Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > IsaÃas > Escarnio contra el rey de Babilonia (23:14:1 - 23:14:23)
Ciertamente Jehovah tendrá misericordia de Jacob y volverá a escoger a Israel. El les hará reposar en su propia tierra, y a ellos se unirán extranjeros, los cuales se adherirán a la familia de Jacob.
Los pueblos los tomarán y los llevarán a su lugar, y la casa de Israel tomará posesión de ellos en la tierra de Jehovah, como siervos y criadas. Asà tomarán cautivos a los que los habÃan tomado cautivos, y se enseñorearán de sus opresores.
Y sucederá que el dÃa en que Jehovah te dé tregua de tu dolor, de tu desesperación y de la dura servidumbre a la que fuiste sometido,
pronunciarás esta sentencia contra el rey de Babilonia, y dirás: “¡Cómo ha cesado el opresor; cómo ha cesado la prepotencia!
Jehovah ha roto la vara de los impÃos, el cetro de los gobernantes,
que con indignación golpeaba sin tregua a los pueblos y se enseñoreaba de las naciones con furor, persiguiéndolas sin contenerse.
Toda la tierra se ha sosegado y está tranquila; han prorrumpido en cánticos.
Aun los cipreses y los cedros del LÃbano se alegraron a causa de ti, diciendo: Desde que tú pereciste, no ha subido contra nosotros el talador.
“El Seol abajo se estremeció a causa de ti, y despertó a los muertos, para que en tu venida fueran a tu encuentro. Hizo levantar de sus tronos a todos los caudillos de la tierra, a todos los reyes de las naciones.
Todos ellos responderán y te dirán: ¿También tú te has debilitado como nosotros y has llegado a ser como nosotros?
“Tu ostentación y el sonido de tus liras han sido derribados hasta el Seol. Los gusanos serán tu cama debajo de ti, y las larvas tus cobertores.
¡Cómo has caÃdo del cielo, oh lucero, hijo de la mañana! Has sido derribado al suelo, tú que debilitabas a las naciones.
Tú has dicho en tu corazón: Subiré al cielo en lo alto; hasta las estrellas de Dios levantaré mi trono y me sentaré en el monte de la asamblea, en las regiones más distantes del norte.
Subiré sobre las alturas de las nubes y seré semejante al AltÃsimo.
Pero has sido derribado al Seol, a lo más profundo de la fosa.
Los que te vean te contemplarán; reflexionarán ante ti diciendo: ¿Es éste aquel hombre que hacÃa temblar la tierra, que sacudÃa los reinos,
que convirtió el mundo en un desierto, que destruÃa sus ciudades y que a sus prisioneros nunca les abrió la cárcel?
“Todos los reyes de las naciones, todos ellos yacen con honra, cada uno en su morada.
Pero tú has sido echado de tu sepulcro como vástago abominable, como ropa de muertos atravesados a espada, los cuales han descendido a las losas de la fosa como cadáver pisoteado.
No serás unido con ellos en el sepelio, porque destruiste tu propia tierra y mataste a tu propio pueblo. La descendencia de los malhechores jamás será nombrada.
“Preparad el matadero para sus hijos, a causa de la maldad de sus padres. No sea que se levanten y posean la tierra, y llenen la faz del mundo con ciudades.
Entonces yo me levantaré contra ellos, dice Jehovah de los Ejércitos, y raeré de Babilonia el nombre y los sobrevivientes, los descendientes y la posterioridad, dice Jehovah.
La convertiré en posesión de erizos y en pantanos. La barreré con la escoba de la destrucción,” dice Jehovah de los Ejércitos.