti sangre de ira y de celos.

Te entregaré en mano de ellos, y destruirán tus plataformas y derribarán tus altares. Te desnudarán de tus ropas, se llevarán tus hermosas joyas y te dejarán desnuda y descubierta.

Harán subir contra ti una multitud, quienes te arrojarán piedras y con sus espadas te harán pedazos.

Quemarán tus casas con fuego y ejecutarán actos justicieros contra ti, ante los ojos de muchas mujeres. Así haré que dejes de ser una prostituta y que ceses de dar tú la paga.

Haré que sobre ti se asiente mi ira; mi celo se apartará de ti y me calmaré, y no me enojaré más.

Porque no te acordaste de los días de tu juventud y me provocaste a ira con todas estas cosas, yo también haré recaer tu conducta sobre tu propia cabeza, dice el Señor Jehovah. ¿Acaso no has agregado la depravación a todas tus abominaciones?

“He aquí que todo el que suele usar refranes usará este refrán contra ti, diciendo: ¡De tal madre, tal hija!

¡Tú eres hija de tu madre! Ella aborreció a su marido y a sus hijos. Eres hermana de tus hermanas, que aborrecieron a sus maridos y a sus hijos. Vuestra madre fue una hetea, y vuestro padre un amorreo.

Tu hermana mayor es Samaria, la cual con sus hijas habita al norte de ti. Y tu hermana menor es Sodoma, la cual con sus hijas habita al sur de ti.

Pero no sólo anduviste en los caminos de ellas e hiciste sus abominaciones. ¡Como si fuera poca cosa, te corrompiste más que ellas en todos tus caminos!

¡Vivo yo, que tu hermana Sodoma y sus hijas no han hecho como hiciste tú con tus hijas!, dice el Señor Jehovah.

He aquí, ésta fue la iniquidad de tu hermana Sodoma: Orgullo, abundancia de pan y despreocupada tranquilidad tuvieron ella y sus hijas. Pero ella no dio la mano al pobre y al necesitado.

Ellas se enaltecieron e hicieron abominación delante de mí; de modo que cuando las vi, las eliminé.

Samaria no ha cometido ni la mitad de tus pecados, porque tú has hecho muchas más abominaciones que ellas. Por todas tus abominaciones que has cometido, ¡has hecho que tus hermanas parezcan justas!

Tú, también, carga con tu afrenta, pues has hecho que el juicio fuese favorable para tus hermanas; porque los pecados que tú has cometido son más abominables que los de ellas. ¡Ellas son más justas que tú! Avergüénzate, pues, tú también y carga con tu afrenta; pues has hecho que tus hermanas parezcan justas.

“Sin embargo, yo las restauraré de su cautividad: la cautividad de Sodoma y de sus hijas, y la cautividad de Samaria y de sus hijas. Y entre ellas también te restauraré a ti de tu cautividad,

para que cargues con tu afrenta y te avergüences de todo lo que has hecho, sirviéndoles de consuelo.

Tus hermanas, Sodoma y sus hijas, volverán a su estado anterior; y Samaria y sus hijas volverán a su estado anterior. También tú y tus hijas volveréis a vuestro estado anterior.

¿Acaso tu hermana Sodoma no fue un proverbio en tu boca en el día de tu soberbia,

antes que fuese descubierta tu propia maldad? Ahora tú has llegado a ser como ella, una vergüenza para las hijas de Edom y todos los que la rodean, y para las hijas de los filisteos, quienes por todos lados te desprecian.

Cargarás con tu infamia y con tus abominaciones, dice Jehovah.

Porque así ha dicho el Señor Jehovah: Haré contigo como tú hiciste al menospreciar el juramento e invalidar mi pacto.

“Sin embargo, yo me acordaré de mi pacto que hice contigo en los días de tu juventud, y estableceré contigo un pacto eterno.

Entonces te acordarás de tus caminos y te avergonzarás cuando recibas a tus hermanas mayores que tú, y a las menores que tú, las cuales te daré por hijas, pero no a causa del pacto hecho contigo.

Pues yo restableceré mi pacto contigo, y tú sabrás que yo soy Jehovah;

para que te acuerdes y te avergüences, y nunca más abras la boca a causa de tu afrenta cuando yo haga expiación por todo lo que has hecho,” dice el Señor Jehovah.

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Parábola de las águilas y la vid

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Ezequiel > Parábola de las águilas y la vid (26:17:1 - 26:17:24)

Entonces vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo:

“Oh hijo de hombre, propón un enigma y relata una parábola a la casa de Israel.

Di que así ha dicho el Señor Jehovah: Una gran águila de grandes alas, largos miembros y llena de un plumaje de diversos colores, vino al Líbano y tomó la copa del cedro.

Arrancó la punta de su renuevo, lo llevó a una tierra de mercaderes, y la puso en una ciudad de comerciantes.

Tomó también de la semilla de la tierra, un brote, y lo puso en un campo fértil, junto a aguas abundantes, como se planta un sauce.

Luego creció y se hizo una vid de muchas ramas, aunque de baja altura, para dirigir sus ramas hacia el águila, de modo que sus raíces estuviesen debajo de ella. Así llegó a ser una vid, y arrojó renuevos y extendió sus ramas.

“Pero surgió otra gran águila, de grandes alas y denso plumaje. Y he aquí que aquella vid dirigió hacia ella sus raíces y extendió a ella sus ramas desde el terreno donde estaba plantada, a fin de ser regada.

En buen campo, junto a muchas aguas, estaba plantada para que echase ramaje y llevase fruto, a fin de que fuese una vid espléndida.

“Di que así ha dicho el Señor Jehovah: ¿Será prosperada? ¿Acaso el águila no habrá de arrancar sus raíces y echará a perder su fruto, y se secará? Todos sus renuevos verdes se secarán. No será necesario un gran brazo, ni mucha gente para arrancarla de sus raíces.

He aquí que está plantada; pero, ¿será prosperada? ¿No se secará del todo, cuando la toque el viento oriental? ¡Sobre el mismo terreno donde creció se secará!”

Entonces vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo:

“Di a la casa rebelde: ¿No habéis entendido qué significan estas cosas? Di: He aquí que el rey de Babilonia vino a Jerusalén, tomó a su rey y a sus magistrados, y los llevó consigo a Babilonia.

También tomó a uno de la descendencia real e hizo un convenio con él, poniéndolo bajo juramento. También se llevó a los poderosos del país,

para que el reino fuera abatido y no volviera a levantarse, para que guardara el convenio y lo mantuviera.

No obstante, se rebeló contra él al enviar embajadores a Egipto para que le diesen caballos y mucha gente. ¿Será prosperado? ¿Escapará el que hace estas cosas? ¿Podrá romper el convenio y quedar ileso?

“¡Vivo yo, que morirá en medio de Babilonia, en el lugar donde habita el rey que le hizo reinar, cuyo juramento menospreció y cuyo convenio con él rompió!, dice el Señor Jehovah.

Cuando construyan terraplenes y edifiquen muros de asedio para destruir muchas vidas, el faraón no lo socorrerá en la batalla, a pesar del gran ejército y de la numerosa multitud.

No escapará, pues menospreció el juramento para invalidar el convenio; porque he aquí que habiendo dado la mano, hizo todas estas cosas.

Por tanto, así ha dicho el Señor Jehovah, ¡vivo yo, que traeré sobre su cabeza mi juramento que menospreció y mi convenio que quebrantó!

Yo extenderé sobre él mi red, y será apresado en mi trampa. Lo haré traer a Babilonia, y allí entraré en juicio contra él por su rebelión contra mí.

Todos sus fugitivos y todas sus tropas caerán a espada, y los que queden serán esparcidos hacia todos los vientos. Y sabréis que yo, Jehovah, he hablado.

“Así ha dicho el Señor Jehovah: Pero yo mismo arrancaré un renuevo de la alta copa de aquel cedro, y lo plantaré. De los principales renuevos cortaré uno tierno y lo plantaré sobre un monte alto y erguido.

Lo plantaré en el monte más alto de Israel. Y echará ramas, llevará fruto y se convertirá en un cedro majestuoso. Debajo de él habitará toda clase de pájaros; a la sombra de sus ramas habitará toda clase de aves.

Y así sabrán todos los árboles del campo que yo, Jehovah, eché abajo el árbol elevado y elevé el árbol bajo; que hice que el árbol verde se secara y que el árbol seco floreciera. Yo, Jehovah, lo he dicho y lo haré.”

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El alma que pecare morirá

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Ezequiel > El alma que pecare morirá (26:18:1 - 26:18:32)

Entonces vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo:

“¿Por qué usáis vosotros este refrán acerca de la tierra de Israel: Los padres comieron las uvas agrias, y los dientes de los hijos sufren la dentera?

¡Vivo yo, que nunca más habréis de pronunciar este refrán en Israel!, dice el Señor Jehovah.

He aquí que todas las almas son mías; tanto el alma del padre como el alma del hijo son mías. El alma que peca, ésa morirá.

“Si un hombre es justo y practica el derecho y la justicia

—no come sobre los montes, no alza sus ojos hacia los ídolos de la casa de Israel, no mancilla a la mujer de su prójimo, no se une a mujer menstruosa,

no oprime a nadie, devuelve su prenda a quien le debe, no comete robo, da de su pan al hambriento y cubre con ropa al desnudo,

no presta con usura ni cobra intereses, retrae su mano de la maldad, obra verdadera justicia entre hombre y hombre,

camina según mis estatutos y guarda mis decretos para actuar de acuerdo con la verdad—, éste es justo. Este vivirá, dice el Señor Jehovah.

“Pero si engendra un hijo violento, derramador de sangre, que hace alguna de estas cosas

(pero el padre no ha hecho ninguna de estas cosas), y también come sobre los montes, mancilla a la mujer de su prójimo,

oprime al pobre y al necesitado, comete robo, no devuelve la prenda, alza sus ojos hacia los ídolos, hace abominación,

presta con usura o cobra intereses, ¿vivirá tal hijo? ¡No vivirá! Si hace todas estas abominaciones, morirá irremisiblemente; su sangre recaerá sobre él.

“Pero he aquí que si éste engendra un hijo que ve todos los pecados que su padre cometió y teme, y no hace cosas como éstas

—no come sobre los montes, no alza sus ojos hacia los ídolos de la casa de Israel, no mancilla a la mujer de su prójimo,

no oprime a nadie, no toma prenda, no comete robo, da de su pan al hambriento y cubre con ropa al desnudo,

retrae su mano de la maldad, y no presta con usura ni cobra intereses, ejecuta mis decretos y camina según mis estatutos—, éste no morirá por el pecado de su padre; ciertamente vivirá.

Pero su padre, porque hizo agravio y cometió extorsión, y porque en medio de su pueblo hizo lo que no es bueno, he aquí que él morirá por su iniquidad.

“Y si preguntáis: ¿Por qué es que el hijo no cargará con el pecado de su padre?, es porque el hijo practicó el derecho y la justicia, guardó todos mis estatutos y los puso por obra; por eso vivirá.

El alma que peca, ésa morirá. El hijo no cargará con el pecado del padre, ni el padre cargará con el pecado del hijo. La justicia del justo será sobre él, y la injusticia del impío será sobre él.

“Pero si el impío se aparta de todos sus pecados que cometió, guarda todos mis estatutos y practica el derecho y la justicia, ciertamente vivirá; no morirá.

No le serán recordadas todas sus transgresiones que cometió; por la justicia que hizo vivirá.

¿Acaso quiero yo la muerte del impío?, dice el Señor Jehovah. ¿No vivirá él, si se aparta de sus caminos?

Pero si el justo se aparta de su justicia y comete maldad, conforme a todas las abominaciones que hace el impío, ¿vivirá él? Ninguna de las acciones justas que hizo vendrán a la memoria; por la infidelidad que cometió y por el pecado que cometió, por ellos morirá.

“Sin embargo, decís: No es correcto el camino del Señor. Oíd, oh casa de Israel: ¿No es correcto mi camino? ¿No son, más bien, vuestros caminos los incorrectos?

Si el justo se aparta de su justicia y hace injusticia, por ello morirá; por la injusticia que hizo morirá.

Y si el impío se aparta de la maldad que hizo, y practica el derecho y la justicia, hará vivir su alma.

Por cuanto mira y se aparta de todas las transgresiones que cometió, ciertamente vivirá; no morirá.

“Sin embargo, la casa de Israel dice: No es correcto el camino del Señor. ¿Acaso mis caminos son incorrectos, oh casa de Israel? ¿No son, más bien, vuestros caminos los incorrectos?

Por tanto, yo os juzgaré a cada uno según sus caminos, oh casa de Israel, dice el Señor Jehovah. Arrepentíos y volved de todas vuestras transgresiones, para que la iniquidad no os sea causa de tropiezo.

Echad de vosotros todas vuestras transgresiones que habéis cometido, y adquirid un corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué habréis de morir, oh casa de Israel?

Ciertamente, yo no quiero la muerte del que muere, dice el Señor Jehovah. ¡Arrepentíos y vivid!

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