Segundo Libro de Samuel

Sublevación de Seba

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Segundo Libro de Samuel > Sublevación de Seba (10:20:1 - 10:20:22)

Ocurrió que se hallaba allí un hombre perverso que se llamaba Seba hijo de Bicri, de Benjamín. Este tocó la corneta y dijo: —¡Nosotros no tenemos parte en David ni heredad en el hijo de Isaí! ¡Cada uno a su morada, oh Israel!

Así todos los hombres de Israel abandonaron a David y siguieron a Seba hijo de Bicri. Pero los hombres de Judá siguieron fielmente a su rey, desde el Jordán hasta Jerusalén.

Cuando David llegó a su palacio en Jerusalén, tomó a las diez mujeres concubinas que había dejado para guardar el palacio, y las recluyó en una casa. El las sustentó, pero nunca más se unió a ellas, sino que quedaron recluidas, viviendo como viudas hasta el día de su muerte.

Después el rey dijo a Amasa: —Convócame a los hombres de Judá para dentro de tres días, y tú preséntate también aquí.

Amasa fue a convocar a Judá, pero se retrasó más del tiempo que le había sido señalado.

Entonces dijo David a Abisai: —Seba hijo de Bicri nos hará ahora más daño que Absalón. Toma tú a los servidores de tu señor y persíguelo, no sea que halle para sí ciudades fortificadas y se nos pierda de vista.

En pos de Abisai salieron los hombres de Joab, los quereteos, los peleteos y todos los valientes. Salieron de Jerusalén para perseguir a Seba hijo de Bicri.

Y cuando estaban cerca de la gran piedra que está en Gabaón, Amasa vino ante ellos. Joab estaba vestido con su uniforme militar y encima llevaba un cinturón y una espada sujeta en su vaina, la cual se le cayó cuando él avanzó.

Joab dijo a Amasa: —¿Te va bien, hermano mío? Y tomó con la mano derecha la barba de Amasa para besarlo.

Como Amasa no se cuidó de la espada que Joab tenía en la mano, éste le hirió con ella en el vientre y derramó sus entrañas por tierra. Cayó muerto, sin necesidad de un segundo golpe. Después Joab y su hermano Abisai continuaron persiguiendo a Seba hijo de Bicri.

Luego uno de los hombres de Joab se puso de pie junto a Amasa, y dijo: —¡Cualquiera que esté a favor de Joab y a favor de David, que siga a Joab!

Mientras tanto, Amasa yacía revolcándose en su sangre en medio del camino, y todo el que pasaba se detenía junto a él al verle. Y viendo aquel hombre que todo el pueblo se detenía, apartó a Amasa del camino al campo, y echó sobre él una manta.

Luego que fue apartado del camino, siguieron adelante todos los hombres tras Joab para perseguir a Seba hijo de Bicri.

Seba había pasado por todas las tribus de Israel hasta Abel-bet-maaca, y todos los de Barim se congregaron y lo siguieron también.

Entonces llegaron y le sitiaron en Abel-bet-maaca, y construyeron un terraplén contra la ciudad, el cual se apoyaba sobre la muralla exterior. Y toda la gente que estaba con Joab golpeaba el muro para derribarlo.

Entonces una mujer sabia dio voces desde la ciudad: —¡Escuchad! ¡Escuchad! Por favor, decid a Joab: “Acércate acá para que yo hable contigo.”

Cuando él se acercó a ella, la mujer preguntó: —¿Eres tú Joab? El respondió: —Sí, yo soy. Ella le dijo: —Escucha las palabras de tu sierva. El respondió: —Yo escucho.

Entonces ella volvió a hablar y dijo: —Antiguamente se solía decir: “El que consulte, que consulte en Abel.” Y así se concluía todo asunto.

Yo soy una de las pacíficas y fieles de Israel, y tú procuras arrasar una ciudad que es madre en Israel. ¿Por qué devorarás la heredad de Jehovah?

Joab respondió diciendo: —¡Lejos, lejos esté de mí que yo devore o destruya!

No es así el asunto; sino que un hombre de la región montañosa de Efraín, que se llama Seba hijo de Bicri, ha levantado su mano contra el rey, contra David. Entregad sólo a él, y me iré de la ciudad. La mujer dijo a Joab: —He aquí que su cabeza te será arrojada de detrás del muro.

La mujer fue a todo el pueblo con su sabiduría, y ellos cortaron la cabeza a Seba hijo de Bicri y se la arrojaron a Joab. Este tocó la corneta, y se retiraron de la ciudad, cada uno a su morada. Y Joab regresó al rey en Jerusalén.

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Oficiales de David

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Segundo Libro de Samuel > Oficiales de David (10:20:23 - 10:20:26)

Joab estaba al mando de todo el ejército de Israel. Benaías hijo de Joyada estaba al mando de los quereteos y de los peleteos.

Adoniram estaba a cargo del tributo laboral. Josafat hijo de Ajilud era el cronista.

Seva era el escriba. Sadoc y Abiatar eran los sacerdotes.

También Ira el jaireo era sacerdote de David.

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Venganza de los gabaonitas

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Segundo Libro de Samuel > Venganza de los gabaonitas (10:21:1 - 10:21:14)

Aconteció en los días de David que hubo hambre durante tres años consecutivos. David buscó el rostro de Jehovah, y Jehovah le dijo: —Es por causa de Saúl y su casa sanguinaria, porque él dio muerte a los gabaonitas.

Entonces el rey llamó a los gabaonitas y les habló. Los gabaonitas no eran de los hijos de Israel, sino del remanente de los amorreos, a los cuales los hijos de Israel habían hecho juramento. Pero debido a su celo por los hijos de Israel y de Judá, Saúl había procurado matarlos.

David preguntó a los gabaonitas: —¿Qué haré por vosotros y con qué haré compensación, para que bendigáis la heredad de Jehovah?

Los gabaonitas le respondieron: —No tenemos pleito sobre plata ni oro con Saúl ni con su casa. Tampoco queremos que muera nadie en Israel. El les dijo: —Haré por vosotros lo que digáis.

Ellos respondieron al rey: —De aquel hombre que nos destruyó y maquinó contra nosotros para exterminarnos, sin dejar nada de nosotros en todo el territorio de Israel,

que nos den siete hombres de sus descendientes para que los ahorquemos delante de Jehovah en Gabaa de Saúl, el escogido de Jehovah. El rey dijo: —Os los daré.

El rey perdonó la vida a Mefiboset hijo de Jonatán, hijo de Saúl, por el juramento de Jehovah que había entre ellos, entre David y Jonatán hijo de Saúl.

Pero tomó a dos hijos de Rizpa hija de Ayías, que ella había dado a luz a Saúl, a saber: Armoni y Mefiboset. También tomó a cinco hijos de Merab hija de Saúl, que ella había dado a luz a Adriel hijo de Barzilai el mejolatita.

Los entregó en mano de los gabaonitas, y ellos los ahorcaron en el monte delante de Jehovah; y murieron los siete juntos. Ellos fueron muertos en los primeros días de la siega, al comienzo de la siega de la cebada.

Y Rizpa hija de Ayías tomó una manta de cilicio y se la tendió sobre una roca, desde el principio de la siega hasta que empezó a llover sobre ellos agua del cielo, sin dejar que ningún ave del cielo se posase sobre ellos de día, ni los animales del campo de noche.

Informaron a David de lo que hacía Rizpa hija de Ayías, concubina de Saúl;

y David fue y tomó los restos de Saúl y los restos de su hijo Jonatán, de los señores de Jabes, en Galaad, quienes los habían tomado secretamente de la plaza de Bet-seán, donde los filisteos los habían colgado el día que éstos derrotaron a Saúl en Gilboa.

Hizo traer de allá los restos de Saúl y los restos de su hijo Jonatán, y recogieron los restos de los ahorcados.

Luego sepultaron los restos de Saúl y los de su hijo Jonatán en territorio de Benjamín, en Zela, en el sepulcro de su padre Quis; e hicieron todo lo que el rey había mandado. Y después de esto, Dios atendió las súplicas con respecto a la tierra.

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Abisai libra a David del gigante

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Segundo Libro de Samuel > Abisai libra a David del gigante (10:21:15 - 10:21:17)

Aconteció que hubo otra batalla de los filisteos contra Israel. David descendió con sus servidores y combatieron contra los filisteos, y David quedó extenuado.

Entonces Isbi-benob, uno de los descendientes de Harafa, cuya lanza pesaba 300 siclos de bronce, ceñido con una espada nueva, trató de matar a David.

Pero Abisai, hijo de Sarvia, le socorrió, hirió al filisteo y lo mató. Entonces los hombres de David le juraron diciendo: “No saldrás más con nosotros a la batalla, no sea que apagues la lámpara de Israel.”

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Los hombres de David matan a los gigantes

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Segundo Libro de Samuel > Los hombres de David matan a los gigantes (10:21:18 - 10:21:2)

Aconteció después de esto que hubo otra batalla contra los filisteos en Gob. Entonces Sibecai, de Husa, mató a Saf, uno de los descendientes de Harafa.

Hubo otra batalla contra los filisteos en Gob. Entonces Eljanán hijo de Jaare-oreguim, de Belén, mató a Goliat el geteo, el asta de cuya lanza era como un rodillo de telar.

Y hubo otra batalla en Gat, donde había un hombre de gran estatura, el cual tenía seis dedos en cada mano y seis dedos en cada pie, veinticuatro en total. El también era un descendiente de Harafa.

El desafió a Israel, pero lo mató Jonatán hijo de Simea, hermano de David.

Estos cuatro eran descendientes de Harafa en Gat, y cayeron por mano de David y por mano de sus servidores.

Samuel 22

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