Libros Históricos

David captura a Rabá

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Primer Libro de Crónicas > David captura a Rabá (13:20:1 - 13:20:3)

Aconteció al año siguiente, en el tiempo en que los reyes suelen salir a la guerra, que Joab condujo las fuerzas del ejército, destruyó la tierra de los hijos de Amón y fue a sitiar Rabá. Pero David se había quedado en Jerusalén. Joab atacó Rabá, y la destruyó.

Entonces David tomó la corona de la cabeza de su rey, y halló que pesaba un talento de oro y tenía piedras preciosas. Y fue puesta sobre la cabeza de David. También sacó mucho botín de la ciudad.

A la gente que estaba en ella la sacó y la puso a trabajar con sierras, trillos de hierro y hachas. Lo mismo hizo David con todas las ciudades de los hijos de Amón. Luego David regresó con todo el pueblo a Jerusalén.

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Los hombres de David matan a los gigantes

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Primer Libro de Crónicas > Los hombres de David matan a los gigantes (13:20:4 - 13:20:8)

Aconteció después de esto que hubo en Gezer otra batalla contra los filisteos. Entonces Sibecai, de Husa, mató a Sipai, uno de los descendientes de los refaítas. Y ellos fueron sometidos.

Hubo otra batalla contra los filisteos. Entonces Eljanán hijo de Jaír mató a Lajmi, hermano de Goliat el geteo, el asta de cuya lanza era como un rodillo de telar.

Y hubo otra batalla en Gat, donde había un hombre de gran estatura, el cual tenía seis dedos en cada mano y seis dedos en cada pie, veinticuatro en total. El también era un descendiente de Harafa.

El desafió a Israel, pero lo mató Jonatán hijo de Simea, hermano de David.

Estos eran descendientes de Harafa en Gat, y cayeron por mano de David y por mano de sus servidores.

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David censa al pueblo

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Primer Libro de Crónicas > David censa al pueblo (13:21:1 - 13:6:30)

Satanás se levantó contra Israel e incitó a David a que hiciese un censo de Israel.

David dijo a Joab y a los jefes del ejército: —Id, contad a los de Israel desde Beerseba hasta Dan, y traedme el número de ellos para que yo lo sepa.

Pero Joab respondió: —¡Que Jehovah añada a su pueblo cien veces más! Oh rey y señor mío, ¿no son todos siervos de mi señor? ¿Para qué procura mi señor hacer esto? ¿Por qué ha de ser motivo de culpabilidad para Israel?

Pero la palabra del rey prevaleció contra Joab. Entonces salió Joab y recorrió todo Israel, y regresó a Jerusalén. Luego Joab dio a David el resultado del censo del pueblo:

Todos los hombres de Israel que sacaban espada eran 1.100.000. (Los hombres de Judá que sacaban espada eran 470.000.)

Joab no incluyó entre éstos a los levitas ni a los hijos de Benjamín, porque el mandato del rey era detestable a Joab.

Este mandato también era malo a los ojos de Dios, quien hirió a Israel.

Y David dijo a Dios: —He pecado gravemente al haber hecho esto. Pero ahora, quita, por favor, el pecado de tu siervo, porque he actuado muy neciamente.

Entonces Jehovah habló a Gad, vidente de David, diciendo:

—Vé y di a David que así ha dicho Jehovah: “Tres cosas te propongo; escoge para ti una de ellas, y yo te la haré.”

Entonces Gad fue a David y le dijo: —Así ha dicho Jehovah:

“Elige para ti tres años de hambre; o ser derrotado durante tres meses ante tus adversarios y que la espada de tus enemigos te alcance; o tres días la espada de Jehovah, es decir, que haya epidemia en el país y el ángel de Jehovah cause destrucción en todo el territorio de Israel.” Ahora pues, mira qué he de responder al que me ha enviado.

Entonces David dijo a Gad: —Estoy muy angustiado. Por favor, caiga yo en mano de Jehovah, porque grande en extremo es su misericordia. Y no caiga yo en mano de los hombres.

Así que Jehovah envió una epidemia a Israel, y cayeron 70.000 hombres de Israel.

Dios envió un ángel a Jerusalén para destruirla. Pero cuando iba a destruirla, Jehovah miró y cambió de parecer acerca de aquel mal. Y dijo al ángel que destruía: —¡Basta ya! ¡Detén tu mano! El ángel de Jehovah estaba junto a la era de Ornán el jebuseo.

Jóaj su hijo, Ido su hijo, Zéraj su hijo, Jeatrai su hijo.

Los hijos de Cohat: Aminadab su hijo, Coré su hijo, Asir su hijo,

Elcana su hijo, Ebiasaf su hijo, Asir su hijo.

Tajat su hijo, Uriel su hijo, Uzías su hijo, Saúl su hijo.

Los hijos de Elcana fueron Amasai y Ajimot;

Elcana su hijo, Zofai su hijo, Najat su hijo,

Eliab su hijo, Jerojam su hijo, Elcana su hijo.

Los hijos de Samuel fueron Joel el primogénito y Abías el segundo.

Los hijos de Merari fueron Majli, Libni su hijo, Simei su hijo, Uza su hijo,

Simea su hijo, Haguías su hijo, Asaías su hijo.

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El lugar para el templo

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Primer Libro de Crónicas > El lugar para el templo (13:21:28 - 13:22:1)

En aquel tiempo, al ver David que Jehovah le había oído en la era de Ornán el jebuseo, ofreció sacrificios allí.

Por aquel entonces, el tabernáculo de Jehovah que Moisés había hecho en el desierto y el altar del holocausto estaban en el lugar alto de Gabaón.

David no pudo ir delante de él para consultar a Dios, porque estaba espantado a causa de la espada del ángel de Jehovah.

Entonces David dijo: “Aquí estará la casa de Jehovah Dios, y aquí estará el altar del holocausto para Israel.”

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Preparativos para el templo

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Primer Libro de Crónicas > Preparativos para el templo (13:22:2 - 13:22:19)

Después David mandó que se reuniesen los extranjeros que habitaban en la tierra de Israel, y designó canteros que labrasen piedras para edificar la casa de Dios.

También preparó David una gran cantidad de hierro para los clavos de las hojas de las puertas y para las junturas, y bronce en tal cantidad que no se podía pesar. La madera de cedro era incalculable,

porque los sidonios y los tirios habían llevado a David gran cantidad de madera de cedro.

Entonces dijo David: “Mi hijo Salomón es joven e inmaduro, y la casa que se ha de edificar a Jehovah ha de ser grande y sublime, para renombre y gloria en todos los países. Yo, pues, haré los preparativos para él.” Y antes de su muerte David hizo muchísimos preparativos.

Entonces David llamó a su hijo Salomón y le mandó que edificase una casa a Jehovah Dios de Israel.

David dijo a Salomón: “Hijo mío, he tenido en mi corazón el anhelo de edificar una casa al nombre de Jehovah mi Dios;

pero vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo: Tú has derramado mucha sangre y has llevado a cabo grandes guerras. No edificarás una casa a mi nombre, porque has derramado delante de mí mucha sangre en la tierra.

Pero he aquí, te nacerá un hijo que será un hombre pacífico, y yo le daré reposo de todos sus enemigos de alrededor. Ciertamente su nombre será Salomón, y en sus días yo daré paz y tranquilidad a Israel.

El edificará una casa a mi nombre. El será para mí, hijo; y yo seré para él, padre. Y afirmaré el trono de su reino sobre Israel para siempre.

“Ahora pues, hijo mío, Jehovah sea contigo. Sé prosperado y edifica la casa de Jehovah tu Dios, como él ha hablado de ti.

Que Jehovah te dé inteligencia y entendimiento, para que cuando te comisione sobre Israel guardes la ley de Jehovah tu Dios.

Entonces serás prosperado, si cuidas de poner por obra las leyes y los decretos que Jehovah mandó a Moisés para Israel. Esfuérzate, pues, y sé valiente. ¡No temas ni desmayes!

He aquí que con grandes esfuerzos he provisto para la casa de Jehovah 100.000 talentos de oro y 1.000.000 de talentos de plata. El bronce y el hierro no pueden ser calculados por su cantidad. También he preparado madera y piedra, a lo cual tú añadirás.

Tienes contigo muchos obreros: canteros, albañiles, carpinteros y hombres expertos en toda obra.

El oro, la plata, el bronce y el hierro son incalculables. ¡Levántate y actúa! Y que Jehovah sea contigo.”

Asimismo, David mandó a todos los principales de Israel que diesen ayuda a su hijo Salomón. Y dijo:

“¿No está con vosotros Jehovah vuestro Dios? ¿No os ha dado paz por todas partes? Ciertamente él ha entregado en mi mano a los habitantes del país, y la tierra ha sido sometida delante de Jehovah y delante de su pueblo.

Dedicad, pues, vuestro corazón y vuestra alma a buscar a Jehovah vuestro Dios. Levantaos y edificad el santuario de Jehovah Dios, para traer el arca del pacto de Jehovah y los utensilios sagrados de Dios a la casa que ha de ser edificada al nombre de Jehovah.”

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