Segundo Libro de Reyes

Jehú es ungido rey de Israel

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Segundo Libro de Reyes > Jehú es ungido rey de Israel (12:9:1 - 12:9:13)

Entonces el profeta Eliseo llamó a uno de los hijos de los profetas y le dijo: —Cíñete los lomos, toma este frasco de aceite en tu mano, y vé a Ramot de Galaad.

Cuando llegues allá, verás allí a Jehú hijo de Josafat, hijo de Nimsi. Entra, haz que se levante de entre sus compañeros y llévalo a una habitación interior.

Luego toma el frasco de aceite y derrámalo sobre su cabeza diciendo: “Así ha dicho Jehovah: Yo te he ungido rey de Israel.” Luego abre la puerta y escápate. ¡No esperes!

Aquel joven, el criado del profeta, fue a Ramot de Galaad.

Entonces entró, y he aquí que los jefes del ejército estaban sentados. Y dijo: —Jefe, tengo un mensaje para ti. Jehú preguntó: —¿Para cuál de todos nosotros? Y él respondió: —Para ti, jefe.

Jehú se levantó y entró en la casa, y el joven derramó el aceite sobre su cabeza y le dijo: —Así ha dicho Jehovah Dios de Israel: “Yo te he ungido rey del pueblo de Jehovah, de Israel.

Tú herirás a los de la casa de Acab, tu señor, para que yo vengue la sangre de mis siervos los profetas y la sangre de todos los siervos de Jehovah derramada por mano de Jezabel.

Toda la casa de Acab perecerá; exterminaré a todo varón de Acab en Israel, tanto a los esclavos como a los libres.

Yo haré a su casa como a la casa de Jeroboam hijo de Nabat y a la casa de Baasa hijo de Ajías.

Y a Jezabel la comerán los perros en la parcela de Jezreel. No habrá quien le dé sepultura.” En seguida abrió la puerta y huyó.

Después Jehú salió a donde estaban los servidores de su señor, y le preguntaron: —¿Todo va bien? ¿Para qué vino a ti ese loco? Y él les dijo: —Vosotros conocéis a ese hombre y sus palabras.

Ellos dijeron: —¡Mentira! ¡Decláranoslo, por favor! Y él dijo: —Así y así me habló diciendo: “Así ha dicho Jehovah: Yo te he ungido rey de Israel.”

Entonces tomaron rápidamente cada uno su manto y lo tendieron debajo de Jehú sobre las gradas desnudas. Luego tocaron la corneta y proclamaron: —¡Jehú reina!

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Jehú mata a Joram

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Segundo Libro de Reyes > Jehú mata a Joram (12:9:14 - 12:9:26)

Así conspiró Jehú hijo de Josafat, hijo de Nimsi, contra Joram. Joram había estado guardando Ramot de Galaad con todo Israel, por causa de Hazael, rey de Siria.

Pero el rey Joram había regresado a Jezreel para curarse de las heridas que le habían ocasionado los sirios cuando combatía contra Hazael, rey de Siria. Entonces Jehú dijo: —Si es vuestro deseo, que nadie se escape de la ciudad para ir a dar las noticias en Jezreel.

Luego Jehú mismo cabalgó y fue a Jezreel, porque Joram estaba allí, en cama. También Ocozías, rey de Judá, había descendido para ver a Joram.

Entonces el centinela que estaba apostado en la torre de Jezreel vio al grupo de gente de Jehú que venía, y dijo: —¡Veo un grupo de gente! Joram dijo: —Toma un jinete y envíalo a su encuentro, y que les pregunte: “¿Hay paz?”

Fue el jinete a caballo a su encuentro, y le dijo: —Así ha dicho el rey: “¿Hay paz?” Y Jehú respondió: —¿Qué te importa a ti la paz? ¡Vuélvete conmigo! Entonces el centinela informó diciendo: —¡El mensajero llegó hasta ellos, pero no regresa!

Envió otro jinete a caballo, el cual llegó hasta ellos y dijo: —Así ha dicho el rey: “¿Hay paz?” Y Jehú respondió: —¿Qué te importa a ti la paz? ¡Vuélvete conmigo!

También el centinela informó diciendo: —¡Ese llegó hasta ellos, pero no regresa! Y la manera de conducir del que viene es como la de Jehú hijo de Nimsi, porque conduce como un loco.

Entonces Joram dijo: —¡Unce el carro! Cuando unció su carro, Joram rey de Israel y Ocozías rey de Judá, cada uno en su carro, salieron al encuentro de Jehú, y lo encontraron en la parcela de Nabot de Jezreel.

Y cuando Joram vio a Jehú, le preguntó: —¿Hay paz, Jehú? Y él respondió: —¿Cómo va a haber paz, mientras continúen las fornicaciones y las muchas hechicerías de tu madre Jezabel?

Entonces Joram, volviendo las riendas, huyó diciendo a Ocozías: —¡Traición, Ocozías!

Pero Jehú puso la flecha en su arco e hirió a Joram por la espalda. La flecha le atravesó el corazón, y él cayó sobre sus rodillas en su carro.

Luego Jehú dijo a Bidcar, uno de sus comandantes: —¡Tómalo y arrójalo en la parcela del campo de Nabot de Jezreel! Acuérdate que cuando tú y yo íbamos juntos cabalgando detrás de su padre Acab, Jehovah pronunció contra él esta sentencia:

“Ciertamente vi ayer la sangre de Nabot y la sangre de sus hijos, dice Jehovah. Y tengo que darte la retribución en esta parcela, dice Jehovah.” Ahora pues, tómalo y arrójalo en la parcela, conforme a la palabra de Jehovah.

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Jehú mata a Ocozías

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Segundo Libro de Reyes > Jehú mata a Ocozías (12:9:27 - 12:9:29)

Al ver esto Ocozías, rey de Judá, huyó por el camino de Bet-hagan, y Jehú lo persiguió diciendo: —¡Matad también a ése! Y le hirieron en el carro en la cuesta de Gur, junto a Ibleam; pero huyó a Meguido, donde murió.

Entonces sus servidores le llevaron a Jerusalén en un carro, y le dieron sepultura con sus padres en su sepulcro en la Ciudad de David.

En el año 11 de Joram hijo de Acab había comenzado a reinar Ocozías sobre Judá.

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Muerte de Jezabel

Imagen Muerte de Jezabel 1

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Segundo Libro de Reyes > Muerte de Jezabel (12:9:30 - 12:9:37)

Jehú fue después a Jezreel. Y cuando lo oyó Jezabel, se pintó los ojos, arregló su cabello y miró por la ventana.

Cuando Jehú entraba por la puerta de la ciudad, ella dijo: —¿Cómo le va a Zimri, asesino de su señor?

Jehú levantó la cara hacia la ventana y dijo: —¿Quién está conmigo? ¿Quién? Miraron hacia él dos o tres funcionarios,

y él les dijo: —¡Echadla abajo! La echaron, y parte de su sangre salpicó la pared y los caballos, los cuales la atropellaron.

Luego entró, y después que comió y bebió, dijo: —Ocupaos de esa maldita y sepultadla, pues es hija de rey.

Pero cuando fueron para sepultarla, no hallaron de ella más que el cráneo, los pies y las palmas de las manos.

Volvieron y se lo informaron. Y él dijo: —¡Esta es la palabra que Jehovah habló por medio de su siervo Elías el tisbita, diciendo: “En la parcela de Jezreel, los perros comerán la carne de Jezabel;

y el cadáver de Jezabel será como estiércol sobre la superficie del campo en la parcela de Jezreel, de modo que nadie pueda decir: Esta es Jezabel.”

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Jehú extermina la casa de Acab

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Segundo Libro de Reyes > Jehú extermina la casa de Acab (12:10:1 - 12:10:17)

Acab tenía setenta hijos en Samaria. Y Jehú escribió cartas y las envió a Samaria a los principales de la ciudad, a los ancianos y a los tutores de los hijos de Acab, diciendo:

Ahora, cuando esta carta llegue a vosotros, puesto que tenéis con vosotros a los hijos de vuestro señor, y tenéis con vosotros los carros, los caballos, una ciudad fortificada y las armas,

mirad cuál es el mejor y más apto de los hijos de vuestro señor, y ponedlo en el trono de su padre, y combatid por la casa de vuestro señor.

Pero ellos tuvieron mucho temor y se dijeron: “He aquí que dos reyes no pudieron resistirle; ¿cómo podremos resistir nosotros?”

Entonces el administrador del palacio, el alcalde de la ciudad, los ancianos y los tutores enviaron a decir a Jehú: “Nosotros somos tus siervos y haremos todo lo que nos digas. No pondremos a ninguno como rey; haz lo que te parezca bien.”

Entonces les escribió una segunda carta diciendo: Si estáis de mi parte y obedecéis mi voz, tomad las cabezas de los hijos varones de vuestro señor y venid a mí mañana a estas horas, a Jezreel. Los hijos del rey, setenta hijos varones, estaban allí con los principales de la ciudad que los criaban.

Y sucedió que cuando les llegó la carta, tomaron a los hijos del rey y degollaron a los setenta hijos varones. Luego pusieron sus cabezas en canastas y las enviaron a Jehú, a Jezreel.

Entonces llegó el mensajero y le informó diciendo: —Han traído las cabezas de los hijos del rey. Y él dijo: —Ponedlas en dos montones a la entrada de la puerta de la ciudad, hasta mañana.

Cuando llegó la mañana, Jehú salió, se puso de pie y dijo a todo el pueblo: —Vosotros sois inocentes. He aquí, yo soy el que ha conspirado contra mi señor y lo he matado. Pero, ¿quién ha matado a todos éstos?

Sabed, por tanto, que de la palabra de Jehovah, de lo que ha hablado Jehovah contra la casa de Acab, nada caerá a tierra; y que Jehovah ha hecho lo que había dicho por medio de su siervo Elías.

Así Jehú mató a todos los que habían quedado de la casa de Acab en Jezreel, a todos sus principales, a sus amigos íntimos y a sus sacerdotes, hasta no dejarle ningún sobreviviente.

Jehú partió y se dirigió a Samaria, y en el camino llegó a Bet-equed de los pastores.

Y Jehú encontró allí a los hermanos de Ocozías, rey de Judá, y les preguntó: —¿Quiénes sois vosotros? Ellos respondieron: —Somos hermanos de Ocozías y hemos descendido para saludar a los hijos del rey y a los hijos de la reina madre.

Entonces él dijo: —¡Prendedlos vivos! Y después que los prendieron vivos, degollaron junto al pozo de Bet-equed a cuarenta y dos hombres, sin dejar con vida a ninguno de ellos.

Jehú partió de allí y encontró a Jonadab hijo de Recab, que venía a su encuentro. Y después de saludarle, le preguntó: —¿Es recto tu corazón, como mi corazón es recto con tu corazón? Jonadab respondió: —Sí, lo es. Entonces Jehú dijo: —Si lo es, ¡dame la mano! Y le dio la mano. Luego le hizo subir con él al carro,

y dijo: —Ven conmigo y verás mi celo por Jehovah. Y le hizo subir a su carro.

Entonces, cuando Jehú llegó a Samaria, mató a todos los de Acab que habían quedado allí, hasta exterminarlos, conforme a la palabra que Jehovah había hablado a Elías.

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