Isaías

Redención de Israel

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Isaías > Redención de Israel (23:29:17 - 23:29:24)

¿Acaso no será el Líbano convertido, de aquí a poco tiempo, en un campo fértil, y el campo fértil será considerado un bosque?

En aquel tiempo los sordos oirán las palabras del libro, y los ojos de los ciegos verán desde la oscuridad y las tinieblas.

Entonces los humildes volverán a alegrarse en Jehovah, y los más necesitados de los hombres se regocijarán en el Santo de Israel.

Porque se habrá acabado el tirano, y el burlador habrá sido exterminado. Serán eliminados todos los que están a la expectativa para hacer el mal,

los que hacen pecar al hombre en palabra, los que ponen trampas para hacer caer al que amonesta en la puerta de la ciudad, los que con argumentos vacíos desvían al justo.

Por tanto, Jehovah, que redimió a Abraham, ha dicho así a la casa de Jacob: “Ahora Jacob no será avergonzado más, ni tampoco palidecerá ahora su rostro.

Porque sus descendientes, al ver en medio suyo la obra de mis manos, santificarán mi nombre. Santificarán al Santo de Jacob y temerán al Dios de Israel.

Los extraviados de espíritu conocerán el entendimiento, y los murmuradores aprenderán la lección.

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La futilidad de confiar en Egipto

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Isaías > La futilidad de confiar en Egipto (23:30:1 - 23:30:17)

“Ay de los hijos rebeldes,” dice Jehovah, “por llevar a cabo planes pero no los míos, por hacer libaciones para sellar alianzas pero no según mi Espíritu, añadiendo pecado sobre pecado.

“Ellos parten para descender a Egipto a fin de protegerse bajo la protección del faraón y de refugiarse en la sombra de Egipto; pero a mí no me han consultado.

Pero la protección del faraón se os convertirá en vergüenza; y el refugio de la sombra de Egipto, en afrenta.

Cuando sus magistrados estén en Tanis y sus embajadores lleguen a Hanes,

todos serán defraudados por un pueblo que no les servirá de nada. No los socorrerá, ni les traerá provecho, sino sólo vergüenza y afrenta.”

Profecía acerca de los animales del Néguev: “Por tierra de tribulación y angustia, de donde provienen la leona y el león, la víbora y la serpiente voladora, ellos llevan sobre los lomos de los asnos sus riquezas, y sobre las jibas de los camellos sus tesoros, hacia un pueblo que no les será de provecho.

Ciertamente los egipcios darán ayuda vana y vacía. Por tanto, he llamado a Egipto: ¡Rahab la inutilizada!

“Ahora ven y escribe esta visión en una tablilla, delante de ellos. Grábala en un libro para que se conserve como testimonio perpetuo hasta el día final.

Porque este pueblo es rebelde, hijos mentirosos, hijos que no quieren escuchar la instrucción de Jehovah.

Ellos han dicho a los videntes: No tengáis visiones; y a los profetas: No nos profeticéis cosas rectas. Decidnos, más bien, cosas halagüeñas; profetizad cosas ilusorias.

Apartaos del camino, desviaos de la senda; dejad de confrontarnos con el Santo de Israel.”

Por tanto, así ha dicho el Santo de Israel: “Porque desechasteis esta palabra y confiasteis en la violencia y en la perversidad, y os habéis apoyado en ello,

por eso, este pecado os será como muro agrietado que se abre y cae, como un alto muro al cual de repente, en un instante, le viene su quebrantamiento.

Su quebrantamiento será como cuando se quiebra una vasija de alfarero, que sin misericordia es hecha pedazos; tanto que entre sus pedazos no se halla un solo fragmento que sirva para sacar brasas de un brasero o para sacar agua de una cisterna.”

Porque así ha dicho el Señor Jehovah, el Santo de Israel: “En arrepentimiento y en reposo seréis salvos; en la quietud y en la confianza estará vuestra fortaleza.” Pero no quisisteis.

Más bien, dijisteis: “No, sino que huiremos a caballo.” ¡Por tanto, vosotros sí huiréis! Dijisteis: “Sobre veloces caballos cabalgaremos.” ¡Por tanto, también vuestros perseguidores serán veloces!

Mil huirán ante la amenaza de uno. Huiréis ante la amenaza de cinco, hasta que quedéis como un asta sobre la cumbre de un monte o como una bandera sobre una colina.

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Promesa de la gracia de Dios a Israel

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Isaías > Promesa de la gracia de Dios a Israel (23:30:18 - 23:30:26)

Por tanto, Jehovah espera para tener piedad de vosotros; por eso, se levanta para tener misericordia de vosotros. Porque Jehovah es un Dios de justicia, ¡bienaventurados son todos los que esperan en él!

Ciertamente, oh pueblo de Sion que habitas en Jerusalén, nunca más volverás a llorar. De veras se apiadará de ti al oír la voz de tu clamor; al oírla, te responderá.

Aunque el Señor os dé pan de congoja y agua de angustia, tu Maestro nunca más se ocultará, sino que tus ojos verán a tu Maestro.

Entonces tus oídos oirán a tus espaldas estas palabras: “¡Este es el camino; andad por él, ya sea que vayáis a la derecha o a la izquierda!”

Y considerarás inmundas tus imágenes talladas cubiertas de plata y tus imágenes de fundición revestidas de oro. Las tirarás como a trapo sucio; le dirás: “¡Fuera!”

Entonces, cuando siembres la tierra, él dará lluvia a tu sembrado. El alimento que produzca la tierra será sustancioso y abundante. En aquel día tus ganados serán apacentados en amplias praderas.

También los bueyes y los asnos que labran la tierra comerán forraje salado, que ha sido aventado con pala y horqueta.

Y sucederá en el día de la gran matanza, cuando caigan las torres, que habrá arroyos, corrientes de agua, sobre todo monte alto y sobre toda colina elevada.

La luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol será siete veces mayor, como la luz de siete días, en el día en que Jehovah ponga vendas a la fractura de su pueblo y cure las contusiones que él le ha causado.

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El juicio de Jehová sobre Asiria

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Isaías > El juicio de Jehová sobre Asiria (23:30:27 - 23:30:33)

He aquí que el nombre de Jehovah viene de lejos. Arde su furor y levanta densa humareda. Sus labios están llenos de ira, y su lengua es como fuego consumidor.

Su aliento, cual torrente desbordado, llega hasta el cuello para zarandear a las naciones en la zaranda hasta acabar con ellos, y para sujetar las mandíbulas de los pueblos con freno que les haga errar.

Pero vosotros tendréis una canción, como la noche en que se celebra una fiesta sagrada. Tendréis alegría de corazón, como el que, al son de la flauta, viene al monte de Jehovah, a la Roca de Israel.

Entonces Jehovah hará oír la majestad de su voz, y dejará ver el descenso de su brazo con furor de ira y con llama de fuego consumidor, con lluvia violenta, torrente y piedras de granizo.

Porque Asiria será hecha pedazos a causa de la voz de Jehovah; con un palo la golpeará.

Y sucederá que cada pasada de la vara de corrección que Jehovah descargará sobre ella será al son de panderos y de liras. Blandiendo el brazo combatirá contra ella.

Porque desde hace tiempo está listo el Tófet; para el rey ha sido preparado. Su pira se ha hecho profunda y ancha, con su hoguera y abundante leña. El soplo de Jehovah la encenderá como torrente de azufre.

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Los egipcios son hombres y no dioses

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Isaías > Los egipcios son hombres y no dioses (23:31:1 - 23:31:9)

¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda! Buscan apoyo en los caballos; confían en los carros de guerra, por ser numerosos; y en los jinetes, por ser muy poderosos. Pero no miran al Santo de Israel, ni buscan a Jehovah.

No obstante, él también es sabio y traerá el desastre; no retirará sus palabras. Se levantará contra la casa de los malhechores y contra la ayuda de los que obran iniquidad.

Los egipcios son hombres, no dioses. Sus caballos son carne, no espíritu. De manera que cuando Jehovah extienda su mano, tropezará el que da la ayuda, y caerá el que la recibe. Todos ellos serán exterminados juntos.

Porque así me ha dicho Jehovah: “Como el león o el cachorro de león ruge sobre la presa, y cuando se reúne contra él un grupo completo de pastores, no temerá de sus voces ni se agachará ante el tumulto de ellos. Así descenderá Jehovah de los Ejércitos para luchar sobre el monte Sion y sobre su colina.

Como los pájaros que revolotean, así defenderá Jehovah de los Ejércitos a Jerusalén. La defenderá y la auxiliará, la preservará y la rescatará.”

¡Volved, oh hijos de Israel, a aquel contra quien os habéis rebelado de manera tan radical!

Porque en aquel día el hombre repudiará sus ídolos de plata y sus ídolos de oro que para vosotros han hecho vuestras manos pecadoras.

Entonces Asiria caerá a espada, pero no de hombre. Lo consumirá la espada, pero no de ser humano. El huirá de la presencia de la espada, y sus jóvenes serán sometidos a trabajo forzado.

Su fortaleza se desvanecerá a causa del terror; y sus dirigentes tendrán pavor a causa de la bandera, dice Jehovah, quien tiene su fuego en Sion y su horno en Jerusalén.

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