Libros Proféticos

Reprensión de los príncipes malvados

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Ezequiel > Reprensión de los príncipes malvados (26:11:1 - 26:11:13)

Entonces el Espíritu me elevó y me llevó a la puerta oriental de la casa de Jehovah, la que da hacia el este. Y he allí, en la entrada de la puerta había veinticinco hombres, entre los cuales vi a Jazanías hijo de Azur y a Pelatías hijo de Benaías, magistrados del pueblo.

Luego me dijo: “Oh hijo de hombre, éstos son los hombres que maquinan perversidad y dan mal consejo en esta ciudad.

Ellos dicen: No está cercano el tiempo de edificar casas. Esta ciudad será la olla, y nosotros la carne.

Por tanto, profetiza contra ellos. ¡Profetiza, oh hijo de hombre!”

Entonces descendió sobre mí el Espíritu de Jehovah y me dijo: “Diles que así ha dicho Jehovah: Así habéis hablado, oh casa de Israel, y yo he sabido los pensamientos que suben de vuestros espíritus.

Vosotros habéis multiplicado vuestros muertos en esta ciudad; habéis llenado de muertos sus calles.

Por tanto, así dice el Señor Jehovah, vuestros muertos que habéis dejado en medio de ella, ellos serán la carne; y ella la olla. Pero a vosotros yo os sacaré de en medio de ella.

Teméis la espada, y espada traeré sobre vosotros, dice el Señor Jehovah.

Os sacaré de en medio de ella, os entregaré en mano de extraños y entre vosotros ejecutaré actos justicieros.

¡A espada caeréis! Os juzgaré en la frontera de Israel, y sabréis que yo soy Jehovah.

Esta ciudad no os servirá de olla, ni vosotros seréis la carne dentro de ella. ¡En la frontera de Israel os habré de juzgar!

Y sabréis que yo soy Jehovah, que no habéis andado en mis leyes ni habéis cumplido mis decretos; sino que habéis actuado según los decretos de las naciones que están a vuestro alrededor.”

Y mientras yo profetizaba, aconteció que murió Pelatías hijo de Benaías. Entonces caí postrado sobre mi rostro y exclamé a gran voz, diciendo: “¡Ay, Señor Jehovah! ¿Exterminarás al remanente de Israel?”

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Promesa de restauración y renovación

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Ezequiel > Promesa de restauración y renovación (26:11:14 - 26:11:25)

Y vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo:

“Oh hijo de hombre, tus mismos hermanos—los hombres que están contigo en la cautividad y toda la casa de Israel, todos ellos— son aquellos a quienes los habitantes de Jerusalén han dicho: ¡Permaneced lejos de Jehovah! ¡Es a nosotros a quienes ha sido dada la tierra como posesión!

Por tanto, diles que así ha dicho el Señor Jehovah: Aunque los he arrojado lejos entre las naciones y aunque los he dispersado por los países, por un breve tiempo he sido para ellos un santuario en los países a donde han llegado.

Por tanto, di que así ha dicho el Señor Jehovah: Yo os reuniré de entre los pueblos y os recogeré de los países en los cuales habéis sido dispersados, y os daré la tierra de Israel.

Allá volverán, y quitarán de ella todas sus cosas detestables y todas sus cosas abominables.

Les daré otro corazón, y pondré un espíritu nuevo dentro de ellos. De la carne de ellos quitaré el corazón de piedra y les daré un corazón de carne,

para que anden según mis estatutos y guarden mis decretos y los pongan por obra. Ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios.

Pero haré que la conducta de aquellos, cuyo corazón anda tras sus cosas detestables y sus abominaciones, recaiga sobre sus cabezas,” dice el Señor Jehovah.

Entonces los querubines alzaron sus alas, con las ruedas que estaban junto a ellos. Y la gloria del Dios de Israel estaba por encima, sobre ellos.

Luego la gloria de Jehovah ascendió de en medio de la ciudad, y se detuvo sobre el monte que está al oriente de la ciudad.

Luego el Espíritu me elevó y me volvió a llevar en visión del Espíritu de Dios a Caldea, a los que estaban en la cautividad. Entonces la visión que había visto se fue de mí.

Y comuniqué a los cautivos todas las cosas de Jehovah que él me había mostrado.

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Salida de Ezequiel en señal de la cautividad

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Ezequiel > Salida de Ezequiel en señal de la cautividad (26:12:1 - 26:12:28)

Vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo:

“Oh hijo de hombre, tú habitas en medio de una casa rebelde. Ellos tienen ojos para ver y no ven, y tienen oídos para oír y no oyen, porque son una casa rebelde.

Por tanto, tú, oh hijo de hombre, prepárate un equipaje de cautivo, y sal cautivo de día, ante su vista. Sal como cautivo de tu lugar a otro lugar, ante su vista. Quizás lo consideren, porque son una casa rebelde.

En pleno día, ante su vista, sacarás tu equipaje como si fuera equipaje de cautivo, y te irás al anochecer ante su vista, como los que son sacados en cautividad.

Perfora el muro ante su vista y sal por él.

Ante su vista llevarás el equipaje sobre tus hombros. Saldrás en la penumbra; cubrirás tu cara para no ver la tierra, porque te he puesto como señal para la casa de Israel.”

E hice así como me fue ordenado: Saqué de día mi equipaje, como equipaje de cautivo, y al anochecer perforé el muro con mis propias manos. Salí en la penumbra, y llevé mi equipaje sobre los hombros, ante su vista.

Entonces, por la mañana, vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo:

“Oh hijo de hombre, ¿no te han preguntado los de la casa de Israel, esa casa rebelde, qué estás haciendo?

Diles que así ha dicho el Señor Jehovah: Esta profecía es para el gobernante en Jerusalén, y para toda la casa de Israel que está en medio de ella.

Diles: Yo soy una señal para vosotros; así como yo he hecho, les será hecho a ellos. Irán en cautividad, en cautiverio.

El gobernante que está en medio de ellos alzará sus cosas al hombro en la penumbra y saldrá. Perforarán el muro para salir por él. Cubrirá su cara para no ver la tierra con sus ojos.

Pero extenderé mi red sobre él, y quedará atrapado en mi trampa. Lo traeré a Babilonia, a la tierra de los caldeos, pero no la verá, y allí morirá.

A todos los que estén alrededor de él, sus ayudantes y todas sus tropas, los esparciré a todos los vientos, y tras ellos desenvainaré la espada.

Y sabrán que yo soy Jehovah, cuando los disperse entre las naciones y los esparza por los países.

Pero haré que unos pocos de ellos escapen de la espada, del hambre y de la peste, para que cuenten acerca de todas sus abominaciones entre las naciones a donde lleguen. Y sabrán que yo soy Jehovah.”

Entonces vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo:

“Oh hijo de hombre, come tu pan con temblor y bebe tu agua con estremecimiento y angustia.

Dirás al pueblo de la tierra que así dice el Señor Jehovah a los habitantes de Jerusalén, acerca de la tierra de Israel: Comerán su pan con angustia, y beberán su agua con horror, porque la tierra será desolada de su plenitud a causa de la violencia de todos los que viven en ella.

Las ciudades habitadas serán arruinadas, y la tierra será una desolación. Y sabréis que yo soy Jehovah.”

Entonces vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo:

“Oh hijo de hombre, ¿qué refrán es éste que tenéis vosotros acerca de la tierra de Israel, que dice: Los días se prolongan, y toda visión se desvanece?

Por tanto, diles que así ha dicho el Señor Jehovah: Haré cesar este refrán, y no lo pronunciarán más en Israel. Más bien, diles que se han acercado los días y el cumplimiento de toda visión,

pues no habrá más falsa visión ni adivinación lisonjera en medio de la casa de Israel.

Porque yo, Jehovah, hablaré; la palabra que hablaré se cumplirá. No habrá más dilación, pues en vuestros días, oh casa rebelde, diré la palabra y la cumpliré,” dice el Señor Jehovah.

Y vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo:

“Oh hijo de hombre, he aquí que los de la casa de Israel dicen: La visión que éste ha visto es para después de muchos días; éste profetiza para tiempos remotos.

Por tanto, diles que así ha dicho el Señor Jehovah: No habrá más dilación para ninguna de mis palabras. La palabra que hable se cumplirá,” dice el Señor Jehovah.

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Condenación de los falsos profetas

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Ezequiel > Condenación de los falsos profetas (26:13:1 - 26:13:23)

Entonces vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo:

“Oh hijo de hombre, profetiza contra los profetas de Israel que profetizan. Di a los que sólo profetizan lo que hay en sus propios corazones: Escuchad la palabra de Jehovah.

Así ha dicho el Señor Jehovah: ¡Ay de los profetas insensatos que andan tras su propio espíritu, y que nada han visto!

Oh Israel, como zorras entre las ruinas han sido tus profetas.

Vosotros no habéis subido a las brechas ni habéis levantado un muro alrededor de la casa de Israel, de modo que pueda prevalecer en la batalla en el día de Jehovah.

Ellos ven vanidad y adivinación mentirosa. Dicen: Así dice Jehovah, pero Jehovah no los ha enviado. ¡Con todo, esperan que él confirme las palabras de ellos!

¿Acaso no es vana la visión que habéis visto, y no es mentira la adivinación que habéis pronunciado? Porque decís: Jehovah dice, sin que yo haya hablado.

Por tanto, así ha dicho el Señor Jehovah, porque habéis hablado vanidad y habéis visto mentira; por eso, he aquí yo estoy contra vosotros, dice el Señor Jehovah.

Mi mano estará contra los profetas que ven vanidad y adivinan mentira. Ellos no estarán en el consejo de mi pueblo. No serán inscritos en el registro de la casa de Israel, ni volverán al suelo de Israel. Y sabréis que yo soy el Señor Jehovah.

“Por tanto, porque han extraviado a mi pueblo diciendo: ¡Paz!, cuando no hay paz, y porque mientras él edifica el muro, ellos lo recubren con cal,

di a los que lo recubren con cal, que caerá. Vendrá una lluvia torrencial, caerán piedras de granizo y se desencadenará un viento huracanado.

Y he aquí que el muro caerá. ¿Acaso no os dirán: ¿Dónde está, pues, la cal con que lo recubristeis?

Por tanto, así dice el Señor Jehovah, a causa de mi ira haré que se desate un viento huracanado. Por mi furor habrá lluvia torrencial, y piedras de granizo con furia, para destruir.

Así destruiré el muro que vosotros habéis recubierto con cal; lo echaré a tierra, y su cimiento quedará al descubierto. Y cuando caiga, vosotros seréis exterminados en medio de la ciudad. Y sabréis que yo soy Jehovah.

Así desahogaré mi ira en el muro y en los que lo recubrieron con cal. Y os diré: Ya no existe el muro ni aquellos que lo recubrieron,

los profetas de Israel que profetizan a Jerusalén y ven visiones de paz, cuando no hay paz, dice el Señor Jehovah.

“Y tú, oh hijo de hombre, pon tu rostro contra las hijas de tu pueblo que profetizan lo que hay en sus propios corazones. Profetiza contra ellas,

y diles que así ha dicho el Señor Jehovah: ¡Ay de aquellas que cosen cintas sobre las muñecas de las manos, y que para cazar las almas hacen velos de todo tamaño para las cabezas! ¿Habréis de cazar las almas de mi pueblo y preservaréis vuestra propia vida?

Me habéis profanado entre mi pueblo por puñados de cebada y por pedazos de pan, dando muerte a las personas que no debían morir y dando vida a las personas que no debían vivir, mediante el mentir a mi pueblo que escucha la mentira.

“Por tanto, así ha dicho el Señor Jehovah: He aquí, yo estoy contra vuestras cintas con que cazáis las almas como aves. Las arrancaré de vuestros brazos y dejaré ir libres como aves las almas que cazáis.

Asimismo, romperé vuestros velos y libraré a mi pueblo de vuestra mano. No estarán más al alcance de vuestras manos cual presa de caza. Y sabréis que yo soy Jehovah.

Por cuanto en vano habéis causado dolor al corazón del justo, al cual yo no causé dolor, y habéis fortalecido las manos del pecador para no apartarlo de su mal camino a fin de librar su vida.

Por tanto, ya no veréis más visiones vanas, ni volveréis a proferir adivinación; yo libraré a mi pueblo de vuestras manos. Y sabréis que yo soy Jehovah.”

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Juicio contra los idólatras que consultan al profeta

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Ezequiel > Juicio contra los idólatras que consultan al profeta (26:14:1 - 26:14:11)

Algunos hombres de los ancianos de Israel vinieron a mí y se sentaron delante de mí.

Entonces vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo:

“Oh hijo de hombre, estos hombres han erigido sus ídolos en sus corazones y han puesto delante de sus rostros aquello que les hace caer en la iniquidad. ¿Habré yo de ser consultado por ellos?

Por tanto, háblales y diles que así ha dicho el Señor Jehovah: A cualquier hombre de la casa de Israel que haya erigido sus ídolos en su corazón, que haya colocado delante de su rostro aquello que le hace caer en la iniquidad, y que luego acuda al profeta, yo Jehovah me dignaré responderle como merece la multitud de sus ídolos,

a fin de prender a la casa de Israel en su propio corazón. Porque todos ellos se han apartado de mí por causa de sus ídolos.

“Por tanto, di a la casa de Israel que así ha dicho el Señor Jehovah: Arrepentíos y volved de vuestros ídolos; apartad vuestro rostro de todas vuestras abominaciones.

Porque cualquiera de los de la casa de Israel, o de los extranjeros que residen en Israel, que se haya apartado de en pos de mí, que haya erigido sus ídolos en su corazón, que haya colocado delante de su rostro aquello que le hace caer en la iniquidad, y que luego acuda al profeta para consultarle acerca de mí, yo, Jehovah, le responderé por mí mismo.

Fijaré mi rostro contra aquel hombre, lo convertiré en señal y refrán, y lo eliminaré de entre mi pueblo. Y sabréis que yo soy Jehovah.

“En cuanto al profeta que sea inducido y hable algo, yo, Jehovah, habré inducido a tal profeta. Extenderé mi mano sobre él y lo eliminaré de en medio de mi pueblo Israel.

Ellos cargarán con su iniquidad: Como la iniquidad del que consulta, así será la iniquidad del profeta;

para que los de la casa de Israel no se desvíen más de en pos de mí, ni se contaminen más con todas sus transgresiones. Así ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios,” dice el Señor Jehovah.

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