Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Segundo Libro de Crónicas > Sisac invade Judá (14:12:1 - 14:13:22)
Cuando se consolidó y se fortaleció el reino de Roboam, éste abandonó la ley de Jehovah, y todo Israel con él.
Y sucedió que en el quinto año del rey Roboam, por cuanto se habían rebelado contra Jehovah, subió Sisac, rey de Egipto, contra Jerusalén,
con 1.200 carros, 60.000 jinetes y gente innumerable que venía con él de Egipto: libios, suquienos y etíopes.
Tomó las ciudades fortificadas de Judá y llegó hasta Jerusalén.
Entonces el profeta Semaías fue a Roboam y a los gobernadores de Judá, que estaban reunidos en Jerusalén por causa de Sisac, y les dijo: —Así ha dicho Jehovah: “Vosotros me habéis abandonado; por tanto, yo también os he abandonado en mano de Sisac.”
Los jefes de Israel y el rey se humillaron y dijeron: —Justo es Jehovah.
Cuando Jehovah vio que se habían humillado, vino la palabra de Jehovah a Semaías, diciendo: —Se han humillado; no los destruiré. Les daré alguna liberación, y mi ira no se derramará sobre Jerusalén por medio de Sisac.
No obstante, serán sus siervos, para que sepan distinguir entre servirme a mí y servir a los reinos de otras tierras.
Entonces Sisac, rey de Egipto, subió contra Jerusalén y tomó los tesoros de la casa de Jehovah y los tesoros de la casa del rey; todo lo tomó. También tomó los escudos de oro que había hecho Salomón.
En lugar de ellos, el rey Roboam hizo escudos de bronce y los entregó a la custodia de los jefes de la escolta, que guardaban la entrada de la casa del rey.
Y sucedía que cuantas veces el rey entraba en la casa de Jehovah, los de la escolta venían y los llevaban, y después los volvían a poner en la cámara de los de la escolta.
Como Roboam se había humillado, la ira de Jehovah se apartó de él para no destruirlo del todo. Además, en Judá las cosas marchaban bien.
El rey Roboam se hizo fuerte en Jerusalén y reinó. Roboam tenía 41 años cuando comenzó a reinar, y reinó 17 años en Jerusalén, la ciudad que Jehovah había elegido de entre todas las tribus de Israel para poner allí su nombre. El nombre de su madre era Naama la amonita.
Roboam hizo lo malo, porque no dispuso su corazón para buscar a Jehovah.
Los hechos de Roboam, los primeros y los últimos, ¿no están escritos en las crónicas del profeta Semaías y del vidente Ido acerca del registro familiar? Hubo guerra constante entre Roboam y Jeroboam.
Roboam reposó con sus padres y fue sepultado en la Ciudad de David. Y su hijo Abías reinó en su lugar.
En el año 18 del rey Jeroboam comenzó a reinar Abías sobre Judá,
y reinó tres años en Jerusalén. El nombre de su madre era Maaca hija de Uriel, de Gabaa. Hubo guerra entre Abías y Jeroboam.
Abías dispuso la batalla con un ejército de 400.000 hombres de guerra escogidos. Jeroboam preparó la batalla contra él con 800.000 hombres escogidos y valientes.
Abías se levantó sobre el monte Zemaraim, que está en la región montañosa de Efraín, y dijo: “Oídme, Jeroboam y todo Israel:
¿No sabéis vosotros que Jehovah Dios de Israel dio a David el reinado sobre Israel para siempre, a él y a sus hijos, mediante un pacto de sal?
Pero Jeroboam hijo de Nabat, servidor de Salomón hijo de David, se levantó y se rebeló contra su señor.
Con él se agruparon hombres ociosos y perversos, que pudieron más que Roboam hijo de Salomón, pues Roboam era joven e inmaduro de corazón, y no se mantuvo fuerte ante ellos.
Y ahora vosotros tratáis de resistir al reinado de Jehovah que está en manos de los hijos de David, porque sois muchos y tenéis con vosotros los becerros de oro que Jeroboam os hizo como dioses.
¿No habéis excluido a los sacerdotes de Jehovah, los hijos de Aarón, y a los levitas, y os habéis hecho sacerdotes a la manera de los pueblos de otras tierras? Cualquiera que venga a consagrarse con un becerro y siete carneros se convierte en sacerdote de lo que no es Dios.
Pero en cuanto a nosotros, Jehovah es nuestro Dios, y no le hemos abandonado. Los sacerdotes que sirven a Jehovah son los hijos de Aarón, y los levitas están en la obra.
Ellos ofrecen a Jehovah los holocaustos cada mañana y cada tarde, queman el incienso aromático, hacen la presentación del pan sobre la mesa limpia y encienden el candelabro de oro con sus lámparas, para que ardan cada noche. Nosotros guardamos la ordenanza de Jehovah nuestro Dios, pero vosotros le habéis abandonado.
He aquí que Dios está con nosotros, a la cabeza, y sus sacerdotes tienen las trompetas de estrépito para tocar contra vosotros. ¡Oh hijos de Israel, no luchéis contra Jehovah, Dios de vuestros padres; porque no os irá bien!”
Pero Jeroboam puso una emboscada a fin de alcanzarlos por la retaguardia, de manera que estaban frente a Judá, pero tenían la emboscada a espaldas de ellos.
Judá se volvió, y he aquí que tenían la batalla por delante y por detrás. Entonces clamaron a Jehovah, y los sacerdotes tocaron las trompetas.
Los hombres de Judá gritaron con estruendo; y sucedió que mientras gritaban los hombres de Judá, Dios desbarató a Jeroboam y a todo Israel delante de Abías y de Judá.
Los hijos de Israel huyeron delante de Judá, y Dios los entregó en su mano.
Abías y su gente les ocasionaron una gran derrota, y de Israel cayeron muertos 500.000 hombres escogidos.
Así fueron humillados los hijos de Israel en aquel tiempo, pero los hijos de Judá se hicieron fuertes, porque se apoyaban en Jehovah, Dios de sus padres.
Abías persiguió a Jeroboam y le tomó las ciudades de Betel con sus aldeas, Jesana con sus aldeas y Efrón con sus aldeas.
Jeroboam no recuperó su poderío en los días de Abías. Después Jehovah lo hirió, y murió.
Pero Abías se hizo fuerte. Tomó para sí catorce mujeres, y engendró veintidós hijos y dieciséis hijas.
Los demás hechos de Abías, sus caminos y sus palabras están escritos en la historia del profeta Ido.