La señal de la vasija rota
Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > JeremÃas > La señal de la vasija rota (24:19:1 - 24:19:15)
Asà ha dicho Jehovah: “Vé y compra del alfarero una vasija de barro. Lleva contigo ancianos del pueblo y ancianos de los sacerdotes.
Saldrás al valle de Ben-hinom que está a la entrada de la puerta de los Tiestos, y allà proclamarás las palabras que yo te hable.
Dirás: OÃd la palabra de Jehovah, oh reyes de Judá y habitantes de Jerusalén. Asà ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel: He aquà que yo traigo un mal tan grande sobre este lugar, que a quien lo oiga le retiñirán los oÃdos.
Porque me han abandonado, han hecho de este lugar algo extraño, y en él han quemado incienso a otros dioses que no conocieron ellos, ni sus padres, ni los reyes de Judá. Han llenado este lugar con sangre de inocentes.
Han edificado lugares altos a Baal para quemar en el fuego a sus hijos en holocausto a Baal; cosa que no les mandé, ni hablé, ni me vino a la mente.
Por tanto, dice Jehovah, he aquà que vendrán dÃas cuando este lugar no se llamará más Tófet, ni valle de Ben-hinom, sino valle de la Matanza.
En este lugar anularé el consejo de Judá y de Jerusalén. Los haré caer a espada delante de sus enemigos y en mano de los que buscan su vida. Daré sus cadáveres por comida a las aves del cielo y a los animales de la tierra.
Convertiré a esta ciudad en horror y rechifla: Todo el que pase por ella quedará horrorizado y silbará por causa de todas sus plagas.
Les haré comer la carne de sus hijos y la carne de sus hijas. En el asedio y en la angustia con que les angustiarán sus enemigos y los que buscan sus vidas, cada uno comerá la carne de su prójimo.
“Luego quebrarás la vasija ante los ojos de los hombres que vayan contigo,
y les dirás que asà ha dicho Jehovah de los Ejércitos: Asà quebrantaré a este pueblo y a esta ciudad, como quien quiebra un vaso de barro que no se puede volver a restaurar. En el Tófet serán sepultados, porque no habrá otro lugar para sepultar.
Asà haré a este lugar y a sus habitantes, dice Jehovah, para convertir esta ciudad como al Tófet.
Las casas de Jerusalén y las casas de los reyes de Judá serán inmundas como el lugar del Tófet, todas las casas sobre cuyos terrados quemaron incienso a todo el ejército del cielo y derramaron libaciones a otros dioses.”
JeremÃas regresó del Tófet, a donde Jehovah le habÃa enviado para profetizar. Luego se puso de pie en el atrio de la casa de Jehovah y dijo a todo el pueblo:
“Asà ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel: He aquÃ, yo traigo sobre esta ciudad y sobre todas sus aldeas todo el mal que hablé contra ella; porque han endurecido su cerviz para no escuchar mis palabras.”