Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Lucas > Anuncio del nacimiento de Juan (42:1:5 - 42:1:25)
En los días de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías. Su esposa era de las hijas de Aarón y se llamaba Elisabet.
Ambos eran justos delante de Dios y vivían irreprensiblemente en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor.
No tenían hijo, porque Elisabet era estéril, y ambos eran de edad avanzada.
Aconteció que, cuando Zacarías ejercía el sacerdocio delante de Dios, en el turno de su clase,
conforme a la costumbre del sacerdocio, le tocó por sorteo entrar en el templo del Señor para quemar el incienso.
Toda la multitud del pueblo estaba fuera, orando a la hora del incienso.
Entonces el ángel del Señor se le apareció, puesto de pie a la derecha del altar del incienso.
Zacarías se turbó cuando le vio, y el temor se apoderó de él.
Pero el ángel le dijo: —¡No temas, Zacarías! Porque tu oración ha sido atendida. Tu esposa Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan.
Tendrás gozo y alegría, y muchos se gozarán de su nacimiento,
porque él será grande delante del Señor. Nunca beberá vino ni licor, y será lleno del Espíritu Santo aun desde el vientre de su madre.
Y hará que muchos de los hijos de Israel vuelvan al Señor su Dios.
El mismo irá delante del Señor con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos y los desobedientes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo apercibido.
Y Zacarías dijo al ángel: —¿Cómo podré estar seguro de esto? Pues yo soy viejo, y mi esposa es de edad avanzada.
Respondió el ángel y le dijo: —Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte estas buenas nuevas.
He aquí, quedarás mudo e incapaz de hablar hasta el día en que se realice esto, por cuanto no has creído a mis palabras, las cuales se cumplirán a su debido tiempo.
El pueblo estaba esperando a Zacarías, y se extrañaba de que él pasara tanto tiempo en el templo.
Cuando salió, no les podía hablar; y se dieron cuenta de que había visto una visión en el templo. El se comunicaba con ellos por señas y quedaba mudo.
Sucedió que, cuando se cumplieron los días de este ministerio, él se fue a su casa.
Y después de aquellos días su mujer Elisabet concibió y se recluyó por cinco meses, diciendo:
—Así ha hecho conmigo el Señor en los días en que se dignó mirarme para quitar mi afrenta entre los hombres.
2,982 visitas
12-07-2012 a las 1:08
Hoy por hoy. DIOS es el mismo. Asi como le sucedio a SACARIAS, nos puede pasar a cualquiera de nosotros, por dudar de sus capacidades. el SEÑOR demustra su poder de muchas maneras, solo tenemos que creer en EL y punto, tampoco EL se glorifica en cosas fàciles, lo facil se lo deja al humano y lo dificil (lo que la gente no puede hacer) se encarga EL. En el mundo hay miles de personas que solo confian en sus capacidades pero no conocen a un DIOS poderoso que los esta esperando para demostrar su amor y su poder. Al que pueda leer esto, pongtalo en práctica y creale a DIOS y siempre será victorioso
[contesta a CLODOALDO RONDON]
12-07-2012 a las 1:44
Para CLODOALDO RONDON:
[respondiendo al mensaje] es muy importante creer en Dios por lo que otros hablen de El. Pero mas importante es crerle a DIOS. MUY BUEN COMENTARIO.
[contesta a Rosa Juarez]